‘Valiente’: Una producción de Pixney/Disxar

Hubo un tiempo en que Pixar era considerada una especie de Rey Midas de las películas animadas. Infalible a la hora de disfrutar el favor de la crítica, obtener renombrados galardones y, sin duda lo más importante, incrementar una creciente legión de admiradores alrededor del planeta. Todo lo que salía de la mente de Pixar se convertía en oro, así se convirtió en monarca del condado.

Ante esto, la antigua compañía, que por años había tratado de conquistar las mentes y corazones de las nuevas generaciones sin éxito, decidió que lo mejor era absorber a la pequeña productora y utilizar a sus más brillantes elementos para encauzar su camino. Entonces Disney compró Pixar y el terreno comenzó a nivelarse. Poco a poco, pero empezó a nivelarse.

Merida es una adolescente y temperamental princesa escocesa. Vive en perpetuo conflicto con su madre, la reina Elinor, quien se encarga de controlar hasta el último detalle de su vida en su intento por hacer de ella una digna soberana. Cuando los reyes le anuncian a la princesa que es momento de elegir un prometido de entre los hijos de los lords, ésta decide revelarse y termina escapando al bosque. Ahí, tendrá un encuentro con una extraña bruja, quien le promete cambiar su destino con un hechizo. No siempre todo lo que brilla es oro y la princesa deberá hacerse responsable de sus actos.

Valiente (Brave, 2012) es una película de Disney hecha con las herramientas de Pixar. Desde su tema —princesas— hasta una ejecución sin riesgos y calculada para tratar de satisfacer a todos.

El proyecto comenzó como la primera cinta de Pixar que sería dirigida por una mujer. En la historia de la compañía los hombres habían tenido el rol principal, incluso en cuanto a personajes, y por eso la noticia tomó relevancia.

La elegida fue Brenda Chapman, quien hasta el momento sólo tenía una película como directora: El Principe de Egipto (The Prince of Egypt, 1998), la cual co-dirigió junto a Steve Hickner y Simon Wells. La mayor parte de su trabajo lo había desarrollado en los departamentos de guión —Pollitos en fuga, El rey león y La bella y la bestia— y animación en diversas caricaturas para tv, como Daniel el travieso.

En algún punto de la producción, alguien en Pixar se dio cuenta de que las cosas no estaban saliendo según lo planeado y tuvieron que llegar Mark Andrews y Steve Purcell.

Ese cambio se siente en Valiente. Por momentos parece que Pixar está entregando uno de sus clásicos y por otros, que es un vehículo más para engrosar el catálogo de princesas Disney.

Merida reúne algunas características que la hacen un buen personaje de Pixar, es su entorno el que no ayuda. Ella busca salir de la sobreprotección de su mamá, como Nemo, al ver una oportunidad que beneficie a sus propios intereses la toma sin medir las consecuencias, como Mr. Increíble, y después de hecho el daño trata de enmendarlo poniendo en riesgo su propia vida, como Woody. El problema es que esas cualidades no terminan de cuajar a lo largo de los 100 minutos de película.

Como en cada nuevo trabajo de Pixar, el trabajo de animación supera a su predecesor. Basta ver el cabello de Mérida ondeando en el aire para constatar el nivel de perfección técnica alcanzado por la compañía. En ese rubro no hay quien se les compare.

No es de extrañarse que la película no alcance todo su potencial, aunque no es un fiasco como Cars 2, está lejos de Wall-E, por ejemplo. Pixar pasó de ser una pequeña productora de dibujos animados que ponía atención a todos los detalles de cada una de sus películas, no importa lo insignificante que éstos fueran, pero con la compra por parte de Disney las cabezas que antes estaban al pendiente de cada proyecto, ahora tienen nuevas obligaciones.

Tomemos como ejemplo a John Lasseter, fundador y cabeza de Pixar durante muchos años, ahora tiene que repartir su tiempo entre sus antiguas obligaciones y fungir como Jefe Creativo del Departamento de Animación de Disney y, además, ser el asesor principal del Departamento Creativo de Ingeniería de Disney —los que diseñan las montañas rusas—. Con tantas cosas que hacer es imposible enfocarse a un solo proyecto y las películas lo van a resentir.

El tiempo dirá si las producciones de Pixney/Disxar tienen futuro, nacieron condenadas al fracaso o la mera anécdota mercantil.

Por Rafael Paz (@pazespa)

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