Un soundtrack sobre Mánchester

La música de nuestros días, desde una perspectiva analítica, es el resultado de una evolución impulsada por distintos elementos: el desarrollo de las tecnologías, el contexto social, las imposiciones de los magnates de la misma industria musical, la ebullición de los sentimientos individuales y colectivos, los efímeros pero contundentes movimientos juveniles, etc. Todos estos elementos han influido, sin duda, en los músicos creadores y su manera de hacer música y, por lo tanto, ésta ha brindado muchos episodios que, si bien, por la edad, muchos no los pudimos gozar en su momento, es el séptimo arte el que nos ayuda retornar y a vivir aquella época que nos enseña la importancia y trascendencia de una determinada escena musical.

Ejemplo de esto es el filme dirigido por Michael Winterbottom, 24 Hour Party People (2002), que muestra muchos fragmentos de la influencia musical que tuvo la ciudad de Mánchester, Inglaterra, a partir del fin de la década de los setenta. Desde el surgimiento y legado de bandas como Joy Division, hasta el inicio de la cultura rave y la adoración al DJ.

La historia tiene su eje central y narración principal en Tony Wilson, interpretado por Steve Coogan, quien es conductor de un programa de televisión local de Mánchester, que, ante su previsión de los nuevos cambios que se suscitarían en la escena musical de ésta ciudad industrial, opta por abrir un sello discográfico, Factory Records, del que surgirían bandas como Joy Division, posteriormente New Order, A Certain Ratio, The Durutti Colum y los Happy Mondays, entre otros.

El soundtrack de esta cinta se dio de una manera obvia, pues está formado por canciones de los grupos que tuvieron más importancia dentro de Factory Records, aquellos grupos que son acentuados dentro del filme y que indudablemente se siguen presentando como un referente en mucha de la música actual.

Dentro de esta banda sonora se encuentran canciones como Anarchy in the U.K., de los legendarios Sex Pistols, quienes involuntariamente, en su primer presentación en Mánchester, en junio de 1976, con un público de no más de 50 personas, detonaron la ebullición de bandas que cambiarían el rumbo musical de esta ciudad y en gran parte, la del mundo. The Clash y los Buzzcocks también hacen aparición dentro del soundtrack, que si bien no tuvieron una relación directa con Factory Records, ellos fueron los precursores de las bandas a las que sirvió como cuna.

Preponderando en los temas más significativos de Joy Division y New Order (en sus inicios), este material aborda también canciones de los excéntricos Happy Mondays, Marshall Jefferson, The Durutti Colum y 808 State (quienes representan la innovación electrónica que surgió en Mánchester a final de los 80). Este soundtrack no es más que un buen compilado de excelentes canciones y bandas, pasando desde el punk y post-punk hasta los inicios de lo que se denominaría como música rave.

No queda más que recomendar este gran filme inglés para poder apreciar y entender de la mejor manera su banda sonora y que, en sí mismo, es la representación de una época fría, ácida y aislada, pero tremendamente trascendental para la historia musical. Es una condensación perfecta para lo que debe ser un soundtrack sobre Mánchester.

Por Antonio Millán (@pinomillan)

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