En la década pasada, uno de los rasgos por los que estuvo caracterizada la extensa industria musical, en especial la anglosajona, fue por la manifestación de un sinfín de agrupaciones clasificadas como indie. La mayoría surgió gracias al inmenso poder del internet y redes sociales como MySpace, que fungieron como su principal medio de difusión. Por su parte, el cine se vio influido por este movimiento al utilizar su música para caracterizar varios filmes que, por distintas razones, entre ellas sus soundtracks, podríamos encontrar muy similares y clasificar dentro de un mismo grupo.

En esta ocasión hablaremos sobre un filme del que gran parte de su éxito y buena crítica se le debe precisamente a su banda sonora. Me refiero a Tiempo de Volver (Garden State, 2004), cinta escrita, dirigida y protagonizada por Zach Braff, que es, en resumen, la narración de un reencuentro con la nostalgia y una inocente historia de amor que, a pesar de la extrema sutiliza en el drama y comicidad que aborda, es un filme entretenido que ha dejado a muchos con un buen sabor de boca.

El soundtrack consistió en la recopilación de 13 canciones seleccionadas encaprichadamente por Zach Braff que, según él, representaban su estatus anímico justo en el momento que escribía el guión para la cinta. De hecho, en el filme hace mención del grupo The Shins, de los cuales incluyó dos canciones para la banda sonora.

Dentro de lo indie encontramos a los ya mencionados The Shins, que incrementaron su popularidad a partir del filme; a Iron & Wine con una aceptable versión acústica de Such Great Heights de The Postal Service; Frou Frou y el bonito tema Let Go; a los triphoperos de Zero 7 y también se incluye el tema Panic, de los nada indies de Coldplay.

Sin embargo, dentro de este material no todo es tan indie, ya que Simon & Garfukel, Nick Drake o Colin Hay también hacen aparición, pero al escuchar el material de corrido o dentro del mismo filme, todas las canciones parecen estar dentro de una misma línea a pesar de las diferencias, ya sea sonoras o temporales que tienen. He ahí el gran acierto de Braff al momento de seleccionar las piezas para esta recopilación que incluso fue ganadora de un premio Grammy como Mejor banda sonora.

En fin, esta banda sonora es un digno y buen material para adquirir al igual que el filme, que entra en esa camada de dramas naïf que, a pesar de que no cambiarán nada en tu vida, sí te harán pasar un buen rato visual y sonoro.

Por Antonio Millán

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