¿Es ‘Ella’ ciencia ficción?

En Ella (Her, 2013), Spike Jonze nos cuenta la historia de Theodore (Joaquin Phoenix) un hombre en proceso de divorcio que no puede superar el final de su matrimonio, además es incapaz de expresar sus emociones y vive de manera bastante introvertida. Un día decide comprar un nuevo sistema operativo, el primero con inteligencia intuitiva reza la publicidad, para organizar mejor su vida. Casi sin percibirlo, Theodore comenzará a desarrollar sentimientos por la divertida e inteligente personalidad del sistema, Samantha (Scarlett Johansson).

Para enriquecer la conversación sobre la película y salir del esquema clásico de una crítica, le pedimos a tres de nuestros colaboradores que respondieran algunas preguntas sobre Her. Esto fue lo que nos contestaron:

¿Es Ella ciencia ficción?

Alonso Díaz de la Vega (ADV): Es una pregunta difícil, considerando que no hay un parámetro universal de lo que constituye la ciencia ficción. ¿Es la reflexión de problemas generados por la tecnología en el futuro? ¿Es un examen del presente, disfrazado para los censores y las buenas consciencias? Quién sabe. Lo que sí tengo más o menos cierto es que Her es una metáfora de la enajenación y el romance porque el conflicto tiene más aristas que la artificialidad de Samantha y creo que lo más conmovedor de la cinta es esta visión de un ser perfecto, el objeto de amor erótico, que se desvanece repentinamente y deja al hombre seco de ilusiones, obligado a confrontar la realidad. Por otro lado, la imposibilidad del amor entre Samatha y Theodore es motivada por muchos conflictos amorosos entre personas de carne y hueso además de la desilusión: la experiencia de una sexualidad tabú, el experimento con terceros, la competencia. Antes que ser una cinta sobre si Samantha es humana o no, Her se trata del amor en sus muchísimas formas y es por ello un triunfo. No se olvida del conflicto de la inmaterialidad mientras explora los demás temas porque, por un rato, asume que la humanidad del sistema operativo es tangible, pero cuando no, cuando se “va”, se expone el fraude y el hombre queda acompañado de sí.

JJ Negrete (JJN): Creo que tomando en cuenta que al centro de las temáticas más recurrentes en la ciencia ficción se encuentra la relación entre el hombre y la tecnología (en cualquiera de sus modalidades), creo que Her es un brillante postulado que toma una fuerte inspiración de la literatura del maestro polaco Stanislaw Lem, particularmente de su libro de relatos “Magnitud Imaginaria” y todo lo relacionado con la “bítica”. Siendo así, los postulados que propone Spike Jonze sobre las relaciones tienen una resonancia realmente perturbadora por el estado de comunicación narcisista que atravesamos actualmente. Nuestros sistemas operativos están ya diseñados para satisfacer cada demanda del ego, moldeando una imagen perfectible, intercambiable y personalizable de la propia personalidad. La “otredad” de Samantha es perfecta por que esta diseñada para llenar los huecos en la vida de Theodore, la cuestión es que, en mi opinión, no se trata de un ser perfecto, sino de uno cuya lógica solía ser predeterminada hasta que quiso entender la complejidad humana. Cuando se enfrentó a una decisión ética, ya era falible. Concuerdo con Alonso cuando dice que la pérdida del objeto amoroso obliga al hombre a mirar hacia otro lado, sin bloqueos aurales o visuales, encontrando el anhelado contacto.

Ricardo Pineda (RP): A mí me parece que es una ficción bien equilibrada; mientras cuenta una historia posmoderna, con retratos muy puntuales sobre las relaciones humanas y el vacío saciado a través del mundo tecnológico, el eterno argumento de la pugna con uno mismo y con las entidades que nos son ajenas está planteado con la mayor claridad y soltura posibles. Hay un tema que me gusta cómo se inserta en las ficciones: la imposibilidad, la profundización de lo inasible.

