Hambrienta inmadurez: el fenómeno “young adult”

El hambre como un fenómeno de masas

Se reconoce en el mundo del marketing que los jóvenes de entre 15 y 30 años son un mercado que representa un potencial de ganancias ridículamente obsceno. Se ha comprobado con creces y de manera repetida aquel viejo credo mercantil de que las mujeres jóvenes consumen lo que sea. Para conocer ese demográfico a la perfección es necesario entender cada incipiente necesidad, la satisfacción de fantasías juveniles y el preciado factor de entretenimiento. La novela Hunger Games de la escritora Suzanne Collins y su versión fílmica a manos de Gary Ross (Pleasantville, 1998) representan el punto más álgido de un fenómeno social de gestación reciente: el reinado del “adulto joven” (young adult).

“Estás en la edad de la matada”

La adultez joven es una nueva etapa que está cambiando los modelos de desarrollo psicológico, instaurando una etapa entre la adolescencia y la adultez. El adulto joven es básicamente un ser que experimenta necesidades y retos propios de los adultos con un acercamiento o enfoque propio de un adolescente. El adulto joven presenta siempre una confusión entre el yugo de la responsabilidad adulta y la constante inseguridad adolescente, es un periodo de transición aún mas doloroso que pasar de la infancia a la adolescencia, y si esa primera fase no fue del todo superada, es probable que tengamos entre manos a un adulto joven emocionalmente incompetente.

Vana, estéril, atractiva y amoral: La novela Young Adult

Esta incompetencia emocional y estado mental ha sido retratada con gran maestría por Jason Reitman en la infravalorada Young Adult (2011), cuyo estreno en México fue cancelado probablemente por la falta de atención oscaril. Young Adult retrata el patéticamente hermoso mundo de Mavis Gary (excepcional Charlize Theron) una escritora de novelas del subgénero “adulto joven” sobre una chica popular de la secundaria en una serie que tiene mas tomos que el Caballo de Troya de J.J. Bénitez. La personalidad de Mavis es la condensación de toda una patología social: no tiene un domicilio fijo, superficial y fijada a una época estudiantil en la que su vida era plena social y emocionalmente, por lo cual se da a la búsqueda de un novio de la secundaria (Patrick Wilson), no importándole que el tipo ya tenga esposa e hijos.

El proceso creativo de Mavis responde a un reciclaje mixto tanto de pasajes de su propia experiencia como un perfecto conocimiento de las ansiedades y preocupaciones de su audiencia, pero este proceso no es continuo y Mavis tarda demasiado en redactar sus textos, dado que con solo dos líneas escritas distrae su atención para consultar de manera voraz en su BB su Facebook. Mavis Gary es el prototipo perfecto del adulto joven, amoral, irresponsable, inseguro, narcisista y visualmente atractivo. Mismos adjetivos que describen el universo de The Hunger Games, el material young adult por excelencia.

Fascinación con el trío

The Hunger Games presenta los elementos que más apelan a la atención de toda una generación de adolescentes y adultos ofreciendo un atractivo balance entre el role model impuesto por el personaje de Katniss Everdeen (Jennifer Lawrence), la “violencia” del material y el comentario social. Pero el elemento central recae en el mentadísimo recurso del triángulo romántico. Siendo el principal objetivo mujeres adolescentes, la decisión de elegir entre dos adolescentes con cuerpos de fisicoculturista anémico y cara de bebé de Gerber es una fantasía recurrente de la adolescente que comienza a generar interés por la historia. Por otro lado el concepto del concurso de cacería humana resulta lo suficientemente atractivo para los hombres, mientras que los padres, críticos o figuras adultas con un criterio mas amplio hacen reflexiones sobre la temática social de la película. Un crossover hit, The Hunger Games es como ese amigo que todos tienen, que se lleva poca madre con todos, no tiene problemas con nadie y evita comprometerse con un punto de vista de lleno para evitar perder un grupo de aprobación.

Pequeños Gigantes versión USA

El universo creado por Suzanne Collins (escritora de Clarissa lo explica todo) y de Gary Ross es rico en el manejo de códigos estéticos y narrativos que responden a toda la cultura young adult. El uso de nombres e identidades visuales que rayan en lo estrafalario, no identificable, amablemente transgresor y que busca desesperadamente individualidad y diferenciación, sean nombres como Peeta Mellark o esos atuendos que a veces parecen sacados de un video de Wham (ya quisiera George Michael tener la cabellera de Woody Harrelson) mezclados con los disfraces de Garibaldi y Locomía. Todos estos signos de identidad visual y lingüística crean un paraíso escapista altamente atractivo para el séquito de ávidos lectores y espectadores de The Hunger Games.

Viejos Enemigos: La autoridad patriarcal

En este mundo el enemigo principal es un patriarca senil con tintes dictatoriales (Donald Sutherland) que busca representar el rechazo hacia una sociedad manejada por caprichos seniles, la búsqueda de la ruptura de tradiciones y códigos arcaicos, como lo son en este universo, los juegos del hambre. La sociedad de los juegos del hambre es una rebosante en paroxismos estéticos y gestuales, los únicos principios éticos validos son los de mercadotecnia y relaciones públicas. La élite se diferencia por un aberrante rebuscamiento mientras que los otros distritos se encuentran poblados por modelos de Abercrombie & Fitch que se supone deben pasar por “niños pobres”. La utopía banal no conoce limitaciones físicas.

The Hunger Games es un ejercicio exitoso de mercadotecnia, un nuevo y más sustancioso fenómeno de taquilla, que responde a un atractivo generacional bien construido, el comentario social que contiene la cinta no es tan resonante como el que se da afuera de la misma, un espectáculo tímidamente visceral en el que un grupo de niños se asesina hasta salir un ganador…y dicen que Kony, el mandatario africano envuelto en un escándalo internacional por meter niños al ejército, es una persona enferma y sádica. Él los recluta y los obliga, sí, pero todos pagaríamos por verlo.

“Qué mala ha estado esta temporada de las Kardashian…ponle en Parodiando”

Por JJ Negrete

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