‘Once Upon 6 times’ y el valor de la voz infantil

Il était 6 fois (2016) es un documental que sigue a un grupo de niños y niñas durante 6 años. Los infantes son estudiantes de una escuela básica, similar a la primaria, pero que tiene la particularidad de tener un método de enseñanza alternativa, basada en la autonomía, la creatividad y la cooperación.

Éste es el retrato de una madre, la directora, a su hijo: un niño que forma parte de una comunidad cambiante, donde se muestra la vida infantil de una manera tierna, pues no hay de otra, pero también crítica y, sobretodo, seria. Por más que la premisa pueda parecer poco fiable, no hay un encaramelamiento absurdo, hay una aprehensión real a la ternura infantil; pues la directora tiene un gran acierto: deja hablar a los niños. El crecimiento que vemos, resulta natural pues Simad sólo es la guía que le da cause a lo filmado, metiendo su mano, y voz, en los momentos en los que necesitamos guía, más no opinión.

Es cierto que la cinta toca un tema del primer mundo, y la catarsis social de los infantes deambula en dicho espacio, pero no debemos caer en la precariedad del rechazo a lo ajeno. Lo que muestra, al igual que lo que oculta, es un mundo al que también pertenecemos. Y estas personas, además de pequeñas, hablan sobre lo que somos y lo que permitimos. Ver otras formas de educación expone las carencias de un sistema como el nuestro país, donde sí, sólo algunas clases podrían permitírselo, pero donde también concebimos los niños y niñas de otra manera.

Cada uno de los personajes retratados se vuelven enternecedores pues son naturales, y la cámara afecta poco a la infancia, por momentos parece explotar. Y reitero que el acierto de la cinta es que no hay una explicación formativa a todo lo que vemos, como un documental común que busca educarnos, sino la exposición cercana a una etapa de la vida de la que poco sabemos, recordamos y respetamos.

Los niños y niñas son seres capaces de expresarse, de comunicar, enseñar y exponer, hace falta que se les deje ser. Esta cinta logra ser un grano de arena; el peso que balancea, o desbalancea, el equilibrio molesto que nos rodea.

Por Ali López (@al_lee1)