Cómo tener sexo: No quiero ser yo

La ópera prima de Molly Manning Walker, Cómo tener sexo (How to Have Sex, 2023) desecha el signo de interrogación en una pregunta que varios se hacen cuando pretenden comenzar una vida sexual que se espera desenvuelta, lujuriosa y placentera. Al decantarse por la instrucción, la película muestra no el estado de lo deseado, sino la desesperante y agotadora “realidad”.

A medio camino entre un retrato social del comportamiento coital de los adolescentes británicos y las representaciones clásicas de adolescentes impúdicos a las que estamos acostumbrados por el cine estadounidense sobre jóvenes que comienzan su vida sexual (como American Pie (1999) y sus secuelas), la cinta juega con esa doble visión de la lujuria al ir y venir entre la fiesta desenfrenada y los momentos de calma más cotidianos, muy a pesar de la protagonista, Tara (Mia McKenna-Bruce), exhibiendo lo desesperada que está por obtener la simpatía del espectador: simplemente nada le sale bien y su instructivo de cómo tener sexo se limita a la sumisión y el seguimiento de los cuestionables consejos de su amiga, Sky (Lara Peake), que poco velan por los intereses de Tara y que no toman en cuenta su sentir, mientras que la tercera del grupo, Em (Anva Lewis), brilla más por su ausencia que por otra cosa.

Al comienzo, la película informa el estado de su aventura: van a divertirse antes de tener que asumir las muy próximas responsabilidades adultas (estudiar la universidad o trabajar, las tres tienen 16 años) y al menos Tara espera poder perder la virginidad. Durante un tercio de la película Tara, Sky y Em se ven rodeadas de las más simplonas imágenes de bulla vacacional, con decenas de jóvenes y bellos parranderos de los cuales las tres quieren formar parte. Más tarde que pronto la maravilla deviene en pesadilla con la primera declaración de intenciones de la película: esta fiesta desenfrenada es, de hecho, un poco atemorizante. Tara se da cuenta que su idilio no es más que una imagen fabricada por la cultura del entretenimiento como método de escape a las dificultades de la vida. Le da temor estar rodeada de esa sensación tan impersonal de sexualidad lúdica. La música techno se convierte en score de terror y la incomodidad provoca que el rostro de Tara se pinta de horror por ser parte de esa bola, cuando en un concierto mira alrededor sofocada por los gritos y los gestos de los asistentes intoxicados.

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El mérito de la cinta es dibujar una expresiva imagen de la desilusión, particularmente de las mujeres frente al desenvolvimiento de su sexualidad con hombres egoístas y violentos. La violencia es sugerida con sutileza y confía en el rostro de Tara para transmitirla, especialmente desde la secuencia en la playa en su encuentro con Paddy (Samuel Bottomley), donde los encuadres se concentran en su mirada incómoda y desilusionada al perder la virginidad con un chico que apenas le gusta.

Molly Manning Walker ha definido ya una temática de interés: el disfrute de la sexualidad a la sombra del abuso. En Good Thanks, You? (2020), explora el modo en que las autoridades revictimizan a las victimas de abuso sexual y ahora toca ver el papel del consentimiento en las relaciones sexuales. La película se mueve entre la ilusión de la fiesta y la molesta resaca emocional. La ilusión se quiebra en el contraste entre las secuencias en cámara lenta en las piscinas insistiendo en lo bien que lo pasa uno en vacaciones y el encuadre de cuerpos tonificados vistos a lo lejos, y la interacción con los demás vacacionistas que sólo se ocupan de su propio placer. Llama la atención la actitud de Sky al insistir en la burla, al ignorar por completo el bienestar de Tara y aconsejar malintencionadamente, así como el abandono de Em, incluso en situaciones en las que a propósito se separan para chapar con alguna conquista, mostrando una vez más que tratan el viaje como una oportunidad de expandir su horizonte sexoafectivo que pasar tiempo con las amistades.

De modo tramposo las amigas pronto dejan a su suerte a la menos experimentada y el carácter débil de Tara la coloca en una serie de situaciones incómodas de las que trata de sacar el mejor partido, siempre con la nube negra del desamparo. Constantemente agobiada por los mensajes de su madre y por noticias acerca de su futuro académico, Tara está cada vez más desesperada por pasarla bien, como si de una película se tratara. La propia cinta se agobia de tener que llenar con cualquier cosa la hora y media recurriendo a la vaguedad: caminatas largas y repetición de ideas en un ir y venir entre situaciones contradictorias: borrachera/resaca, sonrisas/caras largas, la musica fuerte y el alarido/la necesidad de silencio y sueño con esa necedad de dejar de ser virgen que frecuentemente hace incompetente el disfrute adolescente.

Ese empecinamiento de ser mayores sin ser maduros y de la malinterpretación del consentimiento para ambas partes involucradas en las relaciones tradicionales, hacen que el sexo más que un disfrute se convierta en un instructivo que por medio de la presión no deja satisfecho a nadie, aunque algunos son mejores para fingirlo que otros. Hay una fuerza contenida de promover la parranda adolescente como atractiva a la luz de las varias cosas erróneas que ocurren en pantalla y un aspecto refrescante de la cinta es que en lugar de concentrarse en montajes extravagantes del desenfreno, las imágenes más presentes y conmovedoras son de patéticas pláticas de alcohol, donde las chicas apenas pueden hablar y mantenerse en pie, inmaduras e inexpertas, con ánimos de sincerarse. Frente a la tensión de Tara por integrarse a la vida sexual activa y su fracaso por llegar a ella por la vía del placer, el final resulta esperanzador: después de que Tara gritara para sus adentros durante toda la película: “¡No quiero ser yo la que se quede atrás, quiero ser algo más!”, el último grado de sinceridad lo lleva a cabo con Em, corriendo por el aeropuerto sonrientes esperando dejar pasar la presión social, dando ese paso que las personas que experimentan un tipo de abuso o violencia esperan poder conseguir.

Por Rafael M. García (@_rffa_ & @RafRafael98)