‘Ladrona de libros’: La inocente mirada a la guerra

Tras el abandono de su padre y la muerte de su hermano, Liesel es adoptada por Hans y Rosa, un matrimonio en la Alemania nazi. Liesel poco a poco se encariña con Hans, quien la enseña a leer, y la vuelve una fanática de la lectura, a pesar de la dificultad de conseguir obras literarias gracias a las quemas de libros por parte de los nazis.

Hans, por pagar una deuda pendiente, esconde en su sótano a Max, un joven judío perseguido por las fuerzas nazis. Liesel y Max se dan cuenta que comparten una gran pasión por la lectura y entre ellos florece una gran amistad a pesar de las circunstancias en las que se encuentran.

Liesel, al no ver otro modo de conseguir libros, se mete a escondidas a la casa del alcalde y los toma prestados de su biblioteca privada para llevarlos a su casa y poder escapar con Max de los bombardeos, la soledad y demás horrores de la guerra por medio de la literatura.

Ladrona de libros (The Book Thief, 2013) es una película más de la Segunda Guerra Mundial vista desde la perspectiva de los niños, pero a pesar de ser algo que ya se ha visto (y que además el recurso infantil es utilizado normalmente para pegarle al espectador por el lado sentimental) alcanza un muy buen equilibrio a la hora de ser contada; la historia no llega a mostrar la crudeza característica de películas de la Segunda Guerra ni tampoco se va por el lado fácil de caer en lo cursi.

Sophie Nélisse hace un gran trabajo actoral a pesar de ser apenas la tercer película en su corta carrera que seguramente irá en un rápido ascenso. A pesar de su novatez y de compartir cuadro con el veterano Geoffrey Rush y la enorme Emily Watson, ambos con un trabajo extraordinario, la chavilla no se arruga y está a la altura que requiere un protagónico como el suyo.

Tal vez algo que no les funcionó o que siento que no supieron aprovechar era el elemento de utilizar a la muerte como el narrador omnisciente. Se supone que la muerte cuenta cómo veía a la humanidad en ese periodo de guerra en el cual tuvo demasiado trabajo, pero en la película no le dan el peso que pudieron haberle dado, más bien es, como dije, un punto de vista infantil y la muerte lamentablemente quedó con cierta irrelevancia.

La película en verdad es muy buena, no solamente retrata y critica todo lo sucedido en la Segunda Guerra, las quemas de libros, las persecuciones de judíos, la miseria humana, las miles de muertes de inocentes, etc. si no que también invita a reflexionar, a pensar en por qué se hicieron ese tipo de cosas y en cómo debemos evitarlo a toda costa que se repita, por medio de la amistad, del amor, de dejar que la inocencia que alguna vez tuvimos en nuestra infancia se apodere de nosotros y nos deje volar la imaginación en la lectura, en el arte. Una película muy recomendable.

Por Luis Arredondo

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