El 2015 fue un año muy particular para el trabajo en la pantalla chica. Le dijimos adiós a producciones que marcaron un hito, pero también recibimos memorables entregas que confirman día a día que lo que ocurre en la televisión debe tomarse muy en serio. A continuación, un listado de series de televisión que destacaron por la fuerza de sus historias y la calidad de su manufactura.

Les Revenants

Canal+ Francia, temporada 2

Un estilo que recuerda a las atmosferas asfixiantes de David Lynch con una fotografía que se refugia en las personalidades de los protagonistas y una música que refuerza la angustia del espectador, Les Revenants fue uno de los regresos más esperados del año después de una primera temporada sui géneris de terror psicológico y suspenso. En esta ocasión, Fabrice Gobert, toma de pretexto el destino de los pobladores de Annecy y las intensiones de los aparecidos para explorar a profundidad sobre los regresos y sus implicaciones. Aunque las variaciones de estilo no son muchas, esta temporada devela poco a poco la punta del iceberg con situaciones más sangrientas y personajes que tratan de entender su origen y ofrecer al espectador un rompecabezas que genera más dudas que certezas. Al final, esa es su bondad: la habilidad de hilar lo sobrenatural y la condición humana en el miedo, el rencor y la esperanza de sus personajes.

Penny Dreadful

Showtime, temporada 2

Esta temporada exploró a los mismos personajes de su primera temporada y añadió el tema de la brujería desde una óptica estudiada y por ende, bien representada. Probablemente la persecución de Vannesa Ives (Eva Green) sea uno de los hilos narrativos más cansinos en la primera temporada, pero en esta ocasión se ofrecieron más pistas del por qué la importancia del personaje de Green. En ese sentido, estos 10 capítulos tienen una visión más humana gracias a un solo eje: el amor. Es difícil imaginar cómo una serie de terror puede sumergirse en temáticas de este tipo; sin embargo, queda claro que para sus creadores, ese sentimiento, además de ser uno de los grandes motores del ser humano, trae consigo consecuencias funestas e irreversibles. A Logan y sus directores hay que agradecerle algunas escenas memorables como The Blood Ball (2×6 “Glorious Horrors”), el baño de sangre en un elegante salón de baile que no le envidia en nada a las mejores películas de ese género. Con esta temporada de Penny Dreadful queda claro que lo que hacen Murphy y Falchuck en AHS es puro chiste.

Flesh and Bone

Starz

Moira Walley-Beckett es la responsable de algunos de los mejores capítulos de Breaking Bad, una creatividad única que este año llevó a su propia producción: Flesh and Bone, un drama ambientado en la complicada dinámica de una compañía de danza en Nueva York. Con una referencialidad inevitable a Black Swan (Darren Aronofsky, 2010), Walley-Beckett se sumerge en el mundo de Claire (Sarah Hay), una talentosa de bailarina de ballet que escapa de un turbio pasado. A pesar de caer en algunos clichés y situaciones clásicas de los dramas juveniles estadounidenses –envidias, histerias, celos-, lo sobresaliente reside en la capacidad actoral de sus participantes, casi todos bailarines profesionales, y la asesoría del coreógrafo Ethan Stiefel, creador de bellas piezas de danza, un esfuerzo que por nada debe pasar desapercibo en la televisión. Además, la serie toca temáticas delicadas que emergen desde el núcleo familiar y que se exteriorizan en la personalidad de cada personaje de maneras desastrosas, irracionales e incluso repulsivas. La cereza del pastel es el bello intro musicalizado por Karen O (Yeah Yeah Yeahs).

Fargo

FX, temporada 2

Noah Hawley, creador de Fargo, continua con la inspiración del mundo de los hermanos Coen para dar vida a una segunda temporada que mantiene los elementos clásicos de un cine negro repleto de histeria y humor. Al igual que la primera temporada, el pretexto para revelar las manías y obsesiones de los personajes se origina a partir de un sangriento crimen en la localidad de Sioux Falls en EUA, un acontecimiento que entrelazará una serie de casualidades que rayan en lo absurdo, contextualizadas en una sociedad estadounidense que vive la locura de los años 70. En esta ocasión, la presencia femenina es notable por medio de figuras como Peggy Blumquist (una Kirsten Dunst que por fin sale de su zona de confort actoral) y Floyd Gerhardt (Jean Smart), que reavivan la fascinación por la espiral de violencia que siempre acompaña al ser humano.

The Jinx: The Life and Deaths of Robert Durst

HBO

Es una mini serie documental que se adentra en uno de los casos criminales más turbios de los años 80: la desaparición de Kathie Durst y la posible implicación de su esposo Robert, miembro de una de las familias más poderosas de Nueva York. Si bien The Jinx puede ser un capítulo más de alguna producción de Discovery Channel, su creador, Andrew Jarecki, utiliza su acercamiento previo al caso cuando filmó All good things (2010) y entrega una investigación ataviada de grandes recreaciones que no le piden nada a la ficción y que aporta cuestionamientos inéditos sobre la personalidad de Robert Durst, un personaje siniestro que parecer ser sacado de la novela policiaca más oscura. Este trabajo de HBO traspasó la proyección televisiva al avivar el interés en el caso y lograr lo que pocos pueden: llegar a la opinión publica mundial y abrir el debate sobre los limites de la ética y el deber –o no deber- de cualquier director.

