Hacer documental es deshacerte de tu material: una entrevista sobre Pola Weiss

Como su título lo indica, Pola Weiss (2023) es un documental que explora la vida y obra de la artista mexicana pionera del videoarte. Un punto que subraya la sinopsis oficial del trabajo:

“Fue una artista visionaria y un espíritu femenino único, libre y artístico. Sin embargo, su trabajo es muy poco conocido, incluso en su propio país. A través de sus obras y de las cartas, diarios, fotos y videos de su archivo personal, esta película revela la gran relevancia de su legado artístico y el motivo detrás de su trágica y temprana muerte”.

Alejandra Lucía Arrieta Méndez, su directora, charló con nosotros previo a las funciones que se realizarán por el Polaniversario el próximo 3 de mayo en Cineteca Nacional, sobre la génesis de su trabajo, su relación con Pola y la importancia de su figura para el arte mexicano.

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Butaca Ancha (BA): Entiendo que todo inició cuando conociste el archivo de Pola Weiss en el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC), ¿hubo algo en especial que detonara el deseo por hacer un documental?

Alejandra Lucía Arrieta Méndez (ALAM): El archivo fue la idea que realmente detonó el documental, pero, hablando en específico de su obra, creo que esta cuestión que tiene tanto su obra como su vida: ambas abren una ventana a varias discusiones que son importantes hoy día desde los feminismos. Está la cuestión de la salud mental, porque la tachaban de loca por las cosas que hacía; su imposibilidad de ser madre y cómo vivía esto; intentar crear y ser una artista reconocida.

Estas dos cosas, su carrera y la cuestión de ser mamá, entraban en conflicto. Su vida se relaciona con su obra, nos va contando cómo era. Fue algo que motivó mucho a contar su historia de esta manera y sobre todo siento que tiene mucha vigencia, son temas que hoy en día estamos hablando o que son importantes desde el feminismo.

BA: Hablando de vigencia. Una de las líneas del documental sostiene que en su momento no fue una artista reconocida en su país, incluso uno de los entrevistados dice que en Europa la cosa era diametralmente distinta. ¿Todavía no recibe el reconocimiento que merece en México?

ALAM: Creo que todavía falta. Sin duda ha habido un cambio desde que se donó su archivo al MUAC y se hizo una primera exposición de esos materiales en el 2014. A partir de eso han habido otras, han detonado varias investigaciones y creo que mi documental está en esa misma ola de estos últimos diez años buscando revalorar su figura y voltear a verla.

Veremos qué más podemos hacer para rescatar su memoria. Me gusta pensar que mi documental también puede ayudar mucho en ese sentido, porque creo que es un formato más democrático que una investigación académica, una tesis doctoral o una exposición incluso. ¿Cuántas personas realmente van a los museos? No es que mucha gente vaya a ver cine independiente o cine documental mexicano, pero sí hay una cosa más democrática en ese formato. Espero que pueda ayudar a dar a conocer la historia de Pola, porque sí creo que falta todavía mucho reconocimiento de lo que ella aportó a la historia del arte contemporáneo mexicano en un montón de sentidos y también creo que podemos reconocerla como un ícono.

Su vida y ella tienen este potencial de conectar sobre todo con nuevas generaciones. Tenemos estos referentes tipo Frida Kahlo o Leonora Carrington y no es que no nos encanten, solo creo que ya no es tan vigente su obra, sus preocupaciones, lo que ellas están ahí explorando, digamos, a nivel de la forma. Para las nuevas generaciones está toda la cuestión del video y de voltear la cámara a ella misma, a su misma estética. Eso resuena muchísimo con lo que está pasando ahorita y Pola debería ser en ese sentido un ícono.

BA: Has pasado muchos años con Pola, entiendo que el proceso del documental duró cerca de cinco años y otro par antes de su estreno. En todo este tiempo, ¿ha cambiado tu idea sobre ella?

ALAM: No ha cambiado tanto esa admiración que sentí en un primer momento y la atracción hacia el personaje. Ha sido una relación de muchos años y como cualquier relación ha pasado por muchas etapas. Ha habido momentos donde he entrado en conflicto, pero, la verdad, esa admiración pues solamente ha crecido.

