La infidelidad es un juego lleno de adrenalina, el impulso no está en el sexo/engaño en sí. Ser descubierto es el estímulo del participante, el poder hacerlo y pensar que se está un paso adelante del resto lo es todo. El whodunit funciona de manera similar, hay un crimen y todos parecen culpables, el director sabe la respuesta, claro, su trabajo consiste en sorprender cuando la plasme en pantalla y ocultarla hasta el último momento.
Cinco amigos comparten un lujoso loft –el tal penthouse al que hace referencia el título aunque no haya ninguno a lo largo de la trama– donde pueden disfrutar de sus aventuras extramaritales sin temor a ser descubiertos. Cuando una hermosa mujer amanece sin vida en el lecho del lugar las acusaciones vuelan, ¿alguno la conoce? ¿su cabellera rubia será natural? ¿quién la mató? ¿los están inculpando? La policía está sobre ellos, sus esposas seguro descubrirán el secreto y sus carreras podrían tener un abrupto final.
De esta manera El penthouse (The Loft, 2014) se presenta como un whodunit tradicional que no se sale del renglón. El guión de Bart De Pauw y Wesley Strick establece pronto su tono “sombrío” con una muerte en off –como toda la violencia y el sexo en la película– y la dirección de Erik Van Looy confirma lo conservador de la propuesta. Esta es una de esas exploraciones sobre el lado más malvado del ser humano, donde matrimonios y amistades se quiebran como cualquier palito de pan.
La cinta intenta ser muchas cosas al mismo tiempo, sin concretar ninguna de las opciones sobre la mesa. Es un relato sobre los peligros de la infidelidad, una masculina fantasía erótica –con estética de telenovela de las 5– y un melodrama sobre los lazos de la amistad, temas que emulan a los Tres Chiflados intentando cruzar una puerta al mismo tiempo. Como es costumbre en los whodunit que buscan siempre tener un último giro de tuerca para impactar al respetable, los guionistas y el director pecan al incluir demasiados en el libreto generando mero aturdimiento, además de extensos diálogos donde se trata de explicar minuciosamente los hechos.
Al igual que el sexo casual de una noche, esta es una cita que van a olvidar por la mañana.
Por Rafael Paz (@pazespa)
