La figura de Batman creó desde su nacimiento una fascinación que ha trascendido las páginas de los cómics y sus devotos lectores, para instaurarse como la fantasía de lo extraordinario más asequible: pasar del oscuro vengador del trauma infantil, al yuppie capitalista defensor del status quo. Bruno Diaz es un hombre ordinario con un problema recurrente: el miedo a revivir el trauma. La diferencia es que sus medios terapéuticos no son en lo más mínimo convencionales.
Esta observación sobre la psique del hombre murciélago no parece tener un rol fundamental en las creaciones de Bob Kane o Frank Miller; ni tener un lugar central en las películas de Tim Burton o Christopher Nolan; mucho menos en el pop pueril de la serie con Adam West. Por eso resulta curioso que un nuevo ensamblaje use todos estos elementos a su favor en una colorida construcción: un Batman hecho de piezas Lego, específicamente el de la nueva película dirigida por Chris McKay y producida por la dupla Lord-Miller, mentes creativas detrás de la irreverente Lego: La película (2014).
La cinta presenta a un ridículamente egocéntrico Bruno Díaz/Batman que debe lidiar con todos los villanos de Ciudad Gótica, al tiempo que también debe manejar las responsabilidades que conlleva haber adoptado accidentalmente a un pequeño huérfano, que a la larga, y a pesar de la renuencia del héroe, terminará por convertirse en su aliado en la lucha contra el crimen.
Subiéndole varios grados al frenesí, McKay, una de las mentes creativas detrás del exitoso programa de televisión Robot Chicken, usa lo aprendido en esa serie para desmenuzar mitología contemporánea enraizada en la cultura popular a través de la ironía y el desparpajo, sin perder ni un grado de agudeza y acidez. En Lego Batman, McKay condensa todo lo que la televisión y el cine nos han mostrado sobre El Caballero Oscuro, burlándose y satirizando su obsesión por la seriedad, la oscuridad y que la máscara más evidente no es la de Batman, sino la de un miedoso narcisista.
El guión explora la relación de Batman (Will Arnett) con Alfred (Ralph Fiennes), Robin (Michael Cera), Barbara Gordon (Rosario Dawson) y su némesis El Guasón (Zach Galiafinakis), enfatizando el hecho de que “Batman” no es una pieza individual, sino parte de un complejo ensamblaje de piezas, fuertemente cohesionadas, que crean una figura que va más allá de un solo personaje: dan pie a un universo completo con reglas que le dan equilibrio.
Con tantos gags y chistes como villanos de la sesentera serie de TV, Lego Batman bien podría ostentarse como la película que finalmente entiende el dilema central de Batman, iluminada por una ácida gama de saturación visual y eufórico ingenio que abandona, con una risa burlona, la perpetua oscuridad. Los juegos y los juguetes se pueden convertir en inesperados instrumentos de la verdad.
Por JJ Negrete (@jjnegretec)