GIFF | My Name Is Baghdad y el difícil camino al autodescubrimiento

Una de las propuestas internacionales de la reciente edición del Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF, por sus siglas en inglés) fue la cinta brasileña My Name Is Baghdad (Meu nome e Bagda, 2020), de la directora originaria de São Paulo, Caru Alves de Souza. En la misma línea que muchas películas sobre las dificultades de crecer y encontrar una identidad propia durante la adolescencia, My Name Is Baghdad nos cuenta la historia de una chica que sólo quiere ser ella misma y disfrutar de su libertad sin tener mayores preocupaciones, teniendo como contexto la escena del skateboard en las calles brasileñas y mostrando tanto los pros como los contras de llevar ese estilo de vida, incluyendo los prejuicios de los cuales se puede ser víctima, como vestirse de cierta forma y andar en patineta.

Baghdad es una joven patinadora de 17 años de edad que vive en Freguesia do Ó, un vecindario de clase trabajadora de la ciudad de São Paulo, en Brasil. Ella pasa mucho tiempo patinando con un grupo de amigos –en el que ella es la única mujer–; también convive con su familia, incluyendo a los amigos de su madre que le permiten tener una perspectiva distinta de la vida. Poco a poco, nuestra protagonista se va dando cuenta de que debe encontrar su lugar, pues se siente bien patinando con sus amigos, pero ser la única chica entre ellos comienza a traerle ciertos problemas.

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Mientras Baghdad sigue descubriéndose a sí misma y sintiéndose a gusto siendo cómo es –incluyendo su vestimenta–, su vida da un giro al conocer a un grupo de chicas que como ella patinan y con quienes de inmediato se identifica, encontrando así un grupo que la hace sentirse segura y feliz. Ante las dudas de la protagonista, es fácil identificarse con lo que ella siente, todos y todas en algún momento hemos deseado encontrar un grupo de amigos en el cual podamos encajar.

My Name Is Baghdad es una película honesta que te atrapa desde un inicio, no sólo por su historia universal –la búsqueda de identidad propia–, sino por su propuesta visual, que captura perfectamente lo que es pasar el tiempo andando en patineta con tus amigos y toda la cultura urbana alrededor del skateboard. Es una propuesta fresca, con buen ritmo en su narrativa y que difícilmente aburrirá a alguien.

Este coming of age también funciona como un retrato realista de la juventud brasileña proveniente de la clase trabajadora, abordando principalmente temas de importancia como lo son el sexismo y la discriminación. Al igual que Baghdad, muchos nos hemos sentido fuera de lugar y después hemos encontrado nuestro camino, esta cinta captura esos sentimientos.

Por Jonathan Eslui (@JonathanEslui)

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