Esos amiguitos con los que te juntas, Luisito…

Ultimadamente les vale verga, no vamos a cambiar, hay que ser rockers, movidos. Ser Pancho, significa fuerza, fuerza y movimiento, fuerzas de la vida.

A finales de los 70, la banda de Los Panchitos trajo asoladas a las delegaciones Miguel Hidalgo, Cuajimalpa y Álvaro Obregón. Chavos banda violentos a los que se les pasaban las cucharadas del cotorreo para cometer robos y delitos más pesados, llegando al contubernio con las autoridades para seguir plantando el terror.

Uno de los secretos mejor conservados dentro de la kilométrica lista de películas setenteras de bajo perfil es ésta, La Banda de los Panchitos, de 1986, con soundtrack sórdido, malandro y gandalla con el primer trabajo musical de Alex Lora.

La Banda de Los Panchitos es una de esas películas que les pondría a mis hijos o alumnos, si los tuviera, para que vieran que el crimen, la vagancia con chelas y mariguana, adicionada con dosis de crimen y violencia, no llevan a nada bueno. Muchos aluden a Los Olvidados como una de las películas que de verdad retratan la pobreza urbana de México, pero ésta dibuja algo más crudo, años después, sí, pero con una aproximación más cruda que impera sobre la historia y los personajes, los cuales están presentados de manera equitativa en cuanto a su peso, los protagonistas precisamente son estos muchachos sin oficio ni beneficio.

Pura amenaza, puro amedrente chavalón, pasadez de lanza con los vecinos y las chavas, el DF cuidándose de lo que sería la punta de lanza para que el tema de la inseguridad en la ciudad fuera moneda común. Es una radiografía perfecta de la descomposición de la familia como núcleo del orden social, evidenciándolo de forma clara, pero sin tomar partido, poniendo en énfasis una fuerza que hay en la suma de frustraciones en la juventud, la identidad de grupo y el poder, aunque de forma adversa, que tiene la unión con gente de la edad, ante esa descomposición social.

Sí hay un humor involuntario, como en muchas de estas películas que de alguna manera hoy se ven desfasadas, pero también hay una manera amena de contar una historia, es lo que es, punk violento y chavalo del DF, de una época que le tocó vivir a la ciudad, y que todavía padece, pero que tomó relevancia cultural y trascendió los localismos, un buen registro de Los Panchitos.

Por Ricardo Pineda (@RAikA83)

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