Hace unos años, la conocida marca de figuras miniatura y bloques a la que todos conocemos con el nombre de Lego presentó su primer largometraje animado en salas de cine, el cual resultó en un rotundo éxito a nivel mundial gracias a que se combinó una historia entretenida y bien pensada con personajes sumamente simpáticos, una animación bien cuidada en cada uno de sus detalles, bromas realmente divertidas y hasta un tema musical contagioso con el que varios se pusieron a cantar en repetidas ocasiones. Tras esos buenos resultados se confirmó que el universo legolizado se extendería con más títulos y ahora estamos ante la llegada del tercero de ellos.
Es probable que muchos ya conozcan Lego Ninjago, se trata de una de las licencias más populares de la marca de juguetes, y los que no sepan de qué estoy hablando deben saber que tiene como protagonistas a un grupo de ninjas que deben enfrentar diversas amenazas bajo la guía de su maestro. Aunque estos personajes han tenido algunas aventuras en televisión, llegó el momento de verlos en la pantalla grande.
Lego Ninjago (The Lego Ninjago Movie, 2017) nos transporta a una ciudad que todos los días es atacada por un temible villano llamado Garmadon, quien siempre es detenido por seis ninjas que en realidad son adolescentes supuestamente normales y entre los cuales se encuentra su propio hijo, del cual nunca se ha hecho cargo y quien está muy resentido contra su padre por su ausencia. La rutina cambia con la llegada de una amenaza que es desatada por accidente y que debe ser controlada antes de que acabe con todo lo que encuentre a su paso.
Para empezar, la película mantiene ese mismo sentido del humor absurdo que ha caracterizado a las dos anteriores y respeta la fórmula de presentar situaciones ridículas que ponen a reír a cualquiera con personajes que deben resolver ciertos conflictos personales, los cuales vienen acompañados de la obligada moraleja con la que cuentan todos los filmes dirigidos al público infantil.
Es justo decir que Lego Ninjago cumple con su función principal que es la de entretener, pero se queda corta en lo que respecta a su animación, pues ésta no resulta tan espectacular como la vista anteriormente y se extrañan los escenarios construidos completamente con bloques de Lego. Otro aspecto en el que la historia cojea un poco tiene que ver directamente con sus personajes, los cuales son más planos y realmente no logran aportar algo extra, ni quedarse grabados en la memoria del espectador.
Al final, Lego Ninjago es una cinta que los cinéfilos más jóvenes y los que no son tan exigentes podrán disfrutar, se reirán y pasarán un buen rato, pero eso será todo, no es una historia por la cual se estará esperando una secuela.
Por Jonathan Sánchez (@JonathanEslui)
