Mujer, dime pa’ dónde… La comedia trágica libanesa

Una procesión con mucho ritmo

La determinación femenina casi siempre es digna de admirar, su motivación las lleva a doblegar sus propios principios morales y religiosos en muchas ocasiones. Su complicidad, tenacidad y astucia contrasta con el colérico pragmatismo masculino. Siendo estos principios casi universales de la política de género, extrapólense estoas máximas a Líbano y la cultura árabe. Una cultura de arraigadísimos principios comportamentales y religiosos, un área de posturas radicales y casi siempre contrastantes (me sentí como Adela Micha), donde la mujer tiene un rol limitado, acartonado y bidimensional desde una óptica superficial, pero que en Et Maintenant on ou va? (¿Y a dónde vamos ahora?) reivindican la fortísima feminidad de la paz.

Almódovar y sus católicas en el Medio Oriente

La historia es sobre un grupo de mujeres (musulmanas y cristianas) en un pequeño poblado árabe, en el cual ha habido una pérdida masiva de hombres debido a los conflictos religiosos entre cristianos y musulmanes (una riña tan vieja como la del PRI contra México), por lo que, hartas de la situación, han decidido buscar por todos los medios evitar conflictos entre estos grupos religiosos, que han vivido en una muy frágil paz durante mucho tiempo.

El filme, ganador de los premios del respetable en Toronto y San Sebastián, inicia como fue vendida en los medios especializados, como un atípico musical bollywood más Islam, lo cierto es que las escenas musicales son pocas y hasta cierto punto innecesarias, ya que la sagacidad e inteligencia de ciertos puntos de la trama y el guión (que, por cierto, tardan algo en llegar) elevan el espíritu de la audiencia y levantan un filme que inicia con poca fuerza. El appeal popular que la cinta tiene, es atribuible a su manejo armónico de códigos religiosos antagónicos.

Donde la religión divide, el amor une

Mientras que varias de las mujeres nos recuerdan a aquella glamourosa parvada almodovariana de Volver (2006) visitando constantemente los cementerios poblados de falos perdidos (esposos e hijos), la frescura de su humor se une al encanto y discreto exotismo de la cultura musulmana, de paupérrima comicidad, reforzando esto con momentos de brutal intensidad y macabros juegos simbólicos (por mencionar algunos, el momento en que una madre apunta a su hijo con una escopeta y un bautizo donde el agua bendita es remplazada con sangre). Las mujeres son personajes increíblemente redondos, aunque algunas feministas puristas podrían quejarse de que la motivación de sus actos está atada a la falocracia bajo la que viven, pero afortunadamente para nosotros, las feministas casi no van al cine…les da miedo lo oscurito.

Por otro lado, los hombres de la cinta son retratados de manera justa, Nadine Labaki, la directora de la cinta, no toma el camino de la ridiculización masculina, los retrata tal como son: un montón de irritables salvajes de profunda fe, en constante sufrimiento sutil  que cuando quieren echarse un palillo se comportan como imbéciles. Y aun así, las mujeres de la cinta los aman por sobre todo, la complejidad de las relaciones humanas se desdobla ante nosotros, no sólo en el film, sino en la vida real, pero bueno, nadie es perfecto.

Nadine Labaki (Caramelo, 2007) entrega un filme con innegable encanto popular, que retrata una cultura ajena sin alienar a su audiencia, ¿Y a donde vamos ahora? representa una pieza cinematográfica de encanto innegable, fuerza dosificada y bien controlada, donde se encuentra la respuesta a la paz mundial: más droga y más prostitutas europeas, no diplomáticos ni la vacuidad retórica (cof cof ONU cof cof).

“Perfume de Gardenias” en gira por el Medio Oriente

Por JJ Negrete (@jjnegretec)

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