‘Mientras somos jóvenes’: Entre “chavorrucos” y millenials

Envejecer representa no sólo adquirir arrugas. La transición del negro al blanco del cabello o notar que el cuerpo progresivamente cambia de apariencia no tiene la misma resistencia que en la cumbre de la juventud. Es también un proceso de adaptación al tiempo, al atestiguamiento continuo de personas más jóvenes con nuevos puntos de vista sobre el mundo y las costumbres, así como de su necesaria irrupción para la innovación de ideas.

Partiendo del extracto de El maestro constructor, del escritor noruego Henrik Ibsen, el realizador Noah Baumbauch aborda dicho precepto de la vida en Mientras somos jóvenes (While We’re Young, 2014). Josh (Ben Stiller) y Cornelia (Naomi Watts) es un matrimonio de mediana edad que tras conocer a Jamie (Adam Driver) y Darby (Amanda Seyfried), una joven pareja liberal, resurge en ellos la espontaneidad, la búsqueda de nuevas experiencias y de reencontrar la chispa de la juventud que alguna vez tuvieron.

Familiarizado con la dinámica familiar entre adolescentes y adultos en la ingeniosa Historias de familia (The Squid and the Whale, 2005), el dilema de la adultez en Greenberg (2010) y el dinamismo de la juventud y sus ambiciones en la notable Frances Ha (2012), Baumbauch ofrece su tradicional humor intelectual y lo vierte a través de sus personajes, especialmente Josh y la propia Cornelia, agotados por los propios años que llevan encima, aunado a las decepciones al intentar formar una familia.

Conviviendo con las contrapartes que rondan los veintitantos, intentan rescatar un entusiasmo existencial perdido por la monotonía, además de entreverse también el cuestionamiento social a través de sus contemporáneos que juzgan su apariencia y nuevos gustos modernos, denigrándolos un poco por aparentar algo que jamás podrán volver a rescatar.

Así, es inevitable la colisión entre dos generaciones distintas entre sí. La perteneciente a la X (Josh), la cual está más intrigada por la manipulación del sistema político y la perpetuidad en la ética, mientras que la millenial (Jamie) prefiere la independencia creativa, con una ambición por destacar más personal que coral para conseguir sus propios fines. Ambos quieren ser uno como el otro, séase en edad o prestigio, y la profesión que comparten (la de documentalista) es parte de la misma exhibición de dichas ideas. Impera también un agudo retrato del interés de la industria por ofrecer entretenimiento en vez de uno mucho más introspectivo a causa de la demanda actual de la audiencia.

Baumbauch, si bien es fiel a la simpatía en su historia, a la esencia un tanto satírica hacia la cultura hípster, la maternidad y a la perspicacia en su crítica hacia la dependencia que se cuenta con la tecnología y las redes sociales, relega a sus personajes femeninos, desviándose también un poco del tono al intentar ofrecer un juego en descifrar un descubrimiento que termina resultando en algo fácil de prever.

Ingeniosa, honesta y con un humor que oscila en el intelectualismo y la sátira, Mientras somos jóvenes es una cinta accesible y con personajes fáciles de empatizar en la que la transición hacia nuevas ideas y decisiones personales depende no únicamente de la propia persona, sino también del entorno con el que se está en frecuente contacto.

Por Mariana Fernández (@mariana_ferfab)

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