‘¿Sabes quién viene?’: Niñerias

Dos parejas de padres se reunen para “resolver” los problemas de sus hijos, las horas transcurren y la verdadera naturaleza de los personajes se revela poco a poco. El conflicto en esencia es sencillo, hay dos niños y uno le sacó los dientes al otro por un problema de esos que niños, una verdadera niñería, por lo cual los progenitores buscan una solución entre los infantes. Ésa es la historia de ‘Carnage’ (Roman Polanski, 2011).

Basada en la obra ‘Le Dieu du carnage’ de Yasmina Reza, ‘Carnage’ es un estudio sobre las máscaras propias de la naturaleza humana, cada uno de los personajes comienza, al pasar de los minutos, a mostrar su verdadera naturaleza. Si las cosas no son lo que aparentan, las personas menos.

El motivo del encuentro pueden ser los niños, pero no podrían importar menos. Tenemos a 4 adultos tratando de imponer lo que piensan sin dar concesiones, como sí un judío, un católico y un musulmán entraran a un bar… digo, se sentaran a discutir cuál de sus dioses es el verdadero, sin notar que es el mismo en el fondo.

La dirección de Polanski hace que el elenco conformado por John C. Rilley, Jodie Foster, Kate Winslet y Christoph Waltz, brinden sólidas actuaciones. Waltz había estado juntando cheques para engordar su cartera después del éxito de ‘Bastardos sin gloria’, aquí encuentra un papel que le queda como anillo al dedo con todo su cinismo.

El director no dilata el conflicto en la película, se podría decir incluso que no hay secuencias que sobren ni que falten, lo cual a la altura de la carrera del polaco es lo mínimo que se puede pedir. A pesar de estar encerrados en un departamento durante horas, en ningún momento el ritmo decae o se torna cansado para el espectador. Se podría decir que incluso los personajes sufren un síndrome parecido a los de ‘El ángel exterminador’, imposibilitados a dejar el departamento, y Polanski lo ejecuta con éxito.

Cada matrimonios guarda sus problemas, inclusive aquellos que se muestran muy humanistas y comprensibles, como el personaje de Jodie Foster, pero en el fondo son igual de intransigentes como el más cínico de todos, Alan Cowan (Cristoph Waltz).

Puede ser que los niños actúen por instinto y sin la menor reflexión de por medio, pero al final del día entienden que fue instante, un momento, y que guardar rencor impide disfrutar de los placeres de la vida. Quizá al final del día seguirán siendo niños, pero la madurez no los elude.

Por Rafael Paz

Publicado en El Financiero.

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