Falso documental a la noruega

Tres jóvenes universitarios salen de viaje con su cámara para grabar un reportaje sobre cazadores ilegales de osos en Noruega. Al comenzar sus investigaciones descubren que lo que está matando al ganado y a los turistas no es un oso salvaje, sino un trol.

Trol, la verdad detrás de la leyenda (Trolljegeren, 2010) es un documental falso de manufactura noruega que, como dicta la moda en el cine de terror, está filmado con cámara en mano y con actores poco conocidos o amateurs. ¿Su gran ventaja? No es estadunidense.

A diferencia de algunos intentos gringos en este terreno, como la “saga” de Actividad Paranormal o El último exorcismo (The Last Exorcism, 2010) y un larguísimo etcétera,  André Øvredal (director y guionista) sabe llevar su película y obtener lo mejor de sus actores. Especialmente de Otto Jespersen, quien interpreta al cazador de troles.

Es interesante que el falso documental enfocado al género del terror tenga sus mejores exponentes fuera de territorio del Tío Sam, cuando son los estadunidenses quienes se empeñan en exprimir el subgénero sin creatividad o planteamientos interesantes.  Ejemplos de esto son la española [Rec] (2007), la australiana Pesadilla en mar abierto (The Reef, 2010) y la ya mencionada Trol, la verdad detrás de la leyenda.

Cada una de estas cintas se nutre del cine hollywoodense y reinterpreta dicha influencia: los zombies de Romero, el falso documental, los tiburones (un subgénero en sí mismo) y los dinosaurios de Spielberg y más. Para hacer más claras estas influencias, en TrollHunter hay una escena donde el cazador decide sacrificar unas ovejas igual que una cabra es ofrecida en Parque Jurásico (Jurassic Park, 1993), o el símil entre la primera vez que vemos a un dinosaurio en todo su esplendor y cuando vemos al trol aparecer en pantalla.

Los efectos especiales, sin ser rimbombantes, lucen adecuados; son utilizados para contar la historia y no al contrario —exactamente como debe de ser—, acentuados por la hermosa fotografía de Hallvard Bræin. Dan ganas de ir de vacaciones a Noruega sólo de ver esos bosques, sin criaturas de 60 metros, obviamente.

Øvredal es un cineasta en desarrollo y se nota en algunos detalles dentro del filme y el guión la facilidad con que es aceptada la muerte de un miembro del grupo —aunque son noruegos, igual y así se comportan todos— es un ejemplo de ello. Además de que su película funciona mejor como un falso documental puro que como cinta de terror. Pero si son de los que mojan sus interiores viendo Actividad Paranormal, chance y se asustan. Chance.

Los productores de terror/suspenso gringos deberían de preguntarse por qué las formulas que ellos inventaron (acuérdense de Spinal Tap, aunque no sea de terror), cruzando las fronteras funcionan y con ellos no. Les doy un tip: si van a hacer una película, que no haya sólo 4 tomas —cof cof Actividad Paranormal cof cof—. Después de la secuela las cosas pueden ponerse extremadamente tediosas. No se pongan solos el pie.

Posdata: Si el remake de [Rec] tardó un año en ser producido por los gringos, ¿cuánto tardará el de TrollHunter? El cual seguro tendrá en lugar de troles una manada de sasquatch.

Por Rafael Paz (@pazespa)

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