‘Monsters University’: La venganza de los monstruos nerds

Monsters, Inc. (Peter Docter, 2001) fue la última película de Pixar que viví siendo niño, disfrutándola en el cine aún acompañado de mi madre y eventualmente pidiendo los juguetes de los personajes para Navidad. Me parece apropiado iniciar este texto con un cierto toque de nostalgia porque Monsters University (Dan Scanlon, 2013) llega no 3 o 5 años después sino 12 , cuando recién terminé la universidad, y es un viaje al propio pasado de Mike, Sullivan, Randall Boggs e incluso de otros personajes menores (pero memorables) como la señora Roz o El Abominable Hombre de las Nieves (¡!).

Monsters University abre con una secuencia que inmediatamente nos recuerda lo mejor de Pixar, razón por la cual sus películas conectan con todo tipo de público. Es emocional, en el buen sentido de la palabra, y gracioso, tratando con un tema bastante humano mediante un pequeño monstruo con brackets y sin amigos (el tierno Mike) que descubre lo que quiere ser de grande. Y es así como parte esta precuela, con la noción de un infante que espera con ansias llegar a ser eso que siempre deseó. Obviamente, y como se puede ver en los avances, Mike quiere ser un espantador profesional – el camino indica que tendrá que estudiar en la Monsters University para después trabajar en Monsters Inc.–.

Es fácil imaginar que las cosas no serán fáciles para Mike, por lo que toma el rol del underdog, del estudiante impopular que ve de lejos a los universitarios que portan sus chamarras clásicas de futbol americano y atraen a todas las monstruas. Monsters University es ciertamente Pixar incursionando en el campo de las películas colegiales americanas, donde aparecen las fiestas y las famosas (al menos en Estados Unidos) fraternidades.

En pocas palabras, muestra toda la imagen que tenemos de una universidad estadounidense, lo único que cambia es que los alumnos son monstruos y los maestros enseñan desde aprender a asustar hasta construir las puertas que conectan con el mundo humano. Si bien es bastante atractivo todo esto, la cinta se olvida rápido de detalles curiosos para concentrarse en la trama universitaria central: la clásica batalla entre los nerds contra los populares, que tiene como clímax las (también clásicas) olimpiadas con las fraternidades compitiendo en diversos juegos por el orgullo universitario. Es básicamente Revenge of the Nerds (Jeff Kanew, 1984) con monstruos y sin sexo.

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No creo que sea carencia de imaginación, es simplemente que Pixar quiso recrear el espíritu colegial, aunque tampoco esto significa que el resultado es brillante. Queda lejos de serlo y francamente esta parte de la cinta se siente por momentos como un divertimento más. Para este punto ya ha sido introducido el Sullivan joven y también Randall Boggs –fue muy bien ideado lo que se vería con estos importantes personajes y en este sentido no hay nada que reprocharle a los escritores, si acaso algunos gags olvidables–. Los nuevos personajes tampoco quedan a deber, aunque los ponen en situaciones convencionales, los principales son un grupo de inadaptados de la fraternidad a la que Mike y Sullivan se unen, son los típicos que a primero impresión no ayudarán en nada para ganar las olimpiadas. Ellos provocan algunas risas, aunque nada como el cameo de Waternoose, el antagonista secundario en la original.

En Monsters University Mike se siente siempre como el protagonista, pero sin duda uno de los aspectos claves de esta precuela era crear una buena historia sobre cómo se conoció a Sulley y cómo se hicieron grandes amigos. Como ya dije, la cinta no es perfecta pero al menos, el desarrollo de la relación entre los protagonistas de Monsters, Inc. funciona bastante bien, aunque no es tan significativo como otros momentos de Pixar (todos aquellos entre Sulley y Boo por ejemplo).

Otro aspecto interesante, y un tanto sorpresivo, es el acercamiento hasta cierto punto realista que se le da al tema de la educación universitaria. Por un lado tenemos a Mike, el alumno que no nació para asustar pero que pone gran dedicación y lee todas las teorías de los libros. Por el otro, a Sully, el asustador nato que prefiere ir a fiestas y relacionarse que estudiar. Ahí están muy bien representados dos tipos diferentes de estudiantes, pero lo que me llamó más la atención es que Monsters University terminando dando el mismo mensaje que se escucha cuando estás por terminar una carrera: tendrás que empezar “desde abajo” en el campo laboral e ir escalando poco a poco.

Pixar sabe muy bien cómo crear algo destacado a partir de situaciones que ya todos conocemos, y en esta ocasión sí logra construir emotividad y diversión, pero también algunas cuestiones quedan sólo en eso, lejos de ser algo especial. La historia de cómo surgió el mejor equipo de asustadores, ése que cambió las cosas para siempre en el mundo de los monstruos, no se instala instantáneamente como una de las mejores películas del año (ni de lo mejor que ha hecho Pixar, en donde sí incluyo a Monsters, Inc.), pero sin duda alguna dejará satisfecha a la gran mayoría.

Por Eric Ortiz (@ElMachoBionico)

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