Proyecto X: Esto es una fiesta de locos

¿Qué resulta de mezclar las comedias adolescentes de John Hughes, falso documental y videos de springbreak? Respuesta: Proyecto X (Project X, 2012).

Costa (Oliver Cooper) organiza una fiesta de cumpleaños para su mejor amigo Thomas (Thomas Mann), aprovechando que los padres de éste saldrán de viaje el fin de semana. Aunque el verdadero motivo de Costa es dar una fiesta legendaria para que así puedan subir en la escala social de su preparatoria y convertirse en chicos populares. Obvio, decide llevar registro de todo lo que sucederá en la fiesta para verlo una y otra vez.

Proyectos como Borat: Cultural Learnings of America for Make Benefit Glorious Nation of Kazakhstan (2006) funcionan como perfectos falsos documentales porque las cosas suceden ante la cámara con caos, confluyen como si no existiera guión. Ése es el espíritu que encarna Proyecto X a diferencia de la mayoría de los falsos documentales –o películas con videos que alguien encontró–, que se hacen hoy día, donde la imposición de un libreto mata la sensación de espontaneidad.

Aunque Todd Phillips (¿Qué pasó ayer?) no dirige, sólo produce, su mano en el filme se nota. Uno de los primeros trabajos de Phillips es el documental Frat House (1998), en el que se sumerge junto a Andrew Gurland en la vida de las fraternidades estadounidenses. Así, el director tuvo acceso a las fiestas que las “Casas” organizan para sus miembros, además de varios ritos de iniciación más que cuestionables. Debido a lo fuerte del material –dicen– y a acusaciones sobre escenas “arregladas”, que Phillips ha negado, el documental nunca fue transmitido por HBO. La influencia de esas fraternidades pueden rastrearse hasta Proyecto X, en realidad pueden rastrearse en toda la filmografía de Phillips, que como pudimos ver en ¿Qué pasó ayer? (2009) y en su remake —¿Qué pasó ayer? 2 (2011)– es experto en retratar pachangas legendarias y lo que sucede después de éstas.

La cinta también brilla gracias a dos de los actores principales, Olvier Cooper que interpreta a Costa y Jonathan Daniel Brown que es JB. El primero como el adolescente de raices extranjeras con más impetú que popularidad –”I just wanted to get some pussy”.–, muy parecido al personaje de Howard en The Big Bang Theory; y el segundo, como el amigo nerd por siempre virgen –que a pesar de eso, sabe cualquier posición posible de masturbación femenina–, es el chico que en las fotos de las convenciones de cómics pone la mano sobre el hombro de la modelo vestida de Gatubela pero nunca la toca.

Es mérito del director, Nima Nourizadeh, mantener el ritmo ascendente de caos hasta el final y la naturalidad con la que se dan las escenas es mérito suyo y de nadie más.

El éxito de Proyecto X con el público es inversamente proporcional a la edad de éste. Así, para los adolescentes la película podría convertirse en un culto que imitar, y los padres seguramente verán como una irresponsabilidad que alguien le dé ideas a sus hijos sobre fiestas donde lo que sobran son chicas, drogas y alcohol. El reporte de fiestas imitando el largometraje por todos los Estados Unidos, y la posible muerte de un chico en un reventón de estos, sólo quiere decir que el culto ha comenzado.

Ya lo dijo Calle 13 para una fiesta de locos sólo necesitas “un harém de niñas bailando sin sosten”. Gracias, Costa.

Por Rafael Paz (@pazespa)

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