El lobby del Centro Cultural Universitario (CCU) Tlatelolco comienza a llenarse. Por la puerta principal ingresan los niños y sus acompañantes adultos. Algunos padres se acomodan en los sillones para reiniciar el tejido, leer un libro o simplemente para esperar. Una pequeña le da un beso a su mamá y se despide. “Nos vemos al rato”, dice la niña mientras se aleja hacia la sala de cine.
La pequeña es parte del cineclub para niños llamado La Linterna Mágica que se organiza en las instalaciones del CCU Tlatelolco con la coordinación de Circo 2.12, Buró de Desarrollo Cultural. Un sábado de cada mes, los niños miembros del cineclub asisten a una proyección cinematográfica pensada para mostrar la historia del cine y las herramientas que lo hacen posible. Se trata de un proyecto internacional que conjuga el arte cinematográfico y el aprendizaje desde una perspectiva muy divertida.
Los niños ingresan la función de cine con independencia de sus padres, quienes despiden a sus hijos en la puerta de la sala, donde se encuentran otros pequeños que discuten emocionados la función que está apunto de comenzar. Algunos niños forman grupos y hojean conjuntamente la revista que unos días antes les llegó a su casa.
Foto: Circo 2.12
La idea de que los niños ingresen a la sala sin sus padres y puedan disfrutar de la película únicamente en compañía de otros infantes es una forma de crear en los menores identidad y pertenecía al cineclub. Además, días antes de la función, los niños reciben en sus domicilios y a su nombre una revista de La Linterna Mágica en la que descubrirán cuál es la película que se proyectará en la siguiente función.
Arvin Avilés, director general de Circo 2.12, comenta que “se trata de un club de cine en el que los niños se hacen socios, tienen una credencial que los hace miembros, y forman parte de una sociedad como se hace en la Film Society o como muchas en el mundo, lo que les da un sentido de pertenencia”.
Los niños se acomodan en las largas butacas de la sala. Se trata de pequeños entre 6 y 12 años de edad que esperan impacientes en sus asientos. Antes de la proyección, La Sabia, un personaje caracterizado por la actriz Romina Cocho, hace una introducción a la película que van a ver.
La Sabia comienza a interactuar con los niños en la sala. Cada pregunta genera un ejército de pequeñas manos que se agitan impacientes para contestar las preguntas. Unos momentos después El Ingenuo, interpretado por Edgard Quevedo, entra a la sala y participa en la dinámica.
Foto: Circo 2.12
El cineclub infantil La Linterna Mágica inició en Suiza hace 20 años. Surgió como un sección de cine infantil parte del Festival Internacional de Cine de Locarno en ese país. Comenzó como una muestra de cine, pero después se transformó en un club de cine para niños orientado a formar audiencias jóvenes a través de la enseñanza del cine desde una perspectiva divertida.
Cada función cuenta con la participación previa de La Sabia y El Ingenuo, personajes que introducen a los niños a la película que se proyectará y a las herramientas que son parte de ésta. Además, en cada función aparece un personaje nuevo que participa en la introducción de filme.
La Era de Hielo se proyectó esa mañana. Los niños contestaban las preguntas de La Sabia y El Ingenuo cuando un hombre de las cavernas llamado Cromañón ingresó a la sala. Los tres personajes explicaban a los pequeños el significado de los anacronismos en el cine mientras bailaban al ritmo del mambo.
Foto: Circo 2.12
En la edición 2013 del cineclub para niños La Linterna Mágica en México se han proyectado filmes como Los extraordinarios inventos de Charles R. Bowers, una película estadounidense de técnica cinematográfica 
imagen por imagen de 1926; Pippi en la isla de Taka-Tuka, una joya de cine sueco sobre la pecosa y trenzuda niña pelirroja invento de la escritora Astrid Lindgren y La Era de Hielo, una animación de 2002 que habla sobre la migración de animales en la era glaciar.
“Las películas que se proyectan son parte de los contenidos internacionales de La Linterna Mágica, pero son temas muy variados. Pueden ser temas acerca de cómo son las películas, de los personajes claves de la historia del cine -como Chaplin, Buster Keaton, Steven Spielberg- y una gran parte es acerca de las técnicas, como el desarrollo del cine sonoro o la transición del cine en blanco y negro al cine de color”, explica Arvin Avilés.
El lobby se llena de padres de familia. Cuando los pequeños entran al cineclub a los acompañantes adultos se les coloca un sello en la mano derecha, que les permite ingresar a todas las exposiciones del CCU Tlatelolco mientras esperan a sus niños.
Héctor Pérez, padre de un pequeño de 10 años, dice que “le gusta mucho que su hijo se divierta y salga emocionado de las funciones y que llegue a la casa a comentarme de que se trató”. Su hermana también lleva a su hijo a La Linterna Mágica. Juntos, los hermanos Pérez esperan la salida de sus hijos en el lobby mientras aprovechan para tomarse un café y platicar de asuntos familiares.
Antes de que las luces se apaguen los niños repiten las reglas del cineclub que permiten y fomentan el respeto a los otros niños y a la dinámica del cine: no molestar a nuestros compañeros durante la función, no subir los pies a los asientos y no comer ni beber en la sala, corean las vocecitas al unísono.
Las luces se apagan y la función inicia. Es sorprenderte presenciar alrededor de 300 niños atentos a la película. En algunas escenas los pequeños ríen y gritan de la emoción, pero no se levantan de sus asientos o se distraen.
Cuando el filme termina, la sala se ilumina y los niños comienzan a salir de forma ordenada de la sala al lobby, en donde sus padres los esperan. Los pequeños salen emocionados a contar la experiencia del cineclub a sus acompañantes adultos, quienes escuchan con atención.
Por Alejandra Arteaga (@adelesnails)
