‘Hansel y Gretel: Cazadores de brujas’: Abuelito, no mames, ya cuentame otro cuento…

Recuerdo que de niño me leyeron un cuento que iba más o menos así: “Al lado de un bosque muy grande vivía un leñador muy pobre con su mujer y sus dos hijos. El niño se llamaba Juanito y la niña Margarita —les pido una disculpa, pero mi edición es española*—.”

Recapitulemos, los chamacos se llamaban originalmente Hansel y Gretel y sus padres eran tan pobres que no tenían comida para ellos, ante eso, deciden llevarlos a lo profundo del bosque y abandonarlos. Los niños vagaron entre los árboles hasta encontrar una casa de caramelo, acto seguido fueron capturados por una bruja y atormentados pensando que terminarían siendo aperitivo. Al final eliminan a la horrible hechicera y regresan con sus progenitores para ser felices por siempre.

Pero, ¿de verdad fueron felices para siempre? ¿Así sin más, perdonaron a sus jefes? ¿Qué pasó después? Ésa y muchas cuestiones más, son reimaginadas y respondidas en Hansel y Gretel: Cazadores de brujas (Hansel & Gretel: Witch Hunters, 2012), cinta que originalmente se iba a estrenar hace seis meses, pero por razones meramente comerciales se retrasó —¿por qué habrá sido?—.

Después del incidente en la casa de caramelo, los hermanos iniciaron una exitosa carrera en el negocio de erradicar malvadas brujas. Por cuestiones laborales van a parar a Augsburg, un pequeño pueblo olvidado por Dios en el que han estado desapareciendo niños. Hansel (Jeremy Renner) y Gretel (Gemma Arterton) descubren que una gran bruja (Famke Janssen) está robando a los infantes para crear una pócima que la haga invencible en la noche de la Luna Sangrienta —¿es ésa la peor referencia a la menstruación que veremos este año?—. Es deber de los hermanos fantásticos acabar con los planes de esa vil arpía.

Este cuento de hadas para adultos es dirigido por el noruego Tommy Wirkola —también se encargó del libreto junto a Dante Harper—, autor de esa curiosidad nazi/zombie/gore llamada Dead Snow (2009) en la que unos esquiadores eran atacados por una horda de muertos vivientes con esvásticas en los uniformes.

La poca imaginación con que se reinventa y presenta el clásico relato de los hermanos Grimm es lo que provoca su falta de identidad, ¿es una película de aventuras?, ¿están haciendo camp de alto presupuesto?, ¿es para adultos o para adolescentes?, ¿querían hacer gore? ¿Ron Perlman no quiso ser el troll?, ¿el troll se llama Edward en honor al monstruoso Eddy Cullen?, ¿algún productor tenía la necesidad de reconectarse con su niñez?, ¿nos aburrieron los clásicos y necesitamos un poco de violencia sin sentido para percatarnos de que no estamos muertos por dentro?

Wirkola es un hombre que ama la sangre y el cine de género, de eso no hay duda, pero su estilo es más bien plano y predecible, lo que opera en contra de la película, termina luciendo a ratos igual de ridícula que el Van Helsing (2004) de Stephen Sommers o La liga extraordinaria (The League of Extraordinary Gentlemen, 2003) de Stephen Norrington.

Comparemos con otra cinta de corte serie b con alto presupuesto como Marcianos al ataque (Mars Attacks!, 1996) de Tim Burton, un trabajo con cantidades equiparables de sangre pero con un humor negro rebosante y bien ejecutado —ah, Burton en sus mejores años—, justo lo que brilla por su ausencia en Hansel y Gretel: Cazadores de brujas.

El adusto gesto de Jeremy Renner a lo largo de todo el largometraje me hace esbozar un par de hipótesis: uno, sabía que esto no acabaría bien y no rescindió el contrato porque su casa necesitaba otro baño, enojo que provocó que anduviera estreñido todo el rodaje; o, dos, en verdad está intentando actuar como un fanfarrón e insolente cazador de brujas. Es probable que nunca sepamos la respuesta. El resto del reparto plantea una duda similar, todos parecen estar a la espera de que su cheque no rebote o, como Famke Janssen, escondidos bajo capas de maquillaje y efectos especiales.

Esperemos que esta moda hollywoodense de poner a personajes reconocidos a “cazar ________ (inserte su criatura fantástica favorita)” no dure mucho tiempo. Aunque el final de Hansel y Gretel: Cazadores de brujas promete que nuestros protagonistas volverán por más, un fin de semana de estreno con casi 20 mdd recaudados en EU —en México juntaron la bicoca de 46 mdp— hace pensar que cumplirán su promesa, después de todo la producción tuvo un costo cercano a los 60 mdd.

Hierba mala nunca muere…

Por Rafael Paz (@pazespa)

*Grimm, Jacob; Grimm, Wilhelm. Cuentos de los Hermanos Grimm. Traducción de María Campuzano. Barcelona: Editorial Noguer para Círculo de Lectores, 1977.