Seguir Siendo: qué festejo tan aguado

En el 2009 el grupo mexicano Café Tacvba cumplió 20 años de haber nacido, debido a tan importante fecha la banda realizó 20 conciertos alrededor del mundo, contrario a su costumbre los miembros del grupo permitieron a Ernesto Contreras y José Manuel Craviotto seguirlos e invadir su privacidad, de ahí nació Seguir Siendo.

Contrario a lo que dicta la lógica –o al menos lo que la campaña publicitaria da a entender– este documental no tiene como tema central el vigésimo aniversario del conjunto originario de Ciudad Satélite, aborda la gira de su disco anterior SINO (2008). Aquí comienzan detalles.

Café Tacvba como agrupación siempre ha sido muy hermética, por eso resultó novedoso y atípico que permitieran que las cámaras mostraran aquello que nunca había sido mostrado antes, su intimidad.

El sabor de boca que deja el documental es el de ser un tour de forcé únicamente para fanáticos, si no se es seguidor del grupo difícilmente el espectador promedio se sentirá atraído o identificado por el largometraje.

Ante esto sólo hay dos opciones: 1 El fenómeno creado por Café Tacvba fue demasiado para las habilidades de los dos directores 2 Nos encontramos ante una banda que sólo es interesante por su música y no por lo que pasa con sus integrantes, o sea son aburridos.

Sí la yegua le quedó grande a Contreras y a Craviotto sería una lástima ya que los dos habían demostrado tener talento en sus entregas anteriores, Ernesto con Párpados Azules (2007) y José Manuel con Los últimos héroes de la península –que también era documental–. Confirmaría también que fue un proyecto demasiado ambicioso para dos noveles cineastas, no hay que olvidar que siguieron a la banda desde el 2007, si en ese tiempo no lograron que se abrieran ante el lente de la cámara, nunca lo iban a conseguir.

Un acierto que hay que otorgarles a los realizadores es la introducción, en la que se muestra un video de Café Tacvba en un programa de Paco Stanley, apelando correctamente a la nostalgia que sienten los que han seguido la trayectoria de la banda, pero después de ese excelente punto de partida el ritmo y la narrativa decaen.

Del otro lado, quizá Rubén Albarrán –quien a través de los años ha cambiado su nombre cada que se estrena un nuevo disco y actualmente se hace llamar Cone Cahuitl (al menos es el último que recuerdo) –, Emmanuel del Real, Enrique Rangel y Joselo Rangel son simplemente personas aburridas y que se cohíben delante de una cámara. Inclusive en alguna parte del filme Meme dice que no se deberían llamar Café Tacvba sino Rubén y los Tres Tiesos.

Sumado a esto el acceso a lo que sería la parte más interesante de un grupo, el momento de la creación artística, le es negado a los cineastas, quienes ante la negativa aceptan usar videos caseros donde se observa como logran crear una canción, pero el efecto se diluye y la magia se pierde. Y ellos no lo lograron en los casi cuatro años que siguieron a los músicos, nadie lo va a lograr. Así que, por favor, ahórrense los futuros intentos.

Quizá estos 88 minutos de celuloide hubieran tenido un mejor recibimiento como un extra de algún disco para los fans, pero como parte de los festejos del vigésimo aniversario de una de las bandas de rock más importantes del país y del mundo –en alguna parte de la cinta son comparados con Los Beatles– al final resulta un festejo muy deslucido.

Por Rafael Paz (@pazespa)

Pd Y eso que soy fan from hell del grupo, sino imagínense

Publicado anteriormente en Circa Cinema: http://bit.ly/hOnY7E

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