La música orquestal, por la cantidad de menesteres que requiere, es inevitablemente compleja y, por lo tanto, es casi imposible pensar que la abundancia de instrumentos y labor que realiza cada uno, pueda ramificarse de una mínima, pero precisa, melodía cuasi infantil que intrínsecamente sea el hígado que vista y adorne el sentimentalismo de un filme animado.

Este tipo de música instrumental es un común denominador en varios de los filmes de animación que han preponderado las salas de cine en el transcurso de las décadas, desde los clásicos de Walt Disney hasta las animaciones digitales de nuestros días, pero muchas veces queda opacada o se acongoja simplemente en el apoyo de la narrativa que este género cumple.

En otros casos, la música resulta un perfecto conductor y añadido emocional para lo que un filme trata de expresar, y precisamente eso es lo que Michael Giacchino consiguió con la banda sonora de Up, una aventura de altura (Up, 2009), claramente una de las obras mejor logradas de Pixar y que por el lado musical fue bien reconocida al llevarse la estatuilla del Óscar en la categoría de Mejor banda sonora y Globo de Oro en la misma categoría.

Sobra mencionar la maestría con la que este filme fue hecho, pero sí es necesario destacar que la música de este compositor de Nueva Jersey fue irrevocablemente conmovedora, al grado de, me atrevo a decir, ser el impulso inconsciente para que muchos de los espectadores soltaran lágrimas en las salas de cine (y no me refiero precisamente al público infantil).

Apoyándose de una melodía inocente, dulce y pura, Giacchino explota esas notas musicales a través de 26 tracks que se mueven en un rango de adagios y prestos sin contaminar en ningún momento la esencia y sentido de la obra. Con esto, demostró (y recordó) que muchas de las más grandes piezas musicales, por más complicadas y extensas que sean, suelen derivarse y tener su génesis de líneas melódicas y armonías sencillas, que germinan como diminutas semillas en robles sinfónicos.

    Podría destacarse dentro de los mejores tracks la pieza “Married life”, que es sencillamente un carrusel sonoro y emocional que, aunado a la excelente secuencia de la escena a la que pertenece, se convierte en uno hito dentro de la historia de la animación digital.

Sin duda, la obra que se reseña es uno de los más grandes logros de Giacchino, quien por su parte, también ha sido el encargado de musicalizar otros filmes de animación como Los Increíbles (The Incredibles, 2004), Ratatoullie (Ratatoullie, 2007) y filmes como Cloverfield (Cloverfield, 2008), Star Trek (Star Trek, la versión del 2009) y recientemente fue el responsable de la banda sonora de Super 8 (Super 8, 2011). Por igual, destaca su participación como compositor de música en videojuegos como Medal of Honor y Call of Duty.

Al final, esta banda sonora es un ejemplo de lo que la música aporta a un filme, si bien muchas veces sólo se utiliza como un acompañamiento y adorno, en muchas otras ocasiones es un vena indispensable para que una obra cinematográfica sea casi perfecta.

Por Antonio Millán (@pinomillan)

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    2 Responses

    1. ButacaAncha

      Gracias por tu comentario Canaletto, trataremos de que Gunnar ponga a disposición de los usuarios los links de las películas que comente. Gracias por leernos.

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