Un viaje a la Expo Sex & Entertaiment 2012

“Vivimos en un mundo donde nos escondemos para hacer el amor, pero la violencia se practica a plena luz del día”, John, esta vez te equivocaste. La Expo Sex & Entertainment es así de grande, capaz destrozar las frases más celebres de Lennon y reunir con facilidad a más de 100 mil morbosos que junto a Gunnar emprendieron un viaje como estudiantes de la Prepa 8, entre chichi, nalga y bizcocho.

Como todo en esta vida, si no evolucionas mueres y la convención de sexo no puede eludir esta máxima. Para su novena edición, la expo presentó una temática europea donde Francia, Alemania, España, Inglaterra y el exbloque soviético nos mandaron a sus mejores exponentes para crear una sucursal del Museo del niño, donde se tocó, aprendió y jugó.

Si su pudor o novias apretadas no los dejaron ir, de lo que se perdieron. De verdad que es alentador cuando uno ingresa y una kilométrica pista de baile con más de 10 bailarinas en sus respectivos tubos te recibe para ir aflojando la pena y ponerte en sintonía.

Aunque aquí es necesario abrir un paréntesis. ¿Alguna vez han ido a una taquería y padecido al típico pendejo que no se quita de enfrente de las salsas impidiéndoles preparar sus tacos a gusto? Lo mismito pasa aquí, los señores que en su puta vida han ido a un table, endiosados por las musas de la danza, se sienten dueños de ellas y no te dejan ver porque están grabando con su celular (cámara de 1 megapixel). De verdad, a esa gente le digo: salgan más.

Regresando a lo lindo del escrito. No es por dárselas a desear, pero su servidor pudo ser parte de una escena porno donde además de decir que la actriz quedó enamorada de mí, me negué a aceptar el contrato que me ofrecía la productora, “Mis lectores son primero y Butaca Ancha es mi única casa” le dije el prodoctursillo.

Si no fueron, la verdad es que se perdieron de millares de sexshops rodantes que ofrecían películas porno a granel, de todo tipo. Hetero, homo, zoofilico, interracial, de maduras, de muy maduras, asiático… en fin, ni yo había visto tanta diversidad de títulos.

Al final, no queda más que aplaudir, y aceptar que el mexicano es un morboso de closet, porque a más de uno lo pude ver riendo a carcajadas, mojándose los labios y poniendo mirada lasciva, pero antes de cruzar la puerta, gorra y lente obscuro en mano, como si quisiera esconder un deseo natural. Hipócritas, porque bien lo dice el dicho: “Dejad que las pornstars se acerquen a mí”.

Por Gunnar Spankadicious

Fotos por @marianayayaya


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