Oscar 2012: El juego de los demográficos

Íconos laureados: El Artista y La Dama de Hierro

Después del fiasco de la entrega pasada, en la que James Franco se vistió de Marilyn Monroe y dijo no ser una prostituta de Charlie Sheen, llegamos a la entrega con un clima de certeza en cuanto a los ganadores y el desarrollo del evento y la ceremonia. El ritual semi-religioso de la alfombra roja era llevado a cabo con las fastuosas alabanzas a diseñadores de vestidos y joyería que siempre se acostumbran, la gente tuiteando sobre los “bonitos vestidos”, mientras que el séquito de mentecatas de Joan Rivers hace y deshace iconos de la moda con escalofriante autoridad.

La agotante familiaridad

El tema de la ceremonia fue dedicado a la nostalgia de los grandes cines de antaño, aquellos palacios a los que Woody Allen dedicó una bella loa en Radio Days (1987). Era una entrega en la que se hacía hincapié en la emoción del primer filme, su público objetivo eran adultos mayores de 45 años, personas que difícilmente generan una audiencia televisiva sólida, a menos que tus anunciantes sean Viagra y Flanax.

Los Muppets presentan, Meryl gana y Billy conduce. ¿Es acaso 1985?

La ceremonia representó una vasta mejoría sobre el año pasado en cuestión de ritmo, producción y gags. Billy Crystal jugó de manera segura sacando viejos y ya conocidos recursos cómicos, empezando con su collage de video en el que se inserta en escenas de los filmes nominados, de entre los cuales fue particularmente cínica la inclusión de Justin Bieber (“Soy tu demógrafico 17 a 24”) junto a un Sammy Davis Jr. que llamó a Bieber “el próximo Sinatra”. Desde ese punto sabíamos que la entrega sería más versátil y dinámica que la del año pasado. Comenzaba el juego de los demográficos.

A continuación un recuento de los momentos más memorables (sean por buenos o malos) y quién pudo haberlos disfrutado más:

LO MEJOR:

*Hugo y The Artist, fácilmente superiores en la categoría de mejor película, se reparten el botín oscaril con 5 y 5. Quizá en algunas de las fiestas y bailes tradicionales post-Oscar, Hazanavicius y Scorsese también compartieron putas y coca.

Sólo hay un paso del Oscar a una prisión iraní

*A Separation de Farhadi se alza con el Oscar a mejor película extranjera y el director hace un llamado a la libertad artística en tiempos de represión y tensión política. Que parte del elenco de la cinta estuviera presente fue algo memorable. Los cinéfilos “exigentes” pueden dejar de joder un rato.

*El discurso de Octavia Spencer, mejor actriz de reparto por The Help. Genuino, sincero y conmovedor. Las amas de casa lloran al creer que Precious ganó otro Oscar.

Querido Ben: Junto a esta mujer, no existes.

*Emma Stone, la mejor presentadora de la noche, burlándose de los errores de presentadores novatos, aterrados por estar frente a la realeza hollywoodense. Stone hizo gala de timing impecable, hilaridad y frescura, despedazando los gags pasados de Ben Stiller (como cuando se disfrazo de Naavi hace dos años). Adolescentes que siguen chillando por Harry Potter, alaben a Stone.

*La pierna de Angelina Jolie. Hombres de 18 a 45 están expresando su alegría en sus pantalones.

Ese huesito ha de hacer buen caldo

*Melissa McCarthy abriendo sus piernas a Billy Crystal recordándonos uno de sus mejores momentos en Bridesmaids. Y hablando de ellas, su labor como presentadoras fue decente, quizá no tan atrevida como esperábamos, pero cumplidora. Fans de la comedia, regocíjense.

*Meryl Streep, después de 30 años y 14 derrotas consecutivas se embucha el Oscar a mejor actriz.

*Perdón, pero el juego de Billy Crystal de leerle la mente a los nominados, nunca me cansa.

LO PEOR:

La falta de méritos no impide asistir al Oscar

*Jennifer Lopez y Cameron Diaz como presentadoras. Dos monos con tutu hubieran hecho lo mismo y cobrado mucho menos.

*Robert Downey Jr. y su “documental”. Lo más triste fueron los silencios en los que se esperaban risas y solo había un lánguido silencio. El ego mata.

“Tómame del pene para arriba por favor”

*El desperdicio de Tina Fey como presentadora poniéndola junto al insípido Bradley Cooper.

*El tradicional medley de canciones de Billy Crystal sobre las nominadas y la gran mayoría de sus chistes después de cada corte. Hasta llegue a extrañar las flatulencias de Eddie Murphy.

*Tom Cruise presentando mejor película. Si querían a un homosexual chaparrito archifamoso para presentarlo le hubieran hablado a Elton John.

MENCIÓN HONORABLE:

“Híjole Ryan, las cenizas de dictador no se quitan”

Mucho se había comentado del veto al actor Sacha Baron Cohen dadas sus intenciones de disfrazarse como el personaje de su nueva película The Dictator. Afortunadamente no fue así y pudimos disfrutar el momento en el que el personaje de Baron Cohen le vació al presentador de E!, Ryan Seacrest, las cenizas de Kim Jong Il. Si esto no es justicia poética, realmente desconozco que lo sea.

La ceremonia siempre resulta un espectáculo, decadente o estupendo dependiendo de la perspectiva del que opina, lo cierto es que los Oscar nunca pierden su esencia casi anacrónica, como bien subrayó Billy Crystal: “no hay nada más reconfortante en un clima de recesión mundial, que gente rica entregándose entre sí, estatuillas doradas”.  El juego de los demográficos es ganado por el hombre viejo y blanco.

“Pérate que traes mugre en tu carita”

Por JJ Negrete

 

    Leave a Reply