‘Me Late Chocolate’: La romántica caricia de la globalización

La integración cultural con el vecino del norte es algo que no se puede negar, menos en estos días en que música, expresiones, modas, videos virales e imágenes viajan más rápido que el pensamiento hacia nuestras cabezas y se vuelven parte de nuestro día a día, ya sea en forma tropicalizada o en un english pasable.

Ocurre lo mismo con los arquetipos cinematográficos, los géneros y las formulas. Aún cuando el ‘nuevo’ cine mexicano se quiera defender agregando todas las palabras soeces y modismos posibles, críticas a la vida violenta en las clases populares, apariciones de los hermanos Bichir y desnudos de Martha Higareda —sin importar lo artísticos y justificados que éstos sean—, simplemente es algo de lo que no se puede escapar, a veces lo mejor es dejarse llevar.

Nada mejor para mostrar esta mimetización y asimilación que la nueva película del director Joaquín Bissner, Me Late Chocolate. Una producción romántica con enredos y situaciones al más puro estilo americano, que ya se han visto en otras cintas mexicanas del mismo director, lista para comenzar los festejos del 14 de febrero.

Se las cuento ahora mismo: chico conoce a chica, chica se enamora de chico, montaje feliz, malentendido, chica pierde a chico, montaje triste : (, chica reconquista a chico y vivieron felices para siempre. Sin embargo, la película cuenta con ciertos elementos que se salen un poco de lo común y ayudan a no detenerse tanto en los lugares trillados, que abundan en esta producción.

La cinta tiene en sus roles principales a Osvaldo Benavides y Karla Souza, que dan una actuación buena, pero nada más. Lo suficiente para hacer llevadera toda la película. El resto del elenco es el que lleva más peso, en mi opinión, y también el más irregular en sus actuaciones. No es por arruinar la historia, pero la película se la lleva el exnovio muerto. Los primeros minutos prometen mucho gracias a él y cada una de sus intervenciones son puntos altos.

La comedia es un género difícil, y más aún es realizarla con aptitud, sin caer en extremos o lugares comúnes. Por momentos, Me Late Chocolate mezcla muchos elementos dispares que en otras ocasiones serían puntos centrales de la trama, pero que aquí no pasan de ser elementos secundarios que no son explorados a fondo. Al final la película incorpora tantas de estas cosas, pero no logra sacarles ningún provecho. Apegándose mejor al esquema que ya describí arriba. Esto da como resultado una película muy tibia, ni buena, ni mala.

Por Xavier R. Vera (@SoyXavito)