Nuestras películas favoritas del 2018

Se acaba el año y eso sólo significa que debemos mirar atrás, 365 días en el cine mirando una pantalla hasta perder la vista o recuperar el alma. Ofrecemos a continuación no un conteo de lo mejor, sino de aquello que más disfrutamos en el cine. Sin recato en la elección, ni ganas de poner a competencia gustos tan disímiles. Esperamos que el 2019 también esté lleno de buen cine.

Mission Impossible 6

Si hay algo que ha permitido que esta franquicia, que llega a su sexta entrega, mantenga un nivel de calidad tan alto, es la participación de Tom Cruise, uno de los últimos y genuinos astros del sistema de estudios, tanto en su papel protagónico como el de productor, lo que sin duda ha contribuido a que cineastas del peso de Brian De Palma, Brad Bird o John Woo hayan usado la fisicalidad de Cruise como un medio para impactar en incontables secuencias a lo largo de estos 22 años de misiones imposibles, más nunca fácilmente predecibles. Seguir leyendo.

Of Fathers And Sons

¿Cómo escapar del destino impuesto por nuestro nacimiento? El documental Talal Derki nos lleva al interior de un hogar en Siria, al seno de una familia que ha dedicado su vida a Al-Qaeda. El retrato de Derki es desolador por la manera en que muestra como el odio y el encono se arraigan en nuestras mentes cuando éstas no están preparadas para tales dogmas. No hay manera de escapar de la violencia, porque nos acompaña desde la cuna.

Pájaros de verano

En su estructura más básica, Pájaros de verano no se distancia demasiado de otros relatos sobre avaricia, violencia y narcotráfico que hemos visto en los últimos años. La diferencia recae en la manera cómo Gallego y Guerra construyen lo que hay alrededor de esa estructura, lejana a las producciones norteamericanas aunque mame de las mismas fuentes. No transformar a todos en anglo parlantes es una de sus grandes y sutiles virtudes. Seguir leyendo.

The Post

Interesado en pasajes históricos que resaltan los valores de los ciudadanos y marquen el curso de la nación estadounidense, como la dificultad legislativa en la abolición a la esclavitud en Lincoln (2012) o la complejidad de la negociación en Puente de los espías (Brige of Spies, 2015), Spielberg preserva una esencia didáctica que no únicamente da una cátedra de Historia, sino también la eleva a un interesante thriller que converge cuestionamientos del proceder político y el dilema natural del periodista entre la divulgación de la información o el bienestar ético. Seguir leyendo…

First Reformed

Radicalizando a través de una lectura política y contemporánea sus años de estudio del cineasta francés Robert Bresson, el cineasta estadounidense Paul Schrader crea en First Reformed una dura parábola de la forma en la que la Fe se ha convertido en una comodidad lista para ser consumida y la Iglesia, una vulgar atracción turística que acoge más selfies que plegarias. Estelarizada por un fenomenal Ethan Hawke, la nueva película de Schrader demuestra una audacia narrativa y una agudeza discursiva que es capaz de convertir a cualquier escéptico en un feroz creyente.

Lazzaro Felice

La película de Rohrwacher lleva una progresión en apariencia sencilla pero su ambiciosa construcción le permite ser leída a distintos niveles. Primero como una lírica condensación de la historia de la extraordinaria riqueza del cine italiano moderno, una manada sacra cuyo legado es ahora pastoreado por Rohrwacher, una joven de extraordinario talento que lleva su relato por los linderos antes caminados por los próceres cinematográficos italianos y revitalizados por la sublime fotografía en 16mm de Helene Louvart. La vitalidad de Fellini, la opulenta decadencia de Visconti, los mundos bucólicos de Olmi y los cementerios posmodernos de Antonioni son evocados en Lazzaro felice y comparten una aguda visión que poetiza lo político. Seguir leyendo.

Lucky

La última aparición de Harry Dean Stanton en pantalla es una reflexión sobre la edad y la manera en que decidimos enfrentar el inevitable paso del tiempo. Lucky será un vaquero viejo, acabado, enfermo y necio pero sus días se dan conforme a sus reglas. Ojalá cuando nos toque, tengamos la misma clase para hacerle frente al final.

