Los reyes del mundo y el reino onírico

La búsqueda de pertenencia es uno de los rasgos más determinantes de un ser humano. El asentamiento da pie a la posibilidad de buscar por una calidad de vida digna y estable. En Los reyes del mundo (2022), el relato se enfoca en un contexto social que narra la fraternidad en medio de la marginación y la esperanza.

Rá (Carlos Andrés Castañeda), Winny (Cristian Campaña), Sere (Davison Florez), Culebro (Cristian David Duque) y Nano (Brahian Acevedo) son cinco jóvenes que sobreviven en las calles de Medellín, Colombia, rodeados por pandillas y pobreza. Tras recibir un documento gubernamental que afianza a Rá como dueño de un terreno en la zona campirana de Nechí, el joven emprende un riesgoso viaje acompañado por los compañeros que considera su familia.

La realizadora Laura Mora Ortega retrata –entre la contemplación del encuadre fijo y el dinamismo de la cámara en mano– a jóvenes que oscilan entre la rebeldía y el ansia de libertad, además de mantener un vínculo de hermandad y respeto que los ayuda a sobrellevar la adversidad. y sus compañeros suben sin miedo a camiones de carga, quiebran luces peatonales como forma de juego y recorren praderas sin temer por restricciones. Todo ello motivado por alcanzar la tierra prometida, aunque no están exentos de experimentar rencillas que remarcan la esencia bivalente de una familia.

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El guión de María Camila Arias y la propia Mora Ortega desarrolla instancias oníricas que muestran el espíritu salvaje e impetuoso de Rá a través de la metáfora del caballo, así como el retrato del árbol como forma para resaltar el deseo por vivir de forma tranquila. A su vez, traza instancias poéticas en las que, por medio de la voz en off, acompasa pensamientos íntimos que recalcan la idealización de un mundo ideal conformado por la libertad, la juventud eterna y la ausencia de estigmas del maltrato. Todo ello contrastado por la crítica social hacia la intolerancia y la criminalidad en la que terminan por sucumbir los jóvenes ante la marginación que experimentan de forma constante.

Mora Ortega, además de trazar la añoranza de la figura materna por medio de las prostitutas que el grupo conoce en su viaje, construye un relato con pizcas del frenesí urbano de Ciudad de Dios (Cidade de Deus, 2002), la bravuconería en medio de la naturaleza de Monos (2019) y la peligrosidad de un road trip de La Jaula de Oro (2013). Así, acompasa un realismo mágico que presenta instancias de visceralidad juvenil y el encuentro de viejos fantasmas que resaltan el legado histórico de un país que ha experimentado la falta de oportunidades para los más marginados.

Los reyes del mundo es un retrato social, reflexivo, onírico y con algunos brotes de violencia que presenta la búsqueda de la pertenencia humana en medio de la esperanza que se ve eclipsada por el racismo, la marginación social, la delincuencia, la injusticia y la usurpación territorial.

Por Mariana Fernández (@mariana_ferfab)