Las actividades del Mórbido Film Fest 2021 iniciaron con tiburones voladores, nazis árticos, invasores del espacio y más de una referencia a un clásico del género. Les contamos:
- Sky Sharks | Dir. Marc Fehse
Hay películas cuya existencia parece validarse sólo por la cantidad de referencias o “puntadas” incluídas en sus imágenes. Como si los creadores se hubieran reunido con la misión de desarrollar la combinación más locochona posible, usando la menor cantidad de dinero para conseguirlo.
Es el camino que han seguido proyectos como la interminable franquicia de Sharknado (2013-2018), Kung Fury (2015) o cualquier producción de bajo presupuesto con animales en situaciones improbables que saturan los botaderos. Por su mero título, es sencillo imaginar de qué se trata Sky Sharks (2020), aunque el twist es que los tiburones son sólo la mitad de la ecuación.
La historia nos coloca en un mundo que se ve amenazado por el regreso del nazismo, y no gracias al alza en popularidad del fascismo en nuestra sociedad, sino porque unos científicos al servicio del Tercer Reich encontraron la manera de convertir a peligrosos tiburones en armas áreas, además de desarrollar una fórmula que permite revivir a los soldados caídos a su servicio. Ah, sí, los tiburones también cuentan con la capacidad de hacerse invisibles, poniendo al mundo entero en jaque.
La mezcla propuesta por el realizador Marc Fehse y los guionistas A.D. Morel y Carsten Fehse termina por ser una cruza entre Soldado universal (Universal Soldier, 1992), Iron Sky (2012), Dead Snow (2009) y la ya mencionada Sharknado, aquí el desparpajo crece de manera proporcional a los improbables giros de tuerca de la trama. ¿De qué otra forma podrían convivir un tanque tiburón aéreo y una subtrama que involucra nazis zombies escondidos en el ártico?
El éxito del cóctel depende de qué tan dispuestos estén de participar en su juego, porque exigirle otra cosa a la pantalla que no sea cotorreo sería un despropósito. ¿Es suficiente ver un nazi montando un tiburón mientras destroza un avión comercial? Tal vez sí… tal vez no.
- La pasajera | Dir. Raúl Cerezo & Fernando González Gómez
Es curioso que la segunda función del día trabaja con intenciones similares a la de Sky Sharks y sin embargo el resultado es eminentemente idiosincrático, además de muy divertido. El primer largometraje de Raúl Cerezo y el tercero de Fernando González Gómez (Zombie World 2) toma también el camino de la referencia, del guiño metanarrativo que busca homenajear a más de un clásico y establecer un diálogo con el espectador, no obstante este juego nunca absorbe la película, sí hay citas, pero están usadas para contar una historia de sabor muy español.
La trama es bastante sencilla: un grupo de personas –Blasco (Ramiro Blas), el conductor; Mariela (Cecilia Suárez), la mexicana; Lidia (Cristina Alcázar) y su hija adolescente, Marta (Paula Gallego)– viajan en una camioneta con rumbo a un pueblo en la provincia española, no se conocen pero una aplicación de viaje ha juntados sus destinos. En el trayecto, son testigos de un extraño choque a un costado de la carretera y lo que sea que viajaba en el vehículo estrellado tiene ahora la intención de perseguirlos.
Este rudimentario roadtrip le da la oportunidad a Cerezo y González no sólo de mostrar sus gustos cinematográficos sino de retratar el choque generacional entre Blasco y sus compañeras de viaje, quienes si bien no se definen como feministas radicales sí lo miran como si fuera un hombre de la edad de piedra, excéntrico, macho y dicharachero. Que Blasco termine por ser el personaje más entrañable se debe quizás a que todos tenemos una persona así en nuestras vidas, sucedía lo mismo en otra producción española reciente, Seis días corrientes (Sis dies corrents, 2021), una comedia minimalista –como The Office con plomeros– que usaba los prejuicios de su personaje y los de los espectadores para señalar cierto miedo innato entre generaciones a hablar con franqueza de sus preocupaciones.
Los directores suman a este trasfondo sus referencias. Ahí están esos ¿posesos? que recuerdan a las criaturas de El descenso (The Descent, 2005), esa cámara que captura el febril recorrido de los ¿entes? por el bosque a la manera de Posesión Infernal (The Evil Dead, 1981) –además del humor violento característico de Sam Raimi–, un par de guiños a Los usurpadores de cuerpos (Invasion of the Body Snatchers, 1978), y hasta una persecución que hace eco del ataque de los velociraptores en Parque Jurásico (Jurassic Park, 1993). ¿Es el pueblo condenado una reminiscencia de Les raisins de la mort (1978), de Jean Rollin?
Si La pasajera funciona y divierte es porque las referencias no se imponen, están ahí sin asfixiar a la historia. Reconocerlas enriquece este sangriento road trip, pero el resultado no depende de ello porque el trabajo de Cerezo y González utiliza de manera bastante inteligente su ambiente y detalles muy particulares de España. Desde el pasodoble que sirve de leitmotiv musical a la película, hasta las “aventuras” de torero contadas por Blasco. Más de un cineasta ha terminado con una cornada intentando realizar una faena similar.
Por Rafael Paz (@pazespa)
