‘RED 2’: Se terminó la gracia

RED 2 (Dean Parisot, 2013) llegó a cartelera nacional el pasado viernes, junto a Kick-Ass 2 (Jeff Wadlow, 2013), para cerrar un verano cinematográfico más y darle la bienvenida al nuevo ciclo escolar. Estas dos series hollywoodenses mezclan la violencia con el humor, provienen de un comic, y tardaron 3 años en estrenar sus secuelas. Cabe añadir que ninguna repitió director; en RED 2 nos encontramos con Dean Parisot, quien no dirigía en cine desde el 2005 (Fun with Dick and Jane). De carrera mediocre (sólo se rescata la genial Héroes fuera de órbita, 1999), Parisot regresa a repetir la formula de la original RED (Robert Schwentke, 2010), la cual sin llegar a brillar sí mezcló con cierta gracia la acción/violencia con el humor/romance.

Bruce Willis es el ex–agente de la CIA Frank Moses, quien a pesar de su retiro nunca descansa (ni descansará, porque seguro vendrán más problemas) de los balazos y las peleas. Para quien no vio la primera parte, lo único que tienen que saber es que Frank encontró el amor en Sarah (Mary-Louise Parker), y el humor parte de poner su primera cita en medio de una cacería humana: un miembro de la CIA (Karl Urban) trata de asesinar a Frank, mientras nos damos cuenta que a Sarah no le desagrada del todo el peligro, y conocemos a otros agentes retirados (destaca John Malkovich como Marvin Boggs).

Para la segunda parte, Parisot sigue los pasos de muchas otras series de películas, donde el protagonista ha “madurado”. Aquí comenzamos con un Frank lejos de la violencia, comprando en un supermercado, y contento en pareja. Y como siempre sucede (Mi Villano Favorito 2, el caso más reciente), no tardaremos mucho para volver a ver algo de acción en la vida del personaje central. A pesar de que la frescura se ha ido, lo justo es decir que se consigue un humor decente a partir de algo simple: Willis trata de proteger a su amada, pero ella es la que quiere adrenalina y, porqué no, armas de fuego. La cinta repite este chiste en más de una ocasión, y queda claro que Parisot no busca innovar, no busca ofrecer nada diferente a lo que ya vimos en la primera (si no te gustó RED, ni acercarse a esta secuela).

Esta vez falta una idea clara, algo que al menos la original, con todo y sus torpes giros en la trama, sí tenía: reunir a las estrellas (de la CIA pero también del cine) ahora ya envejecidas, todo con un toque absurdo. RED 2 nunca deja de explorar el “crecimiento” de la relación entre Frank y Sarah, pero los recursos se vuelven pobres y repetitivos. Catherine Zeta-Jones, entra al ruedo como la exnovia de Frank, para darle celos a Sarah. Una formula cansadísima, que si acaso logra uno o dos momentos amenos y no más.

El reparto, lleno de estrellas hollywoodenses, ha sido la apuesta principal en esta serie. Se fueron Morgan Freeman, Karl Urban y (del planeta) Ernest Borgnine (1917-2012), pero para esta secuela llegaron, además de Zeta-Jones, Sir. Anthony Hopkins e inesperadamente Byung-jun Lee. El actor coreano de I Saw the Devil  (Ji-woon Kim, 2010) se perfilaba como un interesante rival para Willis. Lamentablemente no aporta mucho, entrando en el juego americano, enfocándose en lucir el cuerpo y sus gafas de sol pero lejos de su aspecto bad-ass de I Saw the Devil.

El papel de Byung-jun, el asesino profesional Han (descrito como un verdadero cabrón), decepciona ya que es el mismo que interpretó Urban en RED. Si algo hemos aprendido es que cualquiera que sea contratado específicamente para matar a Frank terminará siendo amigo del personaje de Willis, quien, cabe añadir, tiene una actuación insulsa. No esperaba algo grandioso, sólo una buena y memorable dosis de caratazos entre Willis y Byung-jun. Sí hay golpes pero nada para recordar, e incluso se llega a una escena donde Byung-jun se une a Malkovich para hablar de mujeres con Willis. RED 2 no es más que este tipo de material: aceptable pero prescindible.

Malkovich y Helen Mirren repiten sus papeles pero lo más divertido ya lo entregaron en la parte uno. De Hopkins hay algunos buenos chispazos pero, como le pasa a Byung-jun, su personaje termina por ser intrascendente, perdiéndose en (más) secuencias de acción y (más) giros en la trama que no impactan. De alguna forma, RED 2 pretendía explorar mayormente a sus personajes (Frank y Sarah principalmente), pero termina por establecerse como lo mismo. Si RED fue un tour por los Estados Unidos, RED 2 se expande a Europa (Francia, Inglaterra, Rusia), por ejemplo. Siguiendo lo que marcó Schwentike, Parisot trata de estilizar su tour, pero no logra nada, ni un estilo remarcable ni mucho menos una historia emocionante.

Queda claro que siempre existirá un nuevo enemigo y una nueva misión para Frank y compañía. En el papel, se podría aceptar a la serie de RED como algo estructuralmente repetitivo (ambas cintas son idénticas). Pero si en esta segunda entrega no se añade nada, ni un solo personaje memorable, además de que los protagonistas y el repertorio de gags ya lucen cansados, ¿qué se puede esperar de una tercera parte? Muchos opinarán que más entretenimiento puro pero, francamente, RED 2 aburre.

Por Eric Ortiz (@ElMachoBionico)

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