UnReal

Lifetime

Cualquier producción “de la vida real” es tachada de superflua, vacía y patética pero, ¿alguna vez nos hemos preguntado qué hay detrás de todo ese frívolo espectáculo? UnReal da una respuesta sencilla y decisiva: personas. Sus creadores, Marti Noxon y Sarah Gertrude Shapiro, nos introducen al ritmo de vida de una producción dedicada a convertir los miedos y las frustraciones en entretenimiento a través de Everlasting, un programa de citas que busca el amor para un heredero de la realeza inglesa. Rachel Goldberg (Shiri Appleby) y Quinn King (Constance Zimmer), son las dos productoras que con una habilidad casi macabra, logran exponer y quebrar a las concursantes en una carnicería donde la dignidad y las reglas no existen. Las similitudes con la realidad son obvias, la ironía y la crueldad con la que retratan el mundo del Gran Hermano versión Kim Kardashian es la mejor carta de presentación de una cadena televisiva como Lifetime que, irónicamente, se especializa en la telerrealidad.

Show me a Hero

HBO

Es una miniserie basada en el libro de Lisa Belkin sobre el proceso político y social de integración de comunidades afroamericanas e hispanas a través de un programa de vivienda en Yonkers, Nueva York. Bajo la batuta de David Simon (The Wire) y Paul Haggins (Crash, 2004), durante seis capítulos se sigue la vida de algunos personajes que estuvieron involucrados en el caso: el alcalde Nick Wasicsko (Oscar Isaac), el demócrata Henry Spallone (Alfred Molina), la jueza Vinni Restiano (Winona Ryder), entre otros. La principal fortaleza de Show me a Hero es la preocupación de no sólo retratar la compleja vida política de Yonkers, sino también adentrarse en los conflictos del día a día de las familias que son segregadas por su condición social. Una clara radiografía de la sociedad estadounidense de los años 80, esta producción de HBO reúne un buen ejercicio actoral (Isaac en uno de sus mejores papeles) y el interés por llevar a la pantalla pequeños universos imperfectos en donde sólo la ficción se puede comprometer. Sin duda, una demostración más del ingenio de David Simon.  

Mr. Robot

USA Network

Nunca antes las teorías conspiratorias, la critica contra la sociedad capitalista y la soledad habían sido tan bien retratadas, ¿el culpable? Sam Esmail y su thriller psicológico, Mr. Robot. Aunque fue duramente criticada por sus semejanzas con la emblemática Fight Club (David Fincher, 1999), esta ficción de 10 capítulos asumió el reto y adquirió su propia identidad al introducir personajes, situaciones y elementos difíciles de encontrar en la televisión: Elliot Alderson (Rami Malek) es un hábil hacker que de la noche a la mañana se ve implicado en los proyectos de F Society, un grupo que quiere reconstruir a la sociedad. El personaje de Elliot es una de las aportaciones más valiosas en la serie al abrir una brecha que confunde al espectador al meterlo y expulsarlo de la diégesis a diestra y siniestra, una cámara subjetiva que recorre las calles de Nueva York y otros compañeros de reparto bien cimentados que retratan a la perfección el sentimiento de la irracionalidad contemporánea: consumir, ambicionar, exterminar. El broche de oro viene con un piano que toca una versión entrañable de “Where is my mind?” de The Pixies.

The Leftovers

HBO, temporada 2

The Leftovers es una ficción única en la televisión. Si la primera temporada se encargó de presentar una historia densa, llena de melancolía y desesperación, Damon Lindelof y Tom Perrotta hicieron una segunda entrega mucho más contundente sobre las implicaciones de la desaparición, la memoria y el olvido cuando la familia Garvey se muda a Miracle, Texas, la única localidad en el mundo que se “salvó” de la ascensión. El juego entre la realidad y los elementos sobrenaturales se equilibraron en los viejos y nuevos personajes que protagonizaron verdaderos capítulos joya (2×8 “International Assassin”, 2×10 “I live here now”) con guiones que parecen ser sacados de la mejor literatura, una dirección que decidió arriesgar la narrativa y proponer juegos metatextuales pocas veces vistos en la televisión, acompañados nuevamente de la música de Max Ritcher. Esta producción de HBO nos hace enfrentar cara a cara el malestar de la condición humana.

Mad Men

AMC, temporada final

Una de las producciones más emblemáticas de la televisión llegó a su fin. Con su séptima temporada, la creación de Matthew Weiner logró cerrar con elegancia un universo creado a lo largo de ocho años. La madurez interpretativa, el guión y la dirección fueron los tres elementos que se conjuntaron para sentir que este último tirón era simplemente despedir a un viejo amigo. El torbellino de los 70, la emancipación femenina, la muerte, la madurez y la redención fueron algunos de los temas que con paciencia, respeto e inteligencia, Don Draper (Jon Hamm) y sus contemporáneos experimentaron para darle sentido al fin de una era. La responsabilidad era muy grande pero Weiner se encargó de añadir a la lista algunas de las mejores escenas en la historia de la televisión: Peggy Olson y su futuro en una caja de cartón (7×12 “Lost Horizon”) o Don Draper y la creación del comercial más emblemático de la publicidad (7×14 “Person to person”). Sí, por supuesto que extrañaremos el whisky, el tabaco y esos diálogos memorables que le dieron sentido a la generación del consumismo.

Menciones especiales

Game of Thrones (HBO, Temporada 5)
Narcos (Netflix)
Humans (Channel 4- AMC)
Togetherness (HBO)
Man Seeking Woman (FXX)
The Slap (NBC)
Heroes: Reborn (NBC)

Por Arantxa Luna (@mentecata_)

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