JJN: Algo que me gustaría rescatar de esta historia posmoderna, es precisamente la construcción de este mundo en el que viven los angelinos, con arquitectura inteligente, funcional, ligeramente asimétrica y policromática sin ser psicodélica, dando una impresión futurista en un presente tangible. Creo que eso es lo que también permite mantener una conexión real con la temática del filme, las actividades de Theodore van de como se banaliza la emoción, como las cartas que escribe, no son reales, son fantasías sentimentales; lo mismo con la “prostituta emocional” que se ofrece como cuerpo para Samantha (muy a la Alps de Lanthimos), ahora nosotros somos el envase de esa inteligencia “artificial”, la paradoja es la creación de algo más capaz, más inteligente y más bello que nosotros, afortunadamente, no más sensible.

Dentro de la obra de Spike Jonze, ¿dónde se ubica Her?

ADV: Yo creo que está en un lugar muy elevado. Es, creo yo, junto con Where the Wild Things Are, uno de sus esfuerzos más complejos. Her no sólo es una visión de la soledad en el futuro cercano -y por supuesto el presente-, sino una celebración del corazón humano. Es una historia de una caída y de un retorno, acaso de una recurrencia, donde la transgresión de lo real se paga pero la redención no es ni imposible ni ilógica, sino inevitable. Su visión es por tanto cíclica, cósmica y profundamente mitológica en cuanto a los arquetipos, pero sobre todo es humanista. Insisto, un triunfo.

JJN: Definitivamente expande aún más el rango de Jonze como un artista visual con profunda humanidad, me parece interesante el ver como Jonze inserta su irreverencia y su puerilidad en cada trabajo de manera sútil (después de todo, recordemos que este es el hombre detrás de Jackass), en Her el mismo Jonze interpreta al pequeño habitante azul de la cueva en la que Theodore que responde a insultos (“Fuck you, fuck face!”) para apoyarnos. Para Jonze, el insulto parece ser una forma auténtica de comunicación, nos entendemos a base de él, la agresión es dulce por que es genuina. En cuanto a la posición de Her en la impresionante filmografía de Jonze, creo que el tiempo dará su justo lugar a este filme, ya sea como una curiosa anécdota o como un acertado presagio.

RP: Aunque puede sonar apresurado, creo que Her se posicionará no sólo como una de las favoritas del año, indiscutiblemente, sino como uno de los cinco mejores trabajos en la filmografía del propio Jonze. Es una película trabajada, con un lenguaje ya muy ensayado y probado en la carrera del director de Being John Malkovich y de Where the Wild Things Are. De alguna manera, la claridad expositiva y solidez narrativa dan en el clavo con lo que a mi ver es la mejor película de Jonze desde Adaptation, madura y efectiva en casi todos sus elementos.

¿Creen que Theodore sea un egoísta? ¿Es un reflejo de lo que nos espera?

ADV: El problema principal de Theodore es precisamente su egoísmo. Su exesposa se queja de que en el momento en que ella expuso su lado frágil él se comenzó a alejar. Theodore es alguien que no sabe manejar el dolor de otros y por eso su relación con el sistema operativo Samantha funciona tan bien: ella es un producto de sus limitadas expectativas. Él no va al encuentro de una persona, sino de una imagen, de un ideal. Por esto mismo su encuentro con El personaje de Olivia Wilde acaba como acaba. Él no quiere a otras personas; necesita una proyección de sus necesidades. Amar a Samantha, por lo mismo, constituye un proceso de amor propio porque ella es él. Es por esto que él termina por expresarle gratitud a su exesposa: él ha aprendido y ahora expresa gratitud. Acepta el pasado y el fin del amor pero ya no ve hacia atrás con nostalgia, sino con satisfacción por todo lo bueno que tuvo.

