‘Perro muerto’: La juventud indiferente

La suegra de Alejandra acaba de fallecer. Tras el deceso, Alejandra se aferra a vivir junto a su pequeño hijo en la casa de la finada, pero su vida llega a una encrucijada cuando Braulio, el altivo abuelo del niño, la apura a desalojar el inmueble para poder venderlo. Durante años, nuestra protagonista cuidó de la madre del progenitor de su hijo y se siente con derecho de habitar. Alejandra tendrá que decidir entre madurar y ser una ‘buena madre’ para su vástago o seguir con la vida de adolescente que ha llevado hasta el momento.

Ganadora del Festival de Cine de Valdivia en el año 2010 como Mejor Película Chilena, Perro Muerto (2010) es la ópera prima de Camilo Becerra y es un retrato de la indiferencia con que la juventud chilena —mundial— ve el futuro que le espera.

Ante el ínfimo presupuesto, Becerra opta por retar y exigirle a su espectador, por tratar de recrear ese estupor en que Alejandra (Rocío Monasterio) respira. Con una dirección sutil el director nos lleva a recorrer este mundo en el que no hay futuro, sus protagonistas no tienen esperanza. Las sensaciones —y la película— son cocinadas a fuego lento. Camilo Becerra y Sofía Gómez, guionistas del largometraje, se toman su tiempo para desarrollar a los personajes.

La monotonía que busca reflejar el guión invita a reflexionar sobre las motivaciones que la generación de Alejandra tendría para buscar mejores condiciones de vida, no es que no lo desee sino que se ven impedida por la indiferencia que le afecta.

El elenco entrega actuaciones crudas que ayudan a reforzar las ideas del director. Si lo que nos espera es igual de insoportable que Nicolás (Rafael Ávila), el hijo de Alejandra, será mejor que no lleguemos a ello. No es extraño que su madre se debata entre separarse del niño o seguir de fiesta, aunque, en parte, es responsable del comportamiento del crío.

Braulio (Daniel Antivilo), el suegro de la protagonista, representa en este juego de símbolos a los que no saben cómo acercarse a estos jóvenes y que piensan que la mano dura es la solución más sencilla y rápida para motivarlos. Al no saber cómo acercarse y hacer contacto, lograr un punto de entendimiento, sólo incrementa la alienación.

Perro Muerto es el reflejo de una generación que busca salir del marasmo y a la vez carece de las herramientas para lograrlo o la apatía lo impide. Es una existencia sin sentido. Ya lo dijeron alguna vez los Sex Pistols: “There’s no future, no future. No future for you”.

Por Rafael Paz (@pazespa)

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