En Canción de invierno, Danielle, una joven guitarrista, emprende un viaje con su mejor amigo, Diego, mientras ambos enfrentan el duelo de un rompimiento amoroso. El trayecto los llevará a conocer el complejo contexto de la frontera norte del país, donde usarán sus habilidades como músicos para sobrevivir.
La tesis fílmica de la novel realizadora Silvana Lázaro es una historia sobre “dos corazones rotos, dos amigos, un viaje en carretera, un nuevo amor y una profunda necesidad de encontrarse a sí mismos”, como explica su sinopsis oficial. La película compitió por el Premio Maguey Illuminatio en la trigésima quinta edición del Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG) y el 3 de agosto se estrenó de manera comercial en nuestro país.
Butaca Ancha (BA): Es su ópera prima, ¿cómo se involucraron en el proyecto?
Silvana Lázaro (SL): Diana y yo llevamos trabajando desde la prepa. Somos pumas, nos conocimos en la Prepa 6. Ahí empezamos a hacer nuestros proyectos. En el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) hicimos varios cortometrajes, la intención de este proyecto, no sabíamos si era un largo en sí, pero queríamos hacer una pieza más larga porque la escuela es el mejor momento para experimentar, para probar diferentes cosas. Tenía la inquietud de probar estructuras narrativas más largas. Entender un poco cómo funcionan, cómo sostenerlas.
Teníamos un guión de 30 páginas. Está inspirado en elementos biográficos de mi vida, eso no hay manera de negarlo. Está lleno de sensaciones y de escuchar los procesos de mis amigos en sus rompimientos amorosos. A final de cuentas, es la búsqueda de representar una historia que hemos visto muchas veces, en términos de que es un rompimiento amoroso, pero con una perspectiva diferente y tratando de salir de los estereotipos de cómo se representa a las mujeres en el cine.
Diana Mata (DM): Usualmente sucede que se escribe el guión y después buscas las locaciones para cubrir sus necesidades. Aquí fue interesante porque no se había acabado el guión cuando hicimos el scouting. Haciendo el scouting y yendo a explorar, literal Silvana y yo rentamos un carro y nos fuimos a manejar por todos lados. Ahí encontramos cosas que de otra manera no habríamos visto, escribirlas no era posible. Eso también enriqueció mucho el proyecto y le dio una parte documental.
SL: La idea era intentar hacer una película que fuera de ficción, pero con espacios documentales y diferentes personajes. Mucho del guión cambió conforme fuimos filmando y las cosas que nos fueron pasando.
BA: Hablas de no repetir estereotipos, están en un punto medio.
SL: La película es una búsqueda sobre encontrarse a uno mismo. Conocerse. Es un poco la metáfora del viaje, la travesía. La película va más hacia allá, está muy lejos de ser una comedia romántica, muy lejos de ser un drama de cortarse las venas. La idea es atreverse a salir de tu zona de confort y atreverte a conocer algo nuevo, ver qué tanto eso cambia tu perspectiva del mundo.
DM: Tiene un alma. Los proyectos tienen un alma, más allá de lo que escribas y grabes. Solitos tienen su esencia. Es innegable la esencia fresca que tiene, fue nuestra ópera prima pero no sólo de nosotros sino de muchas de las colaboradoras. Éramos muy jóvenes también, teníamos 23 años cuando hicimos el rodaje. Los actores son jóvenes, todos lo éramos. Eso también es obvio en el alma de la película. Me encanta.
SL: Justo, esta idea de que todos nos identificamos con el tema, como crew y por otro lado, muchas de las películas y la oferta que hay de cine para jóvenes cae en lugares muy comunes. Como espectadoras estábamos buscando otra opción.
BA: ¿Por qué era importante tener un crew lleno de mujeres?
