‘G.I. Joe: El Contraataque’: El culto a las máquinas asesinas

Los G.I. Joe, la fuerza militar más mortífera del planeta –letal como el éter en los hielos–, han estado limpiando el mundo desde que capturaron al Comandante Cobra y acabaron con los planes de la malvada Baronesa.

Se creen victoriosos pero desconocen que Zartan (Arnold Vosloo), el maestro del disfraz y aliado de Cobra, se ha hecho pasar por el presidente de los Estados Unidos (Jonathan Pryce) los últimos meses y tiene un plan entre manos: hará pasar a los Joe como traidores a la patria y de paso liberará a compinche para juntos gobernar el mundo (inserte risa malvada).

Así, los Joe serán víctimas de un alevoso atentado que los dejará al borde de la extinción. Sólo tres soldados sobrevivirán: Roadblock (Dwayne “The Rock” Johnson), Lady Jaye (Adrianne Palicki) y Flint (D.J. Cotrona). Juntos deberán vengar a los caídos y evitar que el Comandante Cobra y sus secuaces tomen el planeta. En el meridiano contrario, el silencioso y mortífero Snake Eyes (Ray Park) sigue en su cruzada por capturar al asesino de su maestro, el rencoroso Storm Shadow (Byung-hun Lee). ¿Quién ganará esta épica batalla? ¿Los Joe o el Comando Cobra?

Ya sé, la trama es ridícula pero ¿qué esperaban de una cinta basada en una serie de figuras de acción y en una caricatura para niños?

G.I. Joe: El contrataque (G.I. Joe: Retaliation, 2013) es la secuela a la película inspirada en la línea de juguetes de Hasbro estrenada en el 2009. Ante el fracaso con la crítica en el primer intento, los productores decidieron cambiar a la mayor parte del reparto, insertar nuevos personajes y desafiar la lógica de su propia trama.

El director elegido para dar a la franquicia una bocanada de aire fresco fue Jon M. Chu, mejor conocido por sus cintas de baile y el documental sobre la superestrella juvenil Justin Bieber: Never Say Never. No es un curriculum que impresione y tienen razón, Chu fue contratado para dar espectacularidad a las escenas de acción, estilizar explosiones y brindar un marcado acento hongkonés a cada lucha ninja en pantalla.

Todo luce como salido de la imaginación de un niño que juega con sus muñecos, cualquier cosa es posible. Ninjas luchando en la ladera de una montaña, vehículos indestructibles, motocicletas hechas de misiles, miras telescópicas que desafían las leyes de la física –como las balas curvas de Wanted (2008)–, etc. La imaginación es el límite de los Fuck Yeah!

No debemos olvidar que G.I. Joe: Retaliation estaba programada para estrenarse el verano del año pasado y que su fecha de estreno se pospuso con la intención de convertirla a 3D y agregar un poco más de Channing Tatum como Duke.

El histrión iba a ser eliminado en las primeras escenas sin embargo tuvo un año de ensueño con Magic Mike, Dear John y 21 Jump Street y los productores se vieron en la necesidad de añadir secuencias con el actor. Esa la química que desarrolla Tatum con Dwyane Johnson lo que impulsa el primer acto, la relación entre ambos soldados es clave para iniciar con el pie derecho y la desaparición de Duke marca una caída, ya que ninguno de los actores que no sea “The Rock” es lo suficientemente carismático para cubrir la cuota. Tanto Johnson como Tatum representan la manera en que el pueblo estadunidense idealiza a sus soldados, son implacables máquinas de matar y al mismo tiempo ostentan la capacidad de empatizar y sentir cariño por otro ser humano.

No es que sea necesario que en una cinta de acción los personajes tengan la complejidad de una tragedia griega, mas no tienen por qué ser tan planos. Por ejemplo, la Jaye de Adrianne Palicki pasa sus días quejándose del trato machista que le dan las fuerzas castrenses a las mujeres, sin embargo, sus mayores aciertos llegan cuando usa entallados vestidos para distraer al enemigo.

Es aquí donde se extraña el antagónico encarnado por Joseph Gordon-Levitt en la primera entrega –¿alguien se acordaba de que había aparecido en G.I. Joe?–. Ante la negación del intérprete para repetir su papel, el nuevo Comandante Cobra (Luke Bracey) pasea con una careta que impide que veamos su rostro, restándole carácter al personaje.

La dosis de carisma y personalidad necesaria llega con la aparición de Bruce Willis como el Joe original, haciendo jugar a su favor la mística que ha creado como protagonista de decenas de películas de acción. Willis sabe lo que se espera de él y desquita su cheque, bien ahí.

G.I. Joe: El contrataque es exactamente lo que los anuncios y avances prometen. Una cinta llena de rimbombantes secuencias de acción, que seguro activarán el subconsciente de aquellos que alguna vez tuvieron un juguete de G.I. Joe en sus manos y soñaron con vencer al malvado Comandante Cobra.

¿Cuándo dejarán los americanos de admirar al hombre con un arma gigante entre las manos? Nunca.

Por Rafael Paz (@pazespa)
Publicado en Red Forbes de Forbes México.

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