Salinui Chueok o Crónica de un asesino en serie (Memories of Murder) es la segunda película de Bong Joon-ho, director de Snowpiercer (2013) y de Okja (2017). El título en Hispanoamérica refiere sin ningún secreto al tema del audiovisual: el primer caso conocido de un asesino en serie en Corea. El tiempo del relato sucede en los años ochenta del siglo XX. Los protagonistas son dos detectives locales Park Doo-man y Cho Yong-koo. Sin lugar a dudas, los métodos de ambos detectives son primitivos y responden a una violencia estructural que permea con lujo de impunidad la vida de personas inocentes. Los periodistas vigilan cada acto de la policía local con el fin de comprobar la denuncia definitiva que acabe con el departamento de policía. Seo Tae-yoon, un detective de Seúl, suma su fuerza e intuición al par de detectives para resolver el caso de la muerte de una chica asesinada. La tríada de detectives intentará maniobrar los hechos con métodos que van de la intuición, la conjetura, la elucubración y hasta el ritual chamánico. Todo sin atisbo de éxito.
Hyang-sook aparece estrangulada en un campo de arroz donde varios niños juegan sin el menor conocimiento de los hechos pasados. Los sospechosos son muchos. Los crímenes aumentan con minuciosidad y precisión quirúrgica. Las historias urbanas están presentes.
“Puede que no sepa hacer muchas cosas, pero mis ojos pueden leer a las personas”, dice el detective local. Mientras, Seo Tae-yoon confía en los documentos y en las casualidades para elaborar hipótesis y seguir las huellas de sus conjeturas. Como puede reconocer el lector, la película está inscrita en el género policiaco. Un género sin sustancia, pero que contiene características específicas que pueden permanecer en el mapa de la interpretación.
El género policiaco tiene una vena fantástica innegable. En los estudios literarios cuando se habla de relato fantástico se entiende en dos sentidos: uno, ligado a una categoría abstracta y global que puede emparentarse con los términos de lo cómico, lo trágico o lo lírico. En un segundo sentido se refiere a un principio dominante y estructurador. El caso de Crónica de un asesino en serie estamos situados en el primer sentido. El relato audiovisual tiene elementos fantásticos que hacen vacilar al espectador más de una vez. Tanto en el relato policiaco como en el fantástico, se pueden localizar indicios, pistas o sorpresas que llevan al detective a elaborar posibilidades que no responden solo a las causas y a los efectos de los fenómenos, sino a la imaginación y al intelecto en el acto mismo de comprender el mundo de ficción. Para reconstruir el asesinato, no basta un método científico; quizá un poco de suerte ayude más a los detectives…
“Los documentos no mienten”, asegura el detective de Seúl. ¿Quién empezó a esparcir una historia? ¿Quién fue el primero que contó chistes sobre elefantes…? ¿Cómo se detienen los elementos fantásticos por un cúmulo de conjeturas razonables? El director confabula a través del audiovisual el motivo de casi todo relato fantástico o policiaco: la denuncia de los grados de ambigüedad que suponen confiar demasiado en los documentos o en aquello que está frente a los ojos…
Por Carlos Rgó (@Rgock)
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