Los Camarones de Diamantina: Inclusión y waterpolo

La comedia sobre deporte, específicamente en espacios acuáticos, ha derivado en propuestas recientes que colocan tintes de drama relacionados con el esfuerzo colectivo. Campeones (2018) se enfoca en la redención personal de un entrenador de basquetbol al entrenar a un equipo integrado por individuos que tienen incapacidad intelectual. El gran baño (Le Grand Bain, 2018) presenta a un grupo de hombres entrados en sus cuarenta que, atravesando por la crisis existencial de la edad, hallan en el nado sincronizado la herramienta para revitalizar sus existencias.

Los Camarones de Diamantina (Les crevettes pailletées, 2019) entreteje una comedia que, si bien por momentos es gamberra e irreverente, toca un aspecto dramático que roza el punto de la delgada línea de la vida y la muerte. Tras una declaración homofóbica realizada a la prensa, el campeón olímpico de natación Matthias (Nicolas Gob) se ve obligado a entrenar a un equipo gay amateur de waterpolo para calificar en un campeonato mundial. En el proceso, verá cómo cambia su percepción sobre el grupo LGBTI y su misma mentalidad como deportista.

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Los realizadores Maxime Govare y Cédric Le Gallo entretejen un relato simple en el que su humor no únicamente muestra chistes convencionales y un tanto forzados. Con tintes kitsch, agrega una observación hacia las convicciones personales y los prejuicios sociales. Joël (Roland Menou) rechaza en un inicio a los transexuales. Matthias suaviza poco a poco su trato con el equipo gracias a Jean (Alban Lenoir), quien atraviesa por una enfermedad terminal y funge como la voz de conciencia.

Predecible en su estructura, añade un road trip que rememora al recorrido en carretera de un grupo de drag queens y su confrontación con la homofobia en Las aventuras de Priscilla, reina del desierto (The Adventures of Priscilla, Queen of the Desert, 1994). Sin la observación social de la misma, el filme poco a poco equilibra sus tonos contrastantes, incluyendo también un pequeño guiño al musical que realiza tributo a intérpretes como Céline Dion.

A pesar de que Los Camarones de Diamantina es incapaz de eludir clichés, tiene ausencia de desarrollo de personajes y es irregular en ritmo, es una entretenida perspectiva de inclusión, diversidad y aceptación en manos del deporte y del grupo de waterpolo que representa amistad incondicional.

Por Mariana Fernández (@mariana_ferfab)