Breaking Social y la llama de la lucha

Que el mundo luce con el pasar de los días como un lugar menos hospitalario no es ninguna noticia para una gran parte de la humanidad, la posible sorpresa sería sólo para aquellos que gracias a su poderío económico están aislados de todos los demás y de los problemas diarios. Ésa es una de las varias tesis que intenta desarrollar el documental Breaking Social (2023), del realizador Fredrik Gertten (Push: Mucho más que gentrificación), quien realiza un viaje por el mundo para identificar cómo es que ciertas desigualdades sociales se han gestado.

Así, por ejemplo, analiza la muerte de una periodista en Europa y cómo ésta se relaciona con el tráfico de pasaportes, necesarios para mantener andando la entrada de mano de obra inmigrante –barata y desechable– que permite a diversas industrias seguir andando. O la destrucción provocada por diversas compañías extractoras en las ciudades más pobres de Estados Unidos, históricamente usadas y engañadas por la clase política que controla dichas zonas.

Gertten va tejiendo de a poco un hilo entre las muchas injusticias del mundo y descubriendo una y otra vez que el carril sobre el que éstas avanzan está forrado de dinero, el cual termina por ser el elemento determinante mediante el cual las barreras del bienestar social se han roto, un proceso largo que a llevado “lo moral” a un espacio prácticamente inexistente dentro de este círculo vicioso creado por el capitalismo.

Breaking no sólo propone que vivimos en una cleptocracia sino que es prácticamente imposible salir de ella por el poder casi omnipresente del capital. Las clases altas (anónimas en su mayor parte) son retratadas como parásitos, que minan generación tras generación a los otros porque su poder adquisitivo es avasallador. El sistema nos ha absorbido en sus engranajes, impidiendo que escapemos y, la verdadera tragedia, engañándonos hasta creer que mantenerse en el carrusel es la única solución.

Sin embargo, el director sueco se da tiempo de mostrar cómo la organización ciudadana puede triunfar, así tarde años en conseguirlo, llevando su cámara a los activistas que participaron en las protestas de Chile que abrieron el camino para un nuevo gobierno y constitución; y a un grupo de trabajadores de Amazon que decidieron sindicalizarse a pesar de los esfuerzos de la corporación creada por Jeff Bezos para impedirlo.

La llama de la lucha sigue encendida, pero ¿por cuánto tiempo?

Por Rafael Paz (@pazespa)

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