Imaginen por un momento que en un día normal la suerte parece demostrarles que está de su lado. Sin preverlo, un viejo enemigo de su padre decide aparecer y cobrar venganza de una afrenta pasada, lo asesina y deshonra a su madre, ¿que hacen ustedes? Obligados por su progenitora salen a buscar quién se las pague, no sin antes elegir un símbolo para que la gente identifique que están buscando venganza –tener unas arracadas a la mano sería lo ideal–. Ahora sí, con su arracada en la oreja derecha, no se vayan a equivocar, están listos para salir hacia la aventura.

Contado así parece la secuela del libro Elige tu propia aventura: Regreso a la Atlántida o la nueva telenovela de Rosy Orozco, pero no. Se trata de una película mexicana protagonizada por Vicente Fernández y que lleva por título El Arracadas (1978), un híbrido entre el western y el erotismo rural.

Curiosamente la línea argumental de El Arracadas comparte algunos puntos con la galardona a Mejor Película Sin lugar para los debiles (2007), de los hermanos Coen. Ambas cintas son un estudio sobre la violencia que genera más violencia, siempre en aumento, creando una espiral en la cual no hay vencedores ni vencidos. Aunque hay que marcar algunas diferencias, no es lo mismo tener un reparto con Chente, Fernando Almada y Roberto Cañedo a tener a Javier Bardem, Josh Brolin y Tommy Lee Jones. Obvio con tener un Almada incluido en la marquesina tienes la victoria asegurada.

Vicente Fernández es Mariano Landeros, quien al salir a buscar vendetta per il padre termina apodado como “El Arracadas”, de ahí el título. En el camino se encuentra con Santos (Fernando Almada), un asesino cabrón –al menos eso dice él– y que también quiere asesinar al mismo hombre que busca Mariano. Santos fungirá de compinche, compadre, pistolero adjunto, padre sustituto, confesor y cualquier otra cosa que hagan dos hombres a caballo en medio de un hosco paraje –Ang Lee, ahí te hablan–.

Durante toda la película Santos tratará de disuadir a “El Arracadas” de vengarse, por que todavía no conoce lo que es matar a un hombre y su alma no se ha condenado. Ése será uno de los ejes temáticos de la cinta y en el cual el director se avienta como una hora de desarrollo. Así, Mariano conocerá el amor en una virginal pueblerina, la cual parece no tenerle miedo a pesar de las historias terribles que se cuentan de él –pasear con otro hombre, solo y por el desierto no deja buena fama–, pero el camino de nuestro héroe está marcado por una promesa de venganza y tiene que renunciar al verdadero amor.

La cinta, fiel a su premisa de violencia hace más violencia, convierte a su protagonista en un hombre vació y con un sólo objetivo en vida. Sin duda, la historia de El Arracadas está empapada por el tremendismo mexicano. De tal manera que el protagonista es convertido en villano y viceversa –una violación termina en encuentro amoroso, por ejemplo–. La cinta tiene algunos momentos cumbre: Chente cantando Cruz de olvido –pásenme el tequila–, y tomas dignas de la hora para mayores de edad de Golden Channel cuando el protagonista se pone a echar pasión, por lo injustificadas y gratuitas que resultan.

El Arracadas es un western que falla, no por lo mal que actue Vicente Fernández, sino por que parece no enfocarse en nada. Devuélvanle su arracada al niño, por favor.

Por Rafael Paz (@pazespa)

    Related Posts

    Macabro | ‘La Mujer Murciélago’ y la Permanencia Voluntaria
    Dos de lengua y una canción (de “Chente”) desesperada
    ‘Ladrones de tumbas’: El hacha en la cripta

    1 Response

    1. Pingback : El arracadas con Vicente Fernández | somoslapanoramica

    Leave a Reply