SL: Por un lado, la perspectiva de la película está contada a través de Fer, el personaje principal. Si queríamos ser fieles a eso era importante que la fotógrafa fuera mujer, que la editora fuera mujer y que entre nosotras pudimos discutir los temas para reflexionar y tomar decisiones. En ese sentido era importante que todas nos conociéramos.
Pensando, por ejemplo, en la asistente de cámara intentamos tener un sistema de rodaje en el cual no era tan vertical, sino horizontal. Entre todas tuvimos muchas conversaciones para decidir cómo hacer la película. Personalmente, me era importante encontrarme con otras mujeres con estos mismos cuestionamientos y otra forma de ver el mundo. Hemos tenido la suerte de colaborar con mujeres super talentosas, el cine está lleno de ellas. Todas estamos buscando una oportunidad, queríamos darle esa oportunidad a mujeres que sabemos tienen absolutamente todo para hacer un cine con otra perspectiva.
DM: Creemos que es momento de que las mujeres contemos nuestras historias en primera persona. Es muy importante. Que fuéramos muchas mujeres hizo que ciertas circunstancias se pudieran dar para que, por ejemplo, la actriz se sintiera cómoda y se pudieran retratar ciertos temas de manera más íntima, que se entendieran bien y fuera muy orgánico para todas.
BA: ¿Cómo desarrollaron los fragmentos documentales de la película?
SL: Desde que empezamos a conocer estos espacios en el scouting nos dimos cuenta que nuestra perspectiva chilanga sobre lugares como Baja California estaba un poco limitada a que nosotras nos inventaremos las personas que íbamos a conocer allá, lo que pudieran decir. ¿Cuál era su perspectiva? Desde ese momento queríamos que hubiera espacios dentro de la filmación para tener conversaciones donde ellos pudieran dar su punto de vista. En el set, tenía que ver con conocernos, saber todas qué estábamos buscando. El guión es una herramienta fuertísima para hacer una película.
Al mismo tiempo, hay muchas cosas que están pasando ahí que son mucho más interesantes que lo que puedes escribir. Vale la pena decir: tiramos estas hojas de guión a la basura y desarrollamos lo que está pasando, sintamos el momento. Fue que la fotógrafa, el sonidista y nosotras estuviéramos con todos nuestros sentidos tratando de ver qué sucedía y acomodar las secuencias. Eso sumó mucho a la película en términos de poder dar otras perspectivas de la frontera, que, por lo general, está retratada como el lugar más triste del planeta, gris. Existe, no podemos negar que existan los problemas, pero creemos que hay muchas películas que retratan ese lado, sobre todo la violencia. Es importante darle voz a otras perspectivas que cohabitan esos espacios y que tienen otro tipo de cosas que decir.
DM: Si te apegas mucho al guión, ignoras las cosas increíbles que están pasando. A lo mejor escribiste algo pero enfrente sucede algo más impactante. Está padre tener la sensibilidad para retratar eso. Creo que por más que tú puedas investigar y conocer, nosotras estuvimos un buen tiempo en Baja California, explorando, platicando con la gente, para nada nos dio la visión de las personas que viven ahí, que tienen la experiencia. Más allá de decir: yo quiero escribir esto, quiero decir por ellos lo que me parece importante, a veces es importante darles la voz a ellos. ¿Qué tienen que decir? Yo tengo el privilegio de la plataforma, me parece muy valioso darle voz a ellos.
BA: Hay cierta saturación temática, ustedes rompen con esa inercia.
SL: Intentamos traer una propuesta diferente. Tener un experimento. Es una película de muchos no actores. Ruth Ramos, la actriz principal, a eso se dedica y es famosa. Pero buscamos otro tipo de texturas para un cine narrativo, muchas veces esas películas son de otro tipo de temáticas que a veces para la audiencia son difíciles de entender. Me encantan, pero a veces la audiencia está muy lejos del cine mexicano de festivales. Queríamos hacer una película muy accesible, que tuviera espacios para reflexionar y un lenguaje audiovisual diferente.
Por Rafael Paz (@pazespa)
