‘El Cártel de los Sapos: La película’: Los buenos muchachos de Telemundo

Martín González, alias ‘El Fresita‘, ha soñado toda su vida con tener el dinero suficiente para conquistar a la muchacha más bonita de su calle, Sofía. Para alcanzar su objetivo, Martín y Pepe se unen a la banda de traficantes que comanda el hermano mayor del segundo. Pero con el paso de los años, aprenderán que dinero que llega fácil, fácil se va, además que sobrevivir dentro del organigrama de un cártel no es tarea sencilla. El crimen siempre paga.

Ésos y otros lugares comunes más son retratados en El Cartel de los Sapos: La película (2011). Como su nombre lo indica es la versión cinematográfica de la novela escrita por Andrés López alias ‘Florecita‘, si el nombre les suena conocido es porque el libro también se convirtió en telenovela.

Debo admitir que desconozco el texto en que la cinta fue inspirada y nunca vi algún capítulo de la transmisión televisiva. Una vez dicho eso, continuemos con lo que verdaderamente importa.

El libreto escrito por Luiso Berdejo, Juan Camilo Ferrand y Andrés López recuerda, guardadas las distancias, al de Buenos Muchachos (Goodfellas, 1990) de Martin Scorsese, que llevaba la firma del cineasta neoyorkino y de Nicholas Pileggi.

De este modo, vemos a un criminal más bien gris obtener dinero, poder y a la mujer que quiere de manera rápida. Acto seguido veremos como sus jefes y compañeros se enfrascan en guerras tribales por el poder de la organización y él perderá todo lo que ganó de manera sencilla y será condenado a una vida de fantasma. Olvidado por todos y recordado por nadie, aunque con las ganancias de la novela seguro no se siente tan mal.

A diferencia de otros retratos sobre el narcotráfico en el cine mexicano, El Cártel de los Sapos no está lleno de humor negro —como El Infierno de Luis Estrada— o es una sórdida impresión del mundo criminal —como Miss Bala de Gerardo Naranjo—.

Carlos Moreno, director del largometraje, opta por contar un melodrama en el que imperan las áreas grises. Aunque la película carece de un buen ritmo —un segundo acto demasiado largo y un cierre apresurado—, Moreno logra sólido desempeño de su elenco. Pero Moreno no es Scorsese y aunque hace su chamba, lo limitado del material original no le permite desempeñarse mejor.

La cinta no deja de tener cierto aire telenovelero, lo cual no es raro. Y no porque el programa de televisión tenga muchos años de haber sido transmitido y siga en la mente de los televidentes; sino, porque la mayoría del reparto repite sus papeles. Por ejemplo, Manolo ‘las traigo muertas’ Cardona es ‘El Fresita’ en ambas producciones y en el mismo caso están varios actores.

Vale recalcar que si bien los mexicanos involucrados no lucen mucho al ser relegados a roles secundarios, estos aprovechan bien su tiempo en pantalla. Por fin veo que alguien le saca provecho al registro actoral de Kuno Becker, quien entrega una actuación bastante física y alejada de su aura de niño bonito.

El Cártel de los Sapos: La película es una buena opción si gusta de los cuentos de mafiosos o la compañía de cable decidió quitarle su Telemundo o se quedó picado con la novela y se muere por ver a Manolo Cardona como el héroe chicho de la película gacha.

Por Rafael Paz (@pazespa)

Publicado en Esto no es una reseña de El Financiero.

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