Enredados: la formula se repite

Los créditos inician recordándonos los 50 años de Disney, Mickey conduce un barco de vapor, el corto animado que le dio fama al ratón y a su empresa, presagio de lo que los espectadores están a punto de ver en pantalla. Una fórmula  que se repite a lo largo de toda la filmografía de Disney.
Enredados (Nathan Greno y Byron Howard, 2010) es la nueva entrega de Disney, donde se narra la historia de Rapunzel, una chica que fue robada de su cuna y llevada a una torre de la cual no puede salir debido a que su cabello tiene poderes rejuvenecedores, por lo cual su captora finge ser su madre y así vivir para siempre.
El problema con la nueva producción de John Lasseter, el genio detrás de Toy Story, es que no brinda nada nuevo. Una de las características de Lasseter como productor y director en Pixar era la constante innovación que presentaba en sus cintas, pero en Enredados esas cualidades brillan por su ausencia.
Pareciera que el único aspecto nuevo dentro de la película es la animación del mágico cabello de  Rapunzel,  fuera de eso la total carencia de originalidad se convierte en una losa para el filme. Tangled es la definición de cine pastiche, toma prestado elementos de toda la historia fílmica de Disney  y trata de hacerlo pasar como algo original.
Desde la princesa que se ve envuelta en una tragedia que no pidió, pero que a su sangre real le es inherente, hasta el número musical que precede al beso del verdadero amor entre los protagonistas. Esto continúa con los animales, sobre todo el caballo que se comporta como sabueso sin explicación alguna mas allá de la magia de Disney, es como si Abú en Aladdin tuviera comportamientos de Oso Grizzli, algo completamente fuera de lugar. Aunque sin duda el camaleón termina por robarse la cinta.
Disney debe encontrar nuevamente el camino a la originalidad, en su fundación carecía de competidores fuertes en su área, el mundo cambió pero las maneras de Walt Disney se mantuvieron, no hubo evolución y ahora lo están sufriendo. El hacer afroamericana a la princesa no funcionó –La princesa y el sapo, 2009– y animar el cabello, un verdadero logro para el mundo de animación digital, tampoco causó furor alguno. Ni siquiera comprar Pixar ha logrado inyectar oxigeno a este elefante blanco.
Por Rafael Paz
(@pazespa)
Pd ¿De verdad creyeron que la voz de Chayanne iba a atraer hordas de niños al cine? Y ni hablemos de Fanny Lu

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