‘Un amor inseparable’: La gran enfermedad del amor

En los últimos años, la comedia romántica estadounidense ha atravesado por una serie de rachas irregulares en las que su concepto, “chico conoce a chica” o viceversa, cae en una cadena de clichés en su narrativa. Si bien la fórmula se mantiene vigente y en ocasiones es disfrutable, ha sido incapaz de ofrecer un ángulo que le otorgue frescura.

Una de las excepciones recientes es Un amor inseparable (The Big Sick, 2017) gracias a la sinceridad de su trama. Kumail (Kumail Nanjiani), joven paquistaní aspirante a comediante, se enamora de Emily (Zoe Kazan), una joven estudiante de psicología. La pareja inicia un singular romance que será puesto a prueba por la repentina enfermedad de Emily, quien cae en un complicado coma, llevando a Kumail a replantear su vida y a entablar una estrecha relación amistosa con los padres de la muchacha.

Basada en las experiencias del propio Kumail Nanjiani con su esposa Emily (el guion escrito también por la propia pareja), el relato adopta un enfoque que, además de plasmar los procesos típicos de enamoramiento, convivencia y consagración romántica, coloca un trasfondo honesto que retrata las diferencias raciales y religiosas. Kumail teme presentar a la chica a causa de la arraigada religión musulmana de su familia, llevando a ciertas incidencias cómicas por el contraste de ideologías, en las que se exalta una calidez e inteligencia no muy común de hallar en el género.

El realizador Michael Showalter (Hello, My Name is Doris) coloca un agradable humor inspirado en las rutinas del stand- up comedy (séase desde el origen étnico y las incidencias políticas hasta las debacles emocionales), conjugando un poco el estilo de Judd Apatow en cuanto a la peculiaridad, trasfondo, incidencias y excentricidades de sus personajes, desprendiéndose también del recurso escatológico de Virgen a los 40 (The 40 Year-Old Virgin, 2005) o Ligeramente embarazada (Knocked Up, 2007) para otorgar una sutilidad con respecto al tema de la enfermedad que vislumbra a la unión a pesar de las circunstancias.

La incertidumbre de la muerte, acompañado por la dedicación y al cuidado del ser querido en tiempos difíciles, guía al relato hacia una honesta aceptación de culturas y el contraste de las tradiciones, todo ello gracias al amor de la pareja, capaz de instruirlos en la aceptación de sus cualidades, defectos y estructuras culturales, todo ello resaltado por la química de Kumail Nanjiani y Zoe Kazan como la pareja protagónica.

A su vez, el tema amoroso se refleja en un contexto de madurez a través de los padres de Emily, Beth (Holly Hunter, destacada) y Terry (Ray Romano, en un buen papel) quienes atraviesan por una transición existencial que replantea su pasado y la situación de su matrimonio, en crisis por las debacles de la monotonía y la infidelidad. En este mismo ámbito, la familia de Kumail se encuentra un poco rezagada en el desarrollo y contexto de la trama, aquejados un poco por el cliché costumbrista de la cultura, las expectativas familiares y sus reacciones a la tradición occidental que fervientemente rechaza.

Respaldado por el carisma de los personajes, la calidez y la agudeza en el equilibrio de la instancia cómica con el drama, Un amor inseparable es una sencilla y efectiva historia que, además de fungir como una honesta autobiografía romántica, destaca por la empatía del romance que desprende.

Por Mariana Fernández (@mariana_ferfab)

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