FICUNAM | ‘Songs From the North’: La celebración del hambre

El antropólogo estadounidense David Kertzer plantea que la eficacia política radica en un manejo de rituales y símbolos de precisa sincronía que apele a la más elemental emoción. Amor, empatía, nostalgia, orgullo o alegría suelen ser emociones con connotaciones positivas que buscan fomentar y cultivar la idea de identidad nacional, manipulada y capitalizada por el poder para mantener el orden o perpetuar el statu quo. La cineasta surcoreana Soon-Mi Yo busca en su más reciente filme, Songs From the North (2014), acreedor al premio al Mejor Primer Filme en el pasado Festival de Locarno, desmitificar la imagen occidental, excesivamente satirizada, que se ha creado de Corea del Norte, procurando mantener un tono “acrítico” sobre la misma.

El filme recaba y presenta material de las tres visitas que la cineasta hizo a Corea del Norte, material que incluye espectáculos, desfiles y escenas de algunas películas que presentan una perspectiva que se pretende de mayor imparcialidad y objetividad hacia la cultura norcoreana. Comenzando con la espectacularidad trágica del prólogo del filme, la cineasta Soon-Mi Yo crea un montaje del que se puede leer un claro síntoma social: la devoción a un Jefe de Estado.

Ni la figura de Kim Il Sung ni la de Kim Jong Un son usadas de manera tan prominente como otros aspectos del folklore y de los rituales y símbolos que tienen mayor peso para la cultura de Corea del Norte, así como el moldeamiento emocional que el actual dictador usa para que su sistema continúe operando bajo una imparable pompa e ilusión de júbilo.

Hablando también sobre las nulas posibilidades de reunificación, Soon Mi Yo, que obvia algunos de los problemas más evidentes de Corea del Norte, describe su relación con el país como “malvada” pero “tan sagrada como un vientre materno”. Tal dicotomía permea el trabajo de recopilación fílmico, a manera de diarios y de recuperación de imágenes de archivo, aderezadas con canciones populares hace evidentes los silentes riesgos y peligros de combinar los conceptos de “amor” con el de “nación”.

Esto, a través de las ramificaciones que toda una construcción tiene en un pueblo entero, particularmente sus niños, que son adoctrinados y enseñados a “amar a su pueblo”, pero el amor es irreconciliable con la crítica. Mientras más se corteje a la emoción, más se desprecia la razón, como si un corazón lleno de la ilusión de orgullo, exaltada con grandilocuencia, pudiera sortear la más intensa hambre de futuro.

JJ Negrete (@jjnegrec)

    Related Posts

    ¿Y si Kim Jong-un dirigiera ‘The Interview’?
    Últimos y divertidos tráilers de ‘The Interview’
    Franco y Effron discuten la masturbación en ‘The Interview’