‘Margarita, con popote’: Madurez con sabor

A manera diaria, muchos buscan encajar en los grupos sociales como una necesidad, como un requisito para sobrellevar la existencia humana. Eso incluye también, además de los individuos íntegros, a todos aquellos con capacidades diferentes, para quienes muchas veces se busca el término más adecuado para referírseles con respeto, sin caer en malentendidos ni complicaciones.

El nombre de pila que toda la sociedad comparte de alguna u otra manera en sus diferentes variaciones es el medio más indicado para ello, sin olvidar destacar sus habilidades. Algunos sobresaltaron la conquista de la adversidad y la exaltación de particulares dones como Jim Sheridan con el talento del pintor irlandés Christy Brown en Mi pie izquierdo (My Left Foot, 1989) o hasta Luis Mandoki con el retrato de la novelista Gaby Brimmer en Gaby: Una historia verdadera (1987).

Si bien retoma un poco de la interacción de personas con capacidades diferentes con su entorno, en Margarita, con popote (Margarita, With Straw, 2015), los realizadores hindúes Shonali Bose y Nilesh Maniyar van un poco más allá del punto de vista de una joven con parálisis cerebral. Laila (Kalki Koechlin) es una estudiante en la Universidad de Delhi con talento para la música que atraviesa por una fase de autodescubrimiento personal después de trasladarse a la Universidad de Nueva York y conocer a un compañero de clase (William Moseley) y Khanum (Sayani Gupta), una activista de origen pakistaní.

Inspirados en la existencia de un familiar de Bose con un padecimiento similar, además de tomarse el tiempo suficiente para presentar a la familia tradicionalista de la India de Laila y del intento constante del individuo por interactuar en una sociedad acostumbrada a enjuiciar sin miramientos ni concesiones, recorren a manera sutil el paulatino despertar sexual del personaje estelar.  Rodeada por personas que la aceptan de una manera honesta y sin prejuicios, se enfrenta a la disyuntiva de la bisexualidad ante la estricta tradicionalidad de la madre.

El realismo, sencillez y delicadeza con la que se abordan también las debacles familiares, el juicio por la búsqueda de una vida normal, la tendencia a premiar por la condición por encima de las aptitudes (como un concurso universitario), la representación del alcance de la madurez y las variaciones de amores tanto rechazados como correspondidos enriquecen al poder emocional del relato, incapaz de caer en el melodrama por el equilibrio del tono. No obstante, algunos personajes como el hermano de la protagonista quedan relegados a un tercer plano, incapaces de enriquecer en cuanto a importancia se refiere.

Con destacadas actuaciones de Kalki Koechlin y Sayani Gupta, Margarita, con popote es una destacada odisea personal en la que las limitaciones físicas no son impedimentos para encontrar una definición personal sobre el sexo, la familia y la vida misma.

Por Mariana Fernández (@mariana_ferfab)

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