La propuesta de Johann Lurf es una de las más sencillas del año. A lo largo de 99 minutos veremos estrellas, galaxias y el espacio. El director ha editado uno de los ejercicios estructuralistas más memorables del año, una recopilación de la manera en que el cine y sus cineastas han decidido mostrar el espacio exterior a lo largo de la existencia del cinematógrafo. Aunque el tiempo pase, nuestro embeleso por aquello que está más allá de la atmósfera se mantiene constante.

Roma

Sin pretender hacerlo, Cuarón crea un retrato problemático sobre las relaciones de clase en México, muy en la línea de Juego de mentiras (1967), de Archibaldo Burns. En Roma los objetos “vibran”, tienen una innegable alma y Cleo es, quizás, el objeto más vivo en este universo grisáceo, casi azulado. Una escena que me resulta particularmente significativa en ese sentido es cuando la familia está viendo Ensalada de Locos y Cleo se sienta en el piso, a un lado del sillón y el hijo más pequeño le acaricia la cabeza y la abraza, casi como una dócil y noble mascota. Ni Roma, ni Cuarón, son culpables del clasismo en México, más bien exhiben dicha problemática, aparentemente insuperable e inherente a la realidad nacional. Seguir leyendo.

The Sisters Brothers

Los hermanos protagonizan momentos humorísticos con base en sus personalidades opuestas; por un lado el salvaje y borracho vaquero Charlie y por otro el más mesurado Eli, de quien eventualmente sabemos que sólo se convirtió en bandido para poder cuidar de su hermano menor.Mientras que Eli aboga por retirarse de la vida violenta (no por nada su interés por la nueva sociedad se refleja en ese detalle cuando compra los productos sin precedentes para lavarse los dientes), Charlie representa el aferramiento al pasado y la interminable violencia y avaricia. A pesar de este choque, temas como la hermandad y la importancia del hogar están en la esencia de The Sisters Brothers. Seguir leyendo.

Isle of Dogs

En este mundo de Anderson, magistral, creativa y meticulosamente diseñado (y más ambicioso incluso que el de la genial El fantástico Sr. Zorro), los perros protagonistas actúan desde el inicio como una democracia donde se hace lo que dicta el voto mayoritario, y obviamente de forma mucho más humana que la tiranía de Kobayashi. Serán los supuestos seres racionales los que tendrán que redimirse –de la mano de héroes como Atari y la chica activista Tracy (Greta Gerwig)– para estar a la altura del “mejor amigo del hombre”. Seguir leyendo.

One Cut of the Dead

One Cut of the Dead podrá comenzar con un director que piensa demasiado su película de género, sin embargo termina poniendo los reflectores en los cineastas pragmáticos, los “obreros” fílmicos, quienes a pesar de tener que lidiar con presupuestos y tiempo limitado, actores con requerimientos especiales, e inimaginables infortunios, entregan un producto de entretenimiento cuya calidad puede cuestionarse pero nunca la integridad detrás. Así, One Cut of the Dead logra salirse por completo de las convenciones del subgénero de zombies –alejándose también de cualquier tipo de expectativa que tuvimos tras conocer su escenario inicial–, celebra el cine de guerrilla y se convierte en una de las películas más divertidas, sorpresivas y satisfactorias del año. Seguir leyendo.

Vivir y otras ficciones

Este alegato semi documental sobre un parapléjico que desea alcanzar la plenitud física, mental y sexual para su comunidad, fue una de las películas más atípicas que nos tocó ver este año, además de cuestionar, cómo pocas, el lugar que ocupamos dentro de la sociedad, además de lo poco que nos preocupamos por el otro. Todo con unos sabrosos flamencos de fondo.

Tiempo compartido

Tiempo compartido es una comedia de humor negro (en ocasiones negrísimo) donde, de manera contraria a Haley, el trabajo anterior de Sebastián Hoffman, las personas retratadas se descomponen de manera interna hasta caer por la fragilidad de su espíritu. El personaje de Luis Gerardo Méndez, un papá básico de clase media (agobiado por las deudas y la post-depresión de su esposa), es sometido a un viacrucis de inclemencias, desde la forzosa convivencia con su indeseable vecino con Crocs y esposa portadora de trenzas playeras, que incontables veces interfieren con su vida matrimonial (aun estás a tiempo de darle al “Ratón”, su hijo, alguien con quién jugar), hasta el instructor de tenis celoso del atractivo físico de su esposa. Sus pesares se manifiestan de manera física, como el de Haley, no obstante sin llegar a pudrirse en vida. Seguir leyendo.

