‘Choosing to Die’: La muerte como elección

Sir Terry Pratchett vive una de las tragedias más grandes a las que puede enfrentarse un escritor: olvidar las palabras. Hace cinco años, en 2007, cuando estaba a punto de cumplir 60 años, fue diagnosticado con Alzheimer, una enfermedad que lo condenaba a, más temprano que tarde, la discapacidad literaria. Fue entonces que Terry decidió que quería morir antes de perder la capacidad de escribir.

Choosing to Die (2009) es un documental que aborda las vicisitudes por las que tiene que atravesar quien opta por la muerte asistida, algo nada fácil en una sociedad que se opone tajantemente a la autodeterminación del individuo para interrumpir su vida cuando lo crea más conveniente.

“Quiero vivir la vida mientras pueda sacarle jugo, y después me gustaría morir, pero no sé cómo ni cuándo”, dice Pratchett, quien nos lleva en su exploración de opciones y su búsqueda de respuestas. ¿Cuáles son los motivos que orillan a alguien a buscar apoyo para morir y qué opciones tiene el Reino Unido, en donde es considerado ilegal? El escritor realiza una pequeña gira para entrevistar a enfermos con padecimientos terminales degenerativos que se han inclinado por la muerte asistida.

Los entrevistados coinciden en que no ven razón alguna para seguir con vida en condiciones indignas o en medio de un dolor físico y mental innecesario e insoportable, así como que no pueden esperar a que su salud se deteriore al punto de que no puedan quitarse la vida, pues se necesita estar completamente lúcido y con perfectas capacidades mentales para poder iniciar los trámites de muerte asistida. El tiempo es el factor más importante.

La fuerza del documental reside precisamente en los testimonios de los enfermos y sus familiares. Los primeros ven con alivio la posibilidad de poner fin a su sufrimiento; los segundos no tienen más alternativa que solidarizarse con sus seres queridos y apoyarlos en el difícil trance.

Producida por la BBC para la televisión, Choosing to Die causó gran revuelo entre los sectores más conservadores de la sociedad británica. Se acusó a Pratchett de hacer una apología del suicidio y mostrar sólo el testimonio de los enfermos; sin embargo, quizá la crítica haya sido demasiado ligera: después de todo sólo el enfermo sabe por lo que está pasando.

Las protestas de sus detractores son tan válidas como las reflexiones del escritor o de sus entrevistados; no obstante, responden a posturas de carácter religioso, a la idea del Estado protector y a aquello que Vladimir Jankélévitch ubicó en su ensayo Pensar la muerte como un egoísmo sentimental por parte de los seres queridos, resultado de un apego que nubla nuestro criterio cuando se debate la idea de permitir a los nuestros terminar con su existencia.

Enfrentar la pérdida es quizá lo más difícil del tema, de ahí que la decisión recaiga en los ciudadanos sanos y que las autoridades hagan extensivo ese sentir y lo reflejen en las leyes.

El caso más impactante de Choosing to Die es el de Peter Smedley y su esposa. Smedley es un acaudalado empresario en sus setentas que padece un trastorno neuromotor que reduce rápidamente sus capacidades físicas, y quien, con contundente lucidez, relata cómo se decidió a acercarse a Dignitas, una ONG con sede en Suiza dedicada a facilitar la muerte a aquellos que así lo decidan. Tanto las valoraciones psicológicas por las que pasa Smedley, como el momento en el que termina con su vida quedan capturadas con dramatismo en el documental.

Vale la pena mencionar que Dignitas ofrece sus servicios únicamente en Suiza, por lo cual el enfermo debe viajar a Zurich por sus propios medios y ser capaz de tomar el mortal medicamento por sí mismo, además de cubrir una cuota para la organización, así como sufragar los gastos de incineración de su cadáver. La muerte asistida no es gratis, chavos.

“A veces, cuando estoy deprimido, temo qué puede esconder el futuro, pero se me ocurre que en estos tiempos modernos no debería temer algo así”, dice Pratchett sobre la muerte asistida, una idea simple y sensata al oído, pero que estruja el corazón cuando se piensa en la posibilidad de que sea un ser querido quien la pronuncie.

Por Carlos Morales (@spacemono)

Aquellos interesados en ver el documental, pueden verlo aquí:

 

Eligiendo Morir (Choosing to Die) from Barney Bear on Vimeo.

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