El cine turco es poco visto en nuestro país. La excepción son aquellas cintas ganadoras de premios en festivales de prestigio, el circuito de arte, pues. Difícil es acercarse a la veta más popular de dicha cinematografía estando lejos de la fuente, aunque siempre hay algún entusiasta que se encarga de educar a los interesados. ¡Saludos, Jorge Grajales! De esa manera, no es raro escuchar entre los amantes del cine cutre su afición por las versiones turcas de Rambo, El exorcista o Superman. El fenómeno se repite en muchos rincones del mundo.
El documental Remake, Remix, Rip-Off: About Copy Culture & Turkish Pop Cinema (2014) de Cem Kaya, alemán hijo de migrantes turcos, intenta explicar las razones de esas versiones y su espacio en la cultura popular de la tierra de sus padres. Revalorización después de ser denostadas como entretenimiento pasajero, chatarra y nada más. Kaya repasa los orígenes desde los años 60 hasta su desaparición a finales de los 70.
La cinta termina por ser una celebración de la inventiva de los realizadores turcos y la industria en general que se abocó a producir los largometrajes, usando todos los recursos disponibles a la mano. Al mismo tiempo busca darles su lugar como artistas/autores y desmarcarlos del recurso fácil de tacharlos de copiones sin escrúpulos. Sí, tomaban ideas de películas norteamericanas para usarlas pero las adaptaciones iban más allá. Como una canción de hip hop usando el pedazo de un buen blues, el resultado final se veía enriquecido por la propia visión de los ejecutantes.
De igual forma se explora el marco político en que surgieron y la represión social que se vivía en tierras turcas aquellos años. Similar a las razones por las que aquí surgió el cine de ficheras por la misma época, por ejemplo. Hay un espejo en el que podemos reflejarnos.
Por Rafael Paz (@pazespa)