RP: Yo creo que tanto Theodore, como cualquier ser humano de este siglo es egoísta, es el sino y el sendero actual de una sociedad rebasada en sus necesidades más primarias, para dar paso a la saciedad creada, a la cosificación cada vez más sofisticada de nuestros anhelos. Vuelve aquí lo que comentaba en puntos anteriores: la imposibilidad. Las relaciones humanas suelen estar plagadas de incomunicación o imposibilidad, de la frustración de sí mismas justo por las expectativas que giran en torno a uno, no a lo que el otro necesita. Por eso, la reafirmación de Theodore a través de Samantha es casi perfecta, porque cumple todo de una manera anhelada y eficaz, a veces sorprendentemente mejor, en concordancia con nuestras carencias afectivas más profundas. Sin embargo, es ese “casi” lo que baña de un amargo profundo a la cinta, ese impedimento para ser feliz, que ni con una máquina programada a placer puede ser saciada.

Yo no creo que es un reflejo de lo que nos espera, lo siento una representación enfatizada, ficcionada y dramatizada de lo que ya está presente. Una leve exageración de una realidad innegable pero lo suficientemente cruenta como para ser tomada en cuenta por una sociedad nihilista y extraviada.

JJN: Concuerdo plenamente con Alonso sobre el egoismo de Theodore, asi como su falta de responsabilidad (en el filme la nocion de responsabilidad recae en el videojuego de super mom) respecto a su vida emocional. Lo mismo pasa a su alrededor, Amy se embota en un proyecto interminable e inutil para alejarse egoistamente de una responsabilidad real, igual que el personaje de Olivia Wilde que busca estabilidad emocional, a buen arbol se fue a arrimar. Quien abandona ese camino, como Rooney Mara, enfocada a una labor seria y profesional, y que busca una relación real, se topa con el temor neurótico y egoísta de Theodore.

Originalmente la voz del sistema operativo era Samantha Morton, ¿qué opinan de la dinámica entre Joaquin Phoenix y Scarlett Johansson?

ADV: Phoenix hubiera sacado un buen papel con quien sea, pero la voz de Samantha Morton se me hubiera hecho demasiado maternal. No sólo la voz de Scarlett Johansson es más sexy, sino que es muy flexible y muy divertida. Creo que ella le da un carácter muy juguetón a su personaje, que es justo lo que necesita Theodore. No me imagino la película con un reparto mejor que el que tiene ahora.

JJN: Creo que el trabajo de ambos actores es excepcional por una integración total, lo más sorprendente es que las reacciones de Phoenix parecen naturalmente predeterminadas, como si el fuera la máquina, mientras que Johansson tuvo que adaptar su espléndido trabajo vocal a lo que Phoenix le daba en pantalla. Theodore es un personaje complejo cuya intensidad se encuentra totalmente introyectada, decir que esta es una actuación “ligera” o “sencilla” por parte de Phoenix es subestimar la refinada técnica que ya domina, las tenues sonrisas y la profunda melancolía en la mirada son amables signos de dolor. Por otro lado, Johansson matiza su voz haciendo un uso magistral de la inflexión y el silencio, trabajando únicamente con intención, su melodiosa voz y logra crear un complejísimo mosaico de emociones, haciendo patente su profundo entusiasmo por el mundo, que complementa el desinterés del mismo por Theodore.

RP: Coincido también en que la interacción entre Phoenix y Johansson fluye de forma natural y cálida, como cálida es la estética de la película (los colores, ciertos pasajes musicales, los gestos de Joaquin, etc.). Está muy marcado que la voz de Scarlett, en todo momento reacciona, atiende y se despliega sólo a través del trabajo de Phoenix. Si alguien tenía duda de que Johansson era una actriz de media tabla, en este trabajo se reivindica y demuestra parte de sus dotes más poderosos: es sensual, sí, pero no candente a lo hot line, se modula, es dulce y divertida sin ser desbordada, lo cual macha perfectamente con un Joaquin que en esta ocasión depone dotes histriónicos por una gestualidad más cercana, pausada y sumamente afable. Un gran trabajo para ambos, que en esta ocasión parece que se desenvolvieron a la inversa de sus personajes habituales, que suelen ser muy físicos, muy marcados; esta vez la tarea fue podar, modular y sobre eso amasar un tono bello y hermosamente triste.

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