El infiltrado del KKKlan

Tal y como su personaje central Stallworth, quien se define a sí mismo como un hombre que siempre quiso ser policía pero no por eso deja de estar consciente de la lucha afroamericana, El infiltrado del KKKlan es por igual un thriller policiaco cómico y entretenido que otro filme extremadamente pertinente de Spike Lee. Así como Do the Right Thing fue en 1989 una reacción a los tiempos del Apartheid y de la brutalidad policial en contra de los negros en Estados Unidos, El infiltrado del KKKlan es el primer largometraje de Lee desde que Donald Trumpse convirtió en el presidente de su país y, a pesar de ser una cinta de época, funge como una respuesta directa al ascenso del republicano. 

Spider-Man: Un nuevo universo

Con dosis abrumadoras de swag, la nueva película de la franquicia de Spider Man toma los elementos que hacen a la historia original tan cercana a la audiencia y los renderiza con un estilizado sentido de lo urbano y de la parafernalia del cómic y la caricatura, creando un artilugio pop tremendamente disfrutable que colisiona, como lo hicieron en su momento Quien engañó a Rogger Rabbit (1988), Mundo cool (1992) o el hito del videojuego de Smash Brothers, las fronteras del papel, el pixel y lo físico con la misma destreza que el hombre arácnido es capaz de columpiarse entre edificios. Un salto al vacío que termina en una sofisticada acrobacia. Seguir leyendo.

Nuestro tiempo

El fracaso, para Carlos Reygadas, es inherente a la experiencia humana, sobre todo cuando aquel que lo padece es quien se ha encargado de inducirlo. Es esta caída lo que nos fuerza como seres humanos a confrontarnos con nosotros mismos, descubrir la esencia misma de nuestra existencia. Es un punto que se refuerza en la narrativa suelta de Reygadas (donde Bergman, Bresson, Ceylan y otros se encuentran), donde el espectador encontrará espacio suficiente para confrontar sus propias ideas o naturaleza. Seguir leyendo.

Diamantino

Piensen en un cuento de Perrault o Christian Andersen hecho en Snapchat y el resultado será algo cercano a la comicidad naif que la dupla logra transmitir en la película, en la que desfilan rampantes tanto la decadencia de la sociedad europea como una jauría de colosalmente adorables perritos en nubes rosas. Logrando mantener el ritmo, aún con huecos y deficiencias importantes, la película funciona en gran medida gracias a la brillante actuación de Carloto Cotta (Tabú, 2012) quien toma ese sabio consejo de actuación de Tropic Thunder y no aplica el “full retard” y recuerda al Jack de Robin Williams si este tuviera intensas sesiones en el gimnasio.

Shoplifters

La última fase de la filmografía del cineasta nipón Hirokazu Koreeda se ha caracterizado por una aguda y sensible exploración sobre fragilidad, volatilidad y dureza de los vínculos familiares y los curiosos híbridos de vínculos que conocemos como familia. En Shoplifters, la sangre es lo menos importante para construir una familia y se sustituye con compasión y atención. Creciendo y ampliando muchos de los temas explorados en De tal padre, tal hijo (2013), la película encuentra al cineasta japonés en plena forma, si quizá un poco reiterativo en ideas que ya ha abordado en otros largometrajes. Seguir leyendo.

 Mandy

En Mandy, su segundo largometraje, Panos Cosmatos continúa con su ya característico estilo visual y, sobre todo, la primera parte del metraje evoca al ritmo de Beyond the Black Rainbow; sin embargo, una vez que su actor principal Nicolas Cage toma el mando de las acciones, Mandy es una expansión total de la ocasional violencia de aquella cinta de 2010, aunque siempre se mantiene apegada a temas similares, a ese carácter de ensueño y alucinógeno, y a la riqueza sonora (ahora con score del recientemente fallecido Jóhann Jóhannsson y, por ejemplo, un tema de King Crimson) y visual. Seguir leyendo.

Tumbbad

Una de las pocas muestras de cine Indio que llegaron a nuestro país este año es una fábula sobre la ambición y la manera en que esta nos consume por generaciones. La cinta de Rahi Anil Barve, Anand Gandhi y Adesh Prasad está llena de visuales impresionantes y misticismo, aunque lejos de fungir como mera atracción turística. El demonio de la avaricia habita en un corazón envenenado listo para traicionar a su portador.

