Stop and Watch: los hábitos del consumidor de cine actual

La fórmula de la empatía: Kennedy, Rubia y Chihuahua.

El zapping se ha convertido en el deporte favorito de seres sedentarios, dueños del sillón y del control remoto. Con la aparición de la televisión por cable, hace unos 20 años más o menos, esta actividad de apretar el botón channel up del control de la televisión ha desbancado a la masturbación como la actividad manual preferida del adolescente. El zapping es el reflejo crudo de la realidad del consumo de imagen de la actualidad, la cantidad de fragmentos pictográficos recibidos es inmensa durante el breve lapso de un par de minutos. Los procesos neurológicos de reconocimiento visual se agilizan haciendo trabajar una serie de conexiones neuronales a una velocidad impresionante.

El “zapping” como modus vivendi

Del reconocimiento de cada imagen se genera una memoria, memoria que en breves segundos nos lleva a tomar una decisión sobre si dejaremos sintonizado ese canal o proseguiremos en nuestra ardua labor. Está científicamente demostrado (en algún lado, estoy seguro) que existe una tendencia más fuerte a quedarnos sintonizando una película. Pero no una película que ya hayamos visto o que queramos ver, generalmente es difícil llegar al inicio de la película a menos que uses el Tele Guía (pero esta herramienta sólo es utilizada por críticos de TV, burócratas que no se pierden Dr. House y niñas obsesivas cuya madre putativa es Cositas o Dora La Exploradora), por lo que llegamos a la película siempre “a la mitad de las cosas”.

La significación de lo familiar: Pelón mamado= acción y entretenimiento

Pero el reconocimiento de la película en cuestión nos lleva a recordar toda la trama. No es necesario verla desde el principio, conocemos la historia, nos es familiar, sabemos cómo terminará y en la gran mayoría de los casos nos sabemos pedazos de las películas de memoria, pero es aquí cuando el zapping se detiene, nuestro reflejo del dedo (no es albur) es pausado y da pie a otro fenómeno de reciente aparición, haciendo de él prácticamente un neologismo: el stop and watch.

Stop and Watch por excelencia: Juego de Gemelas

Para los lectores que no estén familiarizados con la lengua materna de Whoopi Goldberg, stop and watch significa “detente y mira”. Un fenómeno común en el espectador actual. ¿Cuántas veces no hemos llegado a los “canales de películas” para buscar algo que detenga el denigrante zapping durante al menos un período de 90 minutos? El stop and watch es la llegada a una “zona segura” en lo que a contenido se refiere, la culminación del ocio llevada al placer de ver algo “ya visto”.

Pero quizá el lector se pregunte: ¿Cuáles son las películas que entran en esta categorización? Lo cierto es que cada quién tiene sus stop and watch, pero existen ciertos criterios de homogeneización que nos permiten definir de manera más clara qué compone una de estas cintas:

*La película en cuestión es una comedia (“ligera” o romántica) o una película de acción, nunca un drama (¿alguien en sus cabales se detiene a ver Los 10 Mandamientos o Precious?). Por antonomasia, los géneros más accesibles y digeribles del espectro cinematográfico. Por lo general y dada la tendencia generacional, las cintas más antiguas no pasan de 1990.

EN COMEDIA:

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*Si es una comedia romántica, es protagonizada por Julia Roberts, Reese Witherspoon, Meg Ryan, Cameron Diaz, Kate Hudson o Jennifer Aniston.

*En la película siempre hay una boda y una escena de la protagonista comiendo en un restorán con sus amigas.

*El porn pastry hace acto de presencia. Ya sea en elaboradamente exagerada repostería o en botes de helado con sabores francamente obscenos.

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*Hay un montaje de la protagonista probándose ropa al ritmo de una canción de Shania Twain.

*La protagonista nunca enseña los senos y si hay escenas de cama, la escena siempre es post-coito y las sabanas siempre cubren los pechos de la protagonista.

*La película termina con un gag reel  o los bloopers en la secuencia de créditos.

*Sale siempre una leyenda en decadencia, generalmente haciendo un cameo. Ejemplo: Peter Fonda en Rebeldes con Causa (2008) o Roger Moore en El Mundo de las Spice Girls (1997).

¡Claro que he leído a Schopenhauer! ¡Hace los horóscopos en Cosmo!

*Hay un perro bonito.

*La historia se desarrolla en Nueva York, San Francisco o Chicago.

*La protagonista es rica y vive en un edificio residencial en el que hay un portero negro que rapea (gracias, Tracey Morgan!).

*La protagonista es editora de una revista de moda, trabaja en una revista de moda, lee una revista de moda o es una revista de moda.

*La película pasa en TNT, Disney Channel o Movie City.

El eterno vodevil: Jim Carrey

*Si el protagonista es hombre, los protagonistas suelen ser Jim Carrey, Tom Hanks, Ben Stiller o Adam Sandler.

*El protagonista tiene una esposa buenísima o se queda con una mujer desproporcional a su atractivo físico, reafirmando al average Joe que sí se puede tener una mujer así. “La felicidad está en un buen par de senos” pregonan.

* Siempre hay una mujer afroamericana sassy. ¿Qué es lo sassy? Favor de ver a Whoopi Goldberg en Ghost (1990), Wanda Sykes en Mi Suegra es un Monstruo (2005) u Octavia Spencer en Historias Cruzadas (2011). Es lo que llamaríamos “una negrita chistosa” (R.I.P. Whitney Huston).

“¡No puedo creer que haya dado a luz a tantos perros y aun conserve esa figura!”

*Existe una explotación de lo cute y lo trendy a modo exagerado que raya en lo vomitivo.

EN ACCIÓN:

*El protagonista siempre es un miembro del elenco de Los Indestructibles (2009).

*El protagonista es parco en emoción y expresión, creando una armadura emocional con su corpulencia o con el simple hecho de fruncir el ceño.

Soberbia Exageración: Cine de acción

*Hay infinidad de escenas de persecución en carros y orgías con bombas, que en cuestión de producción, cuestan más que el PIB de cualquier país africano.

*El protagonista tiene más de una mujer bajo su dominio sexual, reafirmando su papel como macho alfa.

*Hay mas muertos en una sola cinta de acción que en el tsunami del 2004 o el terremoto del 85.

*El villano es caricaturesco, carente de motivación real y culpable de avaricia y poder excesivos.

*La presencia ominosa de armas y violencia esporádica y fugaz es una constante necesaria.

Fascinación Catártica: Trailers y coches en acrobacia

Los síndromes y las carencias culturales de la generación millenial se pueden apreciar en un cuidadoso análisis de que es lo que nos gusta y por qué motivo. El stop and watch tiene una serie de características más numerosas de las que se presentan en este texto, estas películas son las que nos entretienen y cubren un período de relativa inactividad mental, pero cuidado, que cuando bajamos las defensas, es cuando el enemigo entra con mayor facilidad.

Momentos después, estarán viendo Juego de Gemelas

Por JJ Negrete

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