Me siguen impresionando cosas, de su arte, de su obra. Ahorita estoy viendo la posibilidad de hacer una publicación, estamos explorando esa idea también, he estado revisitando algunas cosas, sobre todo lo que ella escribió y la verdad me sigue impactando. Siempre digo que sigue siendo mi artista favorita, quizá cada vez más.

Con el paso del tiempo, el proceso del documental ha tenido cosas muy buenas, pero también momentos difíciles y tanto yo como mi equipo encontramos fuerza en el ejemplo de Pola, ese seguir haciendo lo que ella creía que tenía que hacer, seguir teniendo esa convicción en lo que uno hace, a pesar de que la gente no lo entienda, a pesar de que te tachen de loca, a pesar de que los los obstáculos se sigan presentando, o que los recursos no lleguen. En ese sentido, sí se ha vuelto más profunda, cada vez con más admiración hacia ella como artista y la forma en la que decidió vivir su vida.

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BA: Mencionas que es tu artista favorita, por ello no sorprende que una de las provocaciones del documental sea la forma en que se mezcla tu propuesta estética con la de Pola, a lo que se suman muchas entrevistas. ¿Cómo construiste esa parte del documental?

ALAM: Aquí tengo que mencionar el trabajo de Sabino Alva, que es el editor de la película, porque claramente sin él no sería lo mismo. Me acompañó en el proceso de investigación y eso ayudó mucho, juntos fuimos ideando cómo íbamos a contar el documental, no sabíamos que era a partir del archivo, solo que cada una de sus obras podía contar un aspecto específico de su vida. Muy pronto llegamos a la conclusión de que sí tenía que ser de inicio como si todo fuera un gran video de Pola, un video de dos horas con 16 minutos.

Sabino ha editado muchos documentales y largometrajes, como el de Rita GuerreroRita, el documental, 2018– y La historia negra del cine mexicano (2016). La verdad apreciaba que en esos documentales él ha dejado su huella, su propio estilo y sin saberlo tenía algunas similitudes con el estilo de Pola. El trabajo creativo de los dos fue súper importante.

Existía el interés de generar esa duda, mucha gente me dice: dónde termina Pola y dónde empieza lo que ustedes están haciendo. Al principio como que no le convencía eso, pero es parte de retar un poquito al público. Si no sabes cuáles son los videos de Pola, ojalá eso te aliente a ir al video y conocer su obra de primera mano. Porque aunque la investigación es súper profunda y hay mucha información en el documental, la verdad es que también es sólo por encima, cada uno de los videos de Pola dura 20 minutos y las entrevistas duran mínimo una hora. Hay mucho que quedó fuera.

Hacer documental es aprender a deshacerte de todo tu material.

BA: En el documental, la mayoría de los entrevistados citan a Mi co-ra-zón como su obra favorita de Pola Weiss, ¿coincides o tienes otra favorita?

ALAM: Ha ido cambiando. Mi co-ra.zón es, por obvias razones, la más celebrada, por el hecho de atravesar su historia personal –el aborto espontaneo que tuvo– con lo que pasó en el terremoto del 85. Fue una gran idea, súper atinada y como se menciona en el documental: lo micro con lo macro, la historia personal y la historia de la ciudad. Me encanta Mi co-ra-zón.

Me encanta Autovideoato, que es una obra del 79, seis años antes de Mi co-ra-zón. Siempre digo que es el abuelo de las selfies, porque sí hace ese proceso de voltear la cámara hacia ella, de escribir una carta. Hace un statement del lenguaje versus la imagen y por qué ya está abandonando un poquito el lenguaje para irse totalmente al mundo del video.

También están sus video danzas, siempre se habla de Pola como la pionera del videoarte, pero lo es también de la video danza. Ver lo que ve ella cuando baila. Fue una propuesta súper radical e importante. También tiene una etapa de videos más antropológica, de Cuetzalan, de Santa, de Santa Cruz Tepexpan. Tienen un sentido sociológico, de investigación sociológica. Son obras tempranas y por eso no se habla tanto de ellos. Tienen ya esta madurez que tiene Mi co-ra-zón, es lo que se me hace interesante. Esos intereses en ella iban creciendo, tomando forma. Pola estaba resolviendo estas cosas en sus primeros acercamientos al video.

Por Rafael Paz (@pazespa)