‘Cumbres’: Cuando el silencio habla

El silencio, la ausencia del sonido. Aquel momento en el que no existe interferencia auditiva, pero en el que en ocasiones las imágenes son capaces de expresar aun más que las palabras, que a veces sólo reiteran lo evidente. Cumbres (2013) construye su historia a partir del silencio, se convierte en un protagonista más y es el que se encarga de plasmar esas emociones reprimidas en el filme. En Cumbres, las miradas de las protagonistas funcionan como gritos contenidos que envuelven a la audiencia en esa atmósfera de soledad y desolación.

No es sencillo digerir una película como la que ahora nos ocupa. Su extrema lentitud puede llegar a desesperar a los espectadores más impacientes, pues el filme avanza sin prisa alguna con un ritmo pausado, a un destino seguro tomando quizá los caminos más largos. La frialdad con la que se desarrollan los hechos ayuda a mantener el tono frívolo que pretende emanar el filme, aunque a la vez construya una barrera ante la audiencia al ser difícil empatizar con las protagonistas en turno, independientemente que uno se pueda llegar a sentir muy apenado por su situación.

La película empieza de golpe, sin introducción alguna y sin presentarnos previamente a sus personajes, ya que a éstos los iremos conociendo conforme avance la trama. Es una película en la que el perfil psicológico de los personajes va ganando matices conforme se van desarrollando adversas situaciones a las que deben enfrentarse. Es en parte una película de personajes, ya que de no ser por las sinceras reacciones de éstos, la cinta carecería de interés o sentido alguno.

El tono blanco y negro no sólo ayuda a  envolver a la audiencia en un ambiente crudo y desolador, sino que es además una excelente forma de ilustrar el vacío y la duda ante el incierto futuro que depara a las protagonistas, además de impregnar mayor dramatismo al filme. Cumbres relata la historia de dos hermanas, las cuales tienen que convertirse en prófugas de la justicia al verse involucradas en un caso de doble asesinato. La relación de éstas no volverá a ser la misma tras verse  en una situación que las obliga a conocerse a fondo y desnudar todas todas sus miserias para que puedan llegar a comprenderse.

La película tiene momentos en los que se produce la tragedia, pero se reconoce el mérito de que el drama no se percibe forzado. Las conversaciones se perciben naturales y se sienten como algo meramente casual, no como un recurso para reilustrar lo que ya ha quedado claro. Asimismo, el director logra poner al público en una encrucijada al hacer que éste dude sobre qué tan valida es la compasión que siente hacia las protagonistas cuando ambas han hecho algo inmoral y fuera de la ley.

Es de destacar la labor del director y guionista, que logra un producto sólido, que a pesar de que puede llegar a ser pesado y no apto para cualquier paladar, es toda una experiencia si uno se sumerge de lleno en su visualizado. Las actrices también logran una aplaudible  labor  en este filme que está inspirado en el caso del “Asesino de Cumbres” (acontecimiento noticioso que tuvo una gran atención mediática en 2006) y que en ocasiones, por sus silencios y miradas, recuerda al filme Invierno profundo (Winter’s Bone, 2010), aquella película independiente protagoniza por una Jennifer Lawrence antes de que se convirtiera en reina de blockbusters.

Por Víctor López Velarde Santibáñez (@VictorVSant)

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