Quién te cantará

El cineasta español Carlos Vermut cuenta con una filmografía que ha explorado, con oscura elegancia y mordaz humor, la forma en la que manifestaciones propias de la cultura pop reflejan ansiedades del individuo anónimo, a la vez ferviente consumidor y aguerrido destructor de la fantasía escapista que ofrecen los cómics, el anime y, en el caso de su nueva película, Quién te cantara, las divas y popstars. Seguir leyendo.

El hilo fantasma

Desde su pulcra fotografía, reminiscente del realismo pictórico británico de Meredith Frampton o David Jagger, el luminoso score de Johnny Greenwood (con sus perfumados ecos de Bernard Hermann o Miklos Rosza), hasta el exquisito trabajo en el diseño de vestuario a cargo de Mark Bridges, El hilo fantasma es un sofisticado e incisivo retrato de un narcisista que en cada vestido deja un pedazo de sí que le permita verse en cada mujer. Un espejo de hilo y tela.

La casa lobo

Al trasladarnos a la intimidad mental de su personaje principal, donde la pesadilla impera, Casa Lobo se transforma en una película de terror, aunque no en el sentido en que funciona algo como Pesadilla en la calle del infierno –por poner un ejemplo–. El terror surge al ver nuestros propios miedos reflejados en esas paredes que colapsan, en esos rostros que pierden color, en las imposibilidades de nuestra propia mente. El descenso a lo más oscuro de la conciencia es de un vértigo abrumador.

Lords of Chaos

Basada en el libro periodístico Lords of Chaos: The Bloody Rise of the Satanic Metal Underground y en un montón de “mentiras” como se lee al inicio, la película de Åkerlund tiene temas mórbidos, crueldad animal, quema de iglesias, misoginia, y ciertamente brutales secuencias de asesinatos, sin embargo, equivalente a lo que hizo Trainspotting, de Danny Boyle, con sus jóvenes drogadictos escoceses o Buenos muchachos, de Martin Scorsese, con sus criminales italoamericanos, Lords of Chaos tiene un ritmo increíblemente ágil, un protagonista/narrador inevitablemente carismático (Euronymous), y un maravilloso y negrísimo sentido del humor. Seguir leyendo.

El libro de las imágenes

Reminiscente, sin duda, de sus trabajos previos como Histoire(s) du Cinema (1989) y Notre Musique (2004), Godard en esta ocasión experimenta con el uso del sonido y los canales de audio de la forma con la que había experimentado con el fenómeno óptico del 3D en Adieu au language (2014). Inabarcable en su alcances ideológicos y fútil tratar de desentrañarla por completo, el trabajo de Godard se experimenta mejor como un fenómeno físico antes que intelectual, uno que demanda abrir todos los sentidos y asir desde nuestros esquemas, no los del cineasta.

Burning

Como si fuese un consumado literato, Lee Chang-dong construye un relato que por un lado es capaz de abordar la compleja situación de Corea sin hacer alusión directa a la política y cuyos personajes logran transmitir a través de gestos, expresiones e indumentaria un perfil sociológico y psicológico de insondable y dolorosa profundidad que abandonan el plano de “personaje” para volverse personas que viven una situación fuera de lo común, proeza del trío Ah In Yoo, Steven Yeun y Jong-seo Jong. Usando como fina pólvora una tensión construida con explosiva maestría, Lee Chang-dong sublima el texto de Murakami, con matices a la Highsmith (El talentoso Sr. Ripley), a un nivel de virtuosismo fílmico que como abrasiva flama, conforme avanza la trama se consume hasta alcanzar un bellísimo clímax al ritmo de la densidad de Summertime. Lo del cineasta coreano en Cannes fue un acto de absoluta piromanía fílmica. Seguir leyendo.

The Green Fog

A través de una colección de imágenes de películas y series de televisión que se desarrollan en la ciudad de San Francisco, Maddin y Johnson recrean, con ausencia casi total de diálogos, varias escenas de la película de Hitchcock, estableciendo un diálogo que va de lo deliberadamente atropellado a lo sublime y que expone la relación existente entre la película y el lugar en el que fue filmada, así como la forma en que el medio audiovisual construye dicho espacio.

Museo

Wilson, el narrador de Ruizpalacios, nos hace ver que el director y co-guionista ha optado por contar la que él considera una mejor versión del acontecimiento, incluso redimiendo un poco a su joven protagonista porque al final del día, Ruizpalacios, de forma relevante, pone el dedo en la llaga y parece decir que acciones como inhalar cocaína usando objetos mesoamericanos robados en el camerino de un congal acapulqueño es tan indecente como la manera en la que la historia –tanto del Museo Nacional de Antropología (incluido el famoso y condenado traslado del monolito que originalmente estaba en Coatlinchán)  como de la civilización en general– se ha ido construyendo y preservando.

Hereditary

El horror cala más profundo cuando trabaja desde la empatía y no la otredad. Sí, los demonios y el diablo son agentes externos, pero cuando el miedo al dolor es lo que los invoca, el resultado es en más de un sentido, más perturbador e inquietante. La atmósfera lograda por el debutante Ari Aster en Hereditary toma como base un drama familiar de enfermedad mental, rencor y dolor con ecos de Bergman anclados en una extraordinaria actuación de Toni Collette, que se topan con una fina demonología y la distorsión del blanco y la familia como símbolos de pureza. El legado del Diablo es el dolor.

Las niñas bien

Márquez Arbella realiza una radiografía de la nación en esa etapa tan turbulenta para hablarnos de nosotros mismos, de las pantallas que hemos creado como sociedad, de lo poco preparados que estamos para afrontar la realidad cuando lo que nos hace ser lo que somos desaparece y no tenemos una red a la cuál caer. Lo más sencillo hubiera sido que la cinta ridiculizara a sus protagonistas, un grupo de mujeres preocupadas sólo por aquello que el constante flujo de efectivo de sus respectivos maridos les provee (viajes a Europa, carros, ropa, sirvientes), a la Whit Stillman (Metropolitan, The Last Days of Disco). Sin embargo, el equipo detrás de la cinta ha encontró la manera de llenar la trama de empatía. ¿Quién soy si lo he perdido todo? Seguir leyendo.

Hasta los dientes

Documental con tintes de thriller sobre una de las tantas injusticias que se han cometido en nuestro país durante la Guerra contra el Narcotráfico. Alberto Arnaut ha creado un documento sobre el dolor y la necesidad de justicia, en un país que fabrica verdades oficiales a falta de soluciones.

The Commuter

Remitiendo al cine popular hecho por cineastas de la talla de De Toth, Hawks o Dassin, The Commuter es una película que esconde con agilidad su política y la disfraza de escapismo formalista gracias a la habilidad del catalán Jaume Collet Serra para usar espacio y personaje como vehículos de conceptos tan evidentes que resultan transparentes, ocultos en medio del vértigo de la acción y la velocidad de la trama misma. Un cine popular que en su trayecto al mero entretenimiento se detiene por momentos para hacer una crítica del sistema económico y una exploración de la moralidad humana.

The Other Side of the Wind

La última película de Welles se regodea en el fracaso y la traición de un hombre ante un sistema que cada vez lo entiende menos, una quijotesca e infinita búsqueda de “accidentes divinos”, molinos impulsados por un viento invisible cuya voluntad no obedece a la lógica. Quizá después de ver su ambiciosa obra culminada, Welles pueda pasar y ver que el viento mira siempre de la misma forma pero en todos lados y que no hay victoria más placentera que la conclusión de un fracaso.

Lean on Pete

Con una precoz tristeza crepuscular, el debutante Charlie Plummer se erige como el alma de la película entregando una actuación tan instintiva y genuina como la de Pete, el caballo, armando ambos una mancuerna que evoca las profundas conexiones que se pudieron sentir en Au hasard Balthazar (Bresson, 1965), Kes (Loach, 1969) o Wendy & Lucy (Reichardt, 2008). Incapaz de encontrar su lugar en un mundo de arraigado cinismo, Charlie pretende emprender un viaje de libertad y descubrimiento que se convertirá en una espiral descendente. Sin tremendismo, sentimentalismo ni artificios narrativos, Haigh logra crear una película que posee la misma majestuosidad natural y viril belleza de un caballo que no tiene manos, pero no las necesita para dar todo el apoyo que una pobre cría humana necesita. Seguir leyendo.