Alex Turner y la música de ‘Submarine’

Submarine (2010) es un filme de comedia inglesa dirigido por Richard Ayoade donde se retrata la vida de Oliver Tate, un adolescente de 15 años con cualidades atípicas dignas de un antihéroe al estilo Holden Caulfield, el mítico personaje de El guardián entre el centeno de J.D. Salinger (de hecho, dentro del filme hay una escena que hace alusión a este libro), que busca, por una parte retener y exprimir la ilusión que le brinda el primer amor y, por otra, rescatar el matrimonio de sus padres del cual se vislumbra una evidente fragmentación.

La banda sonora de este filme quedó a cargo de dos personas: Andrew Hewitt, quien ha compuesto música para cine y distintas series y programas de televisión, de los cuales, ninguno que valga la pena destacar; y Alex Turner, el precoz líder de los Arctic Monkeys, banda de indie rock tan aclamada en Inglaterra y el resto del mundo occidental.

Hewitt fue el encargado del scoreinstrumental del filme. Su aportación consistió en segmentos de música orquestal y algunas piezas donde un piano fue suficiente para matizar las escenas que esta obra requería, sin realizar algo destacable, pero tampoco algo que haya quedado fuera de lugar. Es un trabajo cumplidor.

Turner, por su parte, añadió canciones escritas e interpretadas por él que, al igual que el trabajo de Hewitt, sirvieron como un aderezo para ciertas escenas que describen el estado emocional de Oliver Tate, un joven poco común, solitario, iluso e introvertido.

Habría que hacer notar que una de las razones para que Turner colaborara en este filme se debea la amistad que tiene con el director, pues éste ya ha dirigido tres videos de los Arctic Monkeys (Fluorescent Adolescent, Crying Lightning y Cornerstone) y dirigió el DVD de la actuación en vivo de la misma banda (Arctic Monkeys live at the Apollo).

I´m not the kind of fool who´s gonna sit and sing to you about the stars, girl… es la línea con la que tanto el filme como la banda sonora abren el telón de esta comedia inglesa. Es la línea que hace ver el lado sensible de Turner, pasivo y ecléctico pues, a diferencia del estilo de canciones de sus distintos proyectos, las composiciones aquí integradas son casi acústicas, a un tempo lento y con un vaivén digno de encasillarse en esas baladas tan representativas del rock pop británico.

Stuckonthe puzzle, Hidingtonight y PiledriverWaltz son las piezas más destacables dentro de este álbum que fue comercializado más como un EP en solitario de Turner que como la banda sonora del filme (el score realizado por Hewitt se vende por separado).

En conclusión, esta colaboración fue una oportunidad bien tomada por el joven músico británico para expandir su territorios más que aportar algo distintivo al filme, pero a pesar de esto, tanto la obra cinematográfica como la banda sonora pueden prescindir la una de la otra y aún así lucir perfectamente en su medio y dejar satisfecho al espectador y/o al escucha.

Por Antonio Millán (@pinomillan)