‘Líbranos del mal’: Los mismos demonios

El cine de exorcismos tiene una gran maldición: El Exorcista (The Exorcist, William Friedkin, 1973). Como film Alfa, es prácticamente imposible no comparar; es la vara con que se mide todo lo relacionado con los personajes posesos. Scott Derrickson lo sabe, es un experto en el tema. Líbranos del mal (Deliver Us from Evil, 2014) es su cuarto film dedicado al tema demoniaco, quinto largometraje en general, por eso decide iniciar esta cinta con un homenaje/referencia a El Exorcista. Todo comienza en Irak, durante la ocupación militar norteamericana. Un grupo de combatientes encuentra lo que no debió ser encontrado, y son causantes y medio para la liberación del mal. El diablo ha llegado.

El salto es cuántico: de Medio Oriente llegamos a la eterna New York convulsionada. Ralph Sarchie (Eric Bana), un policía encubierto con cierto don para captar el mal, va siendo poco a poco envuelto en una serie de crímenes, asesinatos y situaciones sin aparente causa. Pero el Padre Mendoza (Édgar Ramírez) le hará ver que no es así. Lo que viven es una eterna lucha del bien contra el mal. La disputa humana por la fe: ¿hay algo en qué creer?, ¿hay algo por qué creer?

Lo he mencionado, El Exorcista es la vara con que se mide este subgénero del terror, y eso es bastante injusto; hace que se menosprecien ciertas cintas más de lo debido. Líbranos del mal, comparado con el film del 73, no es nada, apenas una cinta hollywoodense que está llena de efectos, música y actores y actrices atractivos, pero si sacamos la cinta de ese primer examen, puede resultar algo interesante. Más allá de que el personaje principal esté  basado en una persona real  (un policía de la NYPD que, además de su trabajo formal, se dedicaba a buscar casos de posesión demoniaca), la personalidad y psicología de cada uno de los personajes tiene una cadencia precisa. Y los actores no desmerecen eso, le dan el ritmo y tono perfecto a sus actuaciones. La identificación es universal y plena; no se cae en el melodrama sentimental ni en lo fársico que de repente resulta el terror. Siempre he dicho que la comedia es parte importante del horror, pues ayuda a distender todo lo tensado durante los momentos duros;, pero si no se maneja de la mejor manera, se acaba obteniendo un  resultado poco honroso. Aquí se logran ciertos momentos: la geometría de situaciones y personajes nos dan tanto momentos tensos como agradables, pero lamentablemente también hay momentos de humor involuntario, que son culpa de ese abuso de efectos especiales.

Como mencioné, Scott Derrickson, ha dirigido ya varias cintas con el tema del diablo adentro, la más importante de ellas tal vez sea El exorcismo de Emily Rose (The Exorcism of Emily Rose, 2005), basada, también, en una historia real. Y aun en su largometraje que no encuadra en el tema, el remake de El día que la Tierra se detuvo (The Day the Eart Stood Still, 2008), logra insertar un poco de Dios y del Diablo con plagas y temas apocalípticos. Es un director que maneja el tema, que conoce los cánones, los clichés y los trucos para hacernos creer. Lo logra. La historia peca de huecos, de pocos motivos para que el mal quiera perseguir al superdotado policía, pero la película fluye, se mueve en vaivenes y no permite al espectador preguntarse tanto. Tampoco es una cinta profunda que analice los cómos y porqués de la fe y la condición humana. Es más, tampoco ahonda demasiado en el bien y el mal. Trata más de los pecados del pasado, de lo oculto de nuestras historias, y esos demonios que nos persiguen por las noches, y, claro, hay que exorcizarlos.

Un film palomero, sí. Un film para pasar el rato, sí. Los que esperen grandes sustos, tendrán algunos. Los que esperen divertirse, seguro lo harán. Pero aquellos que sigan deseando ver un nuevo Exorcista o aquel film que le dé un giro de 180, no obtendrán nada que los satisfaga. Sí, al parecer sí recomendaría Líbranos del mal, por poca fe que tenga, pero más vale ver lo que acontece hoy día, que seguir abrazando a esos diablos del pasado, que jamás te sueltan.

Por Ali López